Las artes y los artistas de ultramar son ricos en una originalidad y una diversidad que se van conociendo cada vez más. Es el fruto de una política del Ministerio de Cultura, que apoya, a través de sus operadores y de sus dispositivos, su creación, producción y difusión.
Sin embargo, nunca se gana nada: la lejanía, la insularidad, la rareza de la formación, la estrecha difusión en un territorio, ya sea gigantesco o minúsculo, siguen siendo dificultades tenaces, a las que se suman hoy la necesidad de una profesionalización cada vez mayor de las compañías, la consideración de las preocupaciones medioambientales, las crisis sanitarias por superar, la perspectiva de arraigarse en las grandes regiones (Caribe-Amazonia-Quebec, Polinesia-Nueva Zelanda-Nueva Caledonia-Australia...) a pesar de la barrera de las fronteras y las lenguas... temas apasionantes para los que conviene inventar soluciones inteligentes.
Marie-Pia Bureau dirige Oficina Nacional de Difusión Artística (ONDA)que organiza una jornada dedicada a la creación de Ultramarine, el 1 de diciembre de 2022, Baldosa del Templo en París. Co-construida con el festival Mes Kréyol y el Carreau, este día recibe, en el marco del Pacto para facilitar la aparición y visibilidad de los artistas de ultramar » el apoyo del Ministerio de Cultura y del Ministerio de Ultramar.
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Marie-Pia Bureau, ¿por qué se habla de «ruptura de equidad» entre los artistas ultramarinos y los artistas de la Francia «hexagonal»?
Marie-Pia Bureau: Globalmente, hay que constatar que muchos artistas ultramarinos vienen a formarse en el Hexágono, y que a veces permanecen allí para hacer carrera. Sin embargo, algunos eligen vivir su arte en casa, donde tienen todas las razones para querer desarrollar su actividad. Pero es mucho más difícil que en el Hexágono, donde los artistas tienen cerca de ellos entre cuatrocientos y quinientos lugares de difusión posibles, donde, en los territorios mejor desarrollados a este respecto, como Martinica, Guadalupe o La Reunión, Pueden encontrar hasta tres.
¿Qué hace la Oficina Nacional de Difusión Artística (ONDA) para apoyar a los artistas de ultramar?
Desde hace unos 15 años, la ONDA ha emprendido un trabajo muy voluntario, lo más cerca posible de los territorios ultramarinos. Desde hace cuatro años, este trabajo, y nuestra presencia en estos territorios, se han reforzado con las disposiciones previstas por el Pacto de visibilidad.
Esto significa viajes regulares y extensos. Viajamos con programadores. Tratamos de recorrer las compañías, festivales y estructuras existentes. Estamos conociendo y buscando adaptar las ayudas y los apoyos a las necesidades que identificamos en común. El resultado son, en particular, giras de artistas ultramarinos en el Hexágono, y viceversa giras de artistas del Hexágono en los territorios ultramarinos.
¿Qué le enseñaron esas relaciones más profundas?
A lo largo de los años, las cuestiones han evolucionado y nuestro enfoque, sobre todo nuestra escucha, se ha afinado mucho. Al principio, nos preguntábamos qué ver sobre el arte que surge en territorios tan diferentes. ¿Era necesario que respondiera a los criterios estéticos hexagonales, al riesgo de imponer un recentrado «occidental»? Por el contrario, otra trampa, ¿no se corría el riesgo de encerrarlo en el exotismo o en el folclore?
Hoy, las problemáticas de acceso de los artistas ultramarinos al Hexágono para formarse o para difundir sus obras siguen siendo de actualidad, pero también contemplamos cuestiones nuevas. Los artistas polinesios, por ejemplo, nos piden que los pongamos en contacto con estructuras de la gran región: Nueva Zelanda y Australia. ¿Cómo animar a los diferentes territorios de estas grandes regiones a establecer fuertes vínculos entre ellas? ¿Cómo ayudar a organizar, por ejemplo, giras desde Guyana hasta el Caribe, pasando por Quebec?
En un momento en que las exigencias ecológicas se hacen urgentes, estas cuestiones se vuelven muy importantes. Por lo demás, entre los campos de reflexión también está la idea de que para reequilibrar la huella de carbono, sería necesario que las personas de cultura del norte viajaran menos y que las personas de los territorios ultramarinos, que parten allí también con un defecto de equidad, se vean menos afectados por esta moderación.
Hoy en día, los artistas también nos expresan necesidades de ingeniería. Un artista puede hacer un buen trabajo, pero si no tiene a nadie que le ayude a profesionalizar su actividad, le resultará difícil superar su círculo familiar. Y si, además, está realmente lejos de los lugares bien dotados, esta ingeniería le es absolutamente indispensable.
Por último, de manera más coyuntural, se sabe que se está perfilando una crisis económica para el espectáculo vivo y se teme que ésta conlleve un repliegue sobre sí mismo de las estructuras hexagonales. Tenemos que adaptar también nuestro sistema de ayudas para continuar o incluso ampliar la apertura de las redes hexagonales a las ultramarinas.
¿Cómo se va a organizar la jornada parisina en el Carreau du Temple, el 1 de diciembre?
Este día se organiza precisamente para poner de relieve estas cuestiones de ruptura de equidad, para intentar paliarlas de la mejor manera posible.
Va a reunir a muchas personas, provenientes de diferentes estructuras, todos llevados a trabajar en estas cuestiones pero a veces cada uno por su lado: nosotros mismos, la ONDA, intervenimos en la difusión de las obras, otros organismos apoyan la creación, otras residencias, hay casas, hay fondo de movilidad... El objetivo es que todos se conozcan.
Por lo tanto, queremos fomentar el deseo de cooperación. Y por eso haremos oír proyectos de artistas y percibir las riquezas de estos territorios en términos de creación artística. Y también queremos que los participantes trabajen juntos, pidiéndoles que piensen qué les permitiría cooperar mejor en todos los temas. Nuestro objetivo es escuchar y alentar todos los proyectos interesantes y las iniciativas.
Un pacto interministerial al servicio de la creación Ultramarine
Los Ministerios de Ultramar y de Cultura se pusieron de acuerdo en 2022 para proponer a las estructuras artísticas y culturales una nueva base de trabajo y de cooperación en torno a las lógicas de creación/difusión, de movilidad y formación/enseñanza de artistas y obras ultramarinos.
El «Pacto de visibilidad»firmado en marzo de este año, reúne a los dos ministerios y 24 socios en torno a 11 compromisos. Documento estructurando compromisos que valorizan lo existente e invitan a proseguir las acciones a más largo plazo, que es seguido, en el Ministerio de Cultura, por la Delegación General de la Transmisión, de los Territorios y de la Democracia Cultural (DG2TDC).
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