Roselyne Bachelot-Narquin, ministra de Cultura, expresa su profunda emoción tras la desaparición de Patrick Dupond, bailarín estrella del Ballet de la Ópera Nacional de París, que dedicó toda su vida al desarrollo y a la difusión de su arte.
Nacido en 1959 en París, Patrick Dupond entró en la escuela de danza de la Ópera Nacional de París a la edad de 10 años, con motivo de un curso de preparación. Su brillante talento y su trabajo fueron coronados cuando fue nombrado estrella a los 21 años. En 1990, después de dos años al frente del Ballet francés de Nancy, sucedió a Rudolf Noureev en la dirección de la danza de la Ópera Nacional de París. De 1990 a 1995, acumulará esta función con una carrera de bailarín, antes de volver a ser estrella durante dos años más.
En el seno del Ballet de la Ópera Nacional de París, sus interpretaciones de obras de coreógrafos importantes como Roland Petit, Maurice Béjart, Alvin Ailey, Twyla Tharp, Michael Clark, John Cranko, Odile Duboc, John Neumeier, Kenneth Mac Millan, Rudolf Nikolalwin, Nouais, Mats Ek o incluso Jerome Robbins, marcaron varias generaciones de espectadores y bailarines.
Su determinación de retomar su carrera tras un gravísimo accidente ocurrido en 2000 sigue siendo un modelo de valentía al que el público ha sido particularmente sensible.
Su intacta pasión por la danza y las artes le ha llevado a participar en programas de televisión que celebran los talentos artísticos y también a acompañar desde hace quince años, con Leïla Da Rocha, el desarrollo de una escuela en Burdeos que ofrece espectáculos de inspiración clásica y oriental.
Roselyne Bachelot-Narquin quiere saludar la inmensa carrera de este artista virtuoso y generoso, figura principal del mundo de la danza, y personalidad solar que ha contribuido a popularizar la danza, más allá del círculo de los aficionados, en Francia y en el mundo.