Casas de montaña - Un patrimonio alpino frágil
Casas de montaña, edificios de verano, refugios de pastoreo
La montaña de los Altos Alpes está salpicada de cabañas de montaña, edificios de verano y otros refugios pastorales, testigos, a veces aún utilizados, de una economía y de una cultura agropastoral de la que son un elemento clave. En los chalets de montaña se consideran las construcciones alpinas tradicionalmente utilizadas de forma estacional para el hábitat y las necesidades profesionales de los ganaderos y de los agricultores que trabajan con siega. Su equipamiento es rudimentario, los elementos de viabilidad y comodidad son escasos. Investidos por las familias o los pastores durante el verano, la mayoría de ellos nunca han sido habitados de manera permanente y no tienen vocación de serlo.
Con la evolución de las prácticas agropastorales, estos edificios han sido olvidados, apareciendo después como vestigios de una vida pasada, una herencia familiar donde nos encontramos, o un lugar de calma en comunión con la naturaleza. Concebidos inicialmente como herramientas de trabajo, adquirieron la condición de testigos de un modo de vida montañés para entrar finalmente en el campo del patrimonio.
La ley montaña del 9 de enero de 1985
La Ley de montaña del 9 de enero de 1985 reconoce la calidad de "patrimonio de montaña" de los antiguos edificios de verano, testigos arquitectónicos de las tradiciones agropastorales propias de cada macizo. Autoriza de manera derogatoria su restauración y, excepcionalmente, su reconstrucción. A través de la autorización prefectoral, invita a los departamentos de montaña a construir una doctrina adaptada al futuro de sus territorios y a iniciar una reflexión profunda sobre el lugar de estos edificios en una práctica contemporánea de la montaña.
Mantener viva una tradición montañesa
La restauración de un edificio de verano comienza con la identificación de sus cualidades arquitectónicas y su reconocimiento como patrimonio de montaña. Luego viene el análisis arquitectónico del edificio que permite definir la naturaleza de las intervenciones deseables y las condiciones de su aplicación.
Cada aldea tiene su propia práctica del pastoreo alpino y sus propias tradiciones constructivas: los chalets de Furfande (municipio de Arvieux) son así muy diferentes de los grandes edificios de Cervières. Este trabajo de valorización del patrimonio, realizado conjuntamente desde hace veinticinco años por el Servicio Territorial de Arquitectura y Patrimonio (STAP) y la Comisión Departamental de Naturaleza, Paisajes y Sitios (CDNPS) permitió examinar cerca de quinientas solicitudes de restauración. Cada proyecto es diferente y debe permitir encontrar un justo equilibrio entre la utilización contemporánea de los edificios restaurados y la preservación del carácter tradicional de su arquitectura