Después de la abadía de Cluny y la casa de Robert Schuman en Scy-Chazelles en 2014, la certificación de Estrasburgo y de su barrio europeo honra la construcción europea que ha marcado su historia. Premia la calidad de las acciones de comunicación y mediación desarrolladas por la ciudad de Estrasburgo para dar a conocer a los habitantes y turistas la dimensión y la historia europea de la ciudad.

 

El Sello de Patrimonio Europeo es un dispositivo iniciado en 2007 por Francia con varios países europeos, luego integrado en 2011 en el marco de la Unión Europea. Su objetivo es poner de relieve la dimensión europea de monumentos, lugares naturales o urbanos, lugares de memoria, testigos de la historia y la cultura de Europa o de la construcción de la Unión Europea. Su ambición es reforzar el sentimiento de adhesión de los ciudadanos europeos, y en particular de los jóvenes, a una identidad europea común y favorecer su sentimiento de pertenencia a un espacio cultural común.

 

Un jurado europeo, presidido por Bénédicte Selfflagh y compuesto por 13 expertos europeos en el ámbito del patrimonio (4 miembros propuestos por la Comisión Europea, 4 por el Parlamento Europeo, 4 por el Consejo Europeo y el último por el Comité de las Regiones) examinó 18 candidaturas procedentes de 11 países y propuso conceder el sello a 9 candidaturas, entre ellas la presentada por Francia, a petición de la ciudad de Estrasburgo.

Entre las candidaturas propuestas por los otros países europeos figuran: el Palacio Imperial de Viena (Austria) y la Academia de Música Franz Liszt en Budapest (Hungría).

 

El Sello se entregará oficialmente en una ceremonia que se celebrará en Bruselas en abril de 2016.