Señoras y señores elegidos:
Señoras y señores bibliotecarios:
Señoras y señores responsables de asociaciones,
Señoras y señores responsables de fundaciones de empresas,
Señoras y señores directores:
¿Recuerdas que un personaje ilustre
«110 propuestas» a los franceses; más recientemente, el autor de un
informe observó formuló 316 propuestas! Haré más
modestamente 14... sobre un tema obviamente más circunscrito, pero todo
también esencial: el de la lectura. Gracias por estar presentes en
la oportunidad de presentar estas medidas con las que me refiero
contribuir al objetivo de la «cultura para cada uno», que es el mío en la
Jefe del Ministerio de Cultura y Comunicación.
Estoy totalmente movilizado por esta cuestión de la lectura y tengo bien
conciencia de la responsabilidad de mi ministerio en esta materia. Porque
la lectura no es una práctica cultural como las demás: es,
de alguna manera, la que condiciona todas las demás. El acceso
a las obras de ficción que permiten el florecimiento de la sensibilidad
y la apertura a los demás y al mundo, la lectura de
desarrollar el sentido crítico esencial para el ejercicio de la ciudadanía y
ayudan a comprender mejor la complejidad del mundo: son
claves de entrada privilegiadas en el campo de la cultura.
Esta exigencia de la «lectura para cada uno» es para mí una prioridad
política absoluta. Quería que todos mis servicios - centrales
y desconcentrados - se apoderan de ellos, y también deseo movilizar
los entes territoriales y el conjunto de los agentes institucionales y
asociaciones que trabajan en este ámbito.
El contexto de estas propuestas es bien conocido:
es el de la lenta erosión de la lectura, y de su declive como
práctica cultural de referencia desde la década de 1980. Se
lamentablemente confirmada por la Encuesta decenal sobre las prácticas
culturales de los franceses, publicada el pasado otoño por el Ministerio.
Al mismo tiempo, la encuesta reveló la aparición de nuevas
prácticas de lectura, así como la estructuración de una «cultura de pantalla»
en la generación de 14-25 años. Esta evolución no está exenta
riesgo, pero también ofrece oportunidades. Por lo tanto, impone
una renovación profunda de nuestras modalidades de intervención.
Desde hace unos veinte años asistimos a una diversificación de
usos del libro - la literatura que ocupa una parte decreciente en la
producción de libros y en la práctica de la lectura - y, más
todavía, a una diversificación de los soportes del texto. Con el
desarrollo de la prensa revista y sobre todo el espectacular auge de
esta «cultura de pantalla» de la que hablaba, somos cada vez más
llevados a leer en soportes distintos del libro, de modo que el destino de este
último ya no está indisolublemente vinculado al de la lectura.
La lectura de libros sufre desde hace tiempo la competencia de
nuevas actividades de ocio y permanece, en la mente de algunos, de cerca
asociada al mundo escolar. Por ello, encuentra una dificultad
creciente a inscribirse en el tiempo de ocio, vivido mayoritariamente
como el tiempo del descanso, del placer y de la convivencia,
especialmente entre las generaciones más jóvenes.
El libro también se ha banalizado globalmente a medida que se ha difundido con
la prolongación de la escolaridad, el desarrollo de los libros de bolsillo y la
venta en grandes superficies. Perdió su fuerza de fascinación
para los que, por sus orígenes sociales y culturales, no eran
familiares, así como parte de su poder de distinción entre los jóvenes.
Al mismo tiempo, el auge de los medios electrónicos le hizo perder su
hegemonía como medio de acceso al conocimiento y como vector
de enriquecimiento personal, en particular de las personas
moderadamente tituladas.
Por su parte, el público de los amantes de la literatura apenas se ha ampliado. Se
incluso puede sentir que ha tendido a estrecharse alrededor del núcleo
personas que tienen una relación profesional con el libro (ya sea
profesores, bibliotecarios, profesionales del libro y de la
cultura en general).
Además, las bibliotecas y mediatecas, que son los equipos
culturales, cuya asistencia había aumentado más desde 1989,
esta progresión disminuirá ligeramente, aunque la disminución del número
de inscritos en las bibliotecas es tomar con mucho
de precauciones. Pues nuevos usos de los lugares de lectura pública
desarrollan, y una biblioteca ya no es solo un lugar donde
toma prestados libros.
Este es el diagnóstico, tanto más preocupante cuanto que confirma una tendencia
iniciada hace varias décadas.
Sin embargo, estoy convencido de que esta evolución no es en absoluto
irreversible, que esta erosión no es en absoluto inexorable.
Observo, por ejemplo, que los Estados Unidos han logrado recientemente
cambiar una tendencia similar a la que conocemos en
desarrollando una acción fuerte a través de su agencia cultural
Nacional para las Artes, con un programa titulado
The Big Read, centrada en la literatura, movilizando a las escuelas, los actores
asociativos y comunitarios.
Devolver el gusto a la lectura a todos, independientemente de su origen
social, geográfica, cultural, exige una voluntad política inquebrantable.
Esta voluntad me anima y es la razón por la que propongo
hoy estas 14 medidas destinadas a restablecer un deseo de lectura
entre nuestros compatriotas.
Subrayo desde el principio que he querido exponerles «propuestas»
y no un «plan» llave en mano, porque la acción de mi ministerio en el
campo de la lectura es en gran parte partenarial: aquí está mi
método, el más adecuado para nuestra cultura.
En primer lugar, la política de la lectura se comparte dentro del propio Estado
con los Ministerios de Educación Nacional y de Educación
superior.
Mi colega Luc CHATEL anunció ayer en el Salón del Libro
medidas para luchar contra el analfabetismo, y acojo con satisfacción su compromiso con
tema esencial y la perfecta coordinación con la que actuamos.
En cuanto a la lectura estudiantil y las bibliotecas universitarias,
dependen del Ministerio de Educación Superior. También en este caso, la
materia de lectura pública debe concebirse de manera global y no
de manera competitiva. Así, una ciudad que construye un equipo
debe preocuparse por el estado de las bibliotecas universitarias del sector, y
tanto más cuanto que el retraso de los equipos universitarios franceses,
sobre todo en lo que respecta a los horarios de apertura,
usuarios de las bibliotecas municipales son a menudo estudiantes...
En su reciente informe, el senador GAILLARD deseaba la designación
un único líder institucional de la política del libro. Creo que
el Consejo del Libro da una respuesta satisfactoria a esta exigencia
una mejor coordinación de la acción pública. Por otra parte, el Informe sobre
el esquema digital de las bibliotecas, que me ha entregado Bruno RACINE a
la ocasión del Consejo del Libro del 22 de marzo, del que hablaré más tarde,
representa un notable ejemplo de trabajo compartido entre
administraciones.
Mis 14 propuestas se dirigen también a los entes territoriales,
porque su compromiso es insustituible para hacer funcionar el
Primera red cultural francesa con 16000 estructuras. La política
de lectura pública es, por otra parte, desde hace tiempo, una política dirigida
esencialmente por los entes territoriales. Esta característica
historia de nuestro país ha sido confirmada por las grandes leyes de
descentralización de 1982 y 1983, que, como ustedes saben, han
gestión de las bibliotecas departamentales de préstamo a los Departamentos.
El Ministerio de Cultura y Comunicación debe asumir un papel de
socio fiel y sensible a las necesidades de las comunidades. Su misión es
mostrar el camino, en un momento en que los usos de las bibliotecas
cambios, en particular debido a la evolución digital y a la
nuestra sociedad.
Mis propuestas se dirigen finalmente a los agentes asociativos, que
desea apoyar y acompañar más fuertemente.
Saludo en particular la presencia de Alexandre JARDÍN, cuya
notable asociación, Leer y Hacer Leer, realiza un trabajo
ejemplar en las escuelas. Volveré sobre ello.
Estas asociaciones actúan con gran eficacia y notable
creatividad en el mundo escolar, con las personas con discapacidad,
en los barrios, en los territorios rurales, en las cárceles, en los
hospitales, residencias de ancianos - donde públicos específicos
requieren. Estas asociaciones constituyen socios esenciales en
el proyecto que es mío para compartir mejor el gusto de la lectura a
todos nuestros ciudadanos.
Algunas de estas propuestas se verán reforzadas por el apoyo
mecenas. Quiero saludar a los representantes de las empresas aquí presentes
presentes, que estarán dispuestos a comprometerse y con los que vamos a
profundizar nuestro diálogo. Porque la lectura no es solo una cuestión
de Estado, un asunto del Estado, pero el de todos y cada uno.
Una preocupación constante guía estas propuestas: la de
cuenta los nuevos usos y la diversidad de los públicos de hoy en
todos nuestros territorios. La sociedad cambia; las prácticas sociales y
culturales están cambiando; la revolución digital está cambiando nuestra relación
a los textos y a la escritura, y más generalmente nuestro acceso a los bienes
culturales.
He deseado tener la visión más global posible, desarrollando una
Nuevas ideas sobre la oferta y los servicios de las bibliotecas
y las mediatecas públicas y mediante la ejecución de una
sensibilización y mediación sostenible.
Durante 20 años, el Ministerio ha lanzado programas nacionales
hacia la oferta, mediante la construcción de equipos destinados a completar
la ordenación del territorio. El programa de las Bibliotecas Municipales
a Vocación Regional marcó los años 90; ya está cerrado y
permitió el equipamiento de ciudades como Limoges, Marsella, Reims,
Montpellier, Orleans o Rennes, con una elevada tasa de intervención de
el Estado (de no menos del 40% en promedio), gracias a la Dotación General
de Descentralización. En 2003-2005, el programa de las «colmenas», o
pequeñas mediatecas de proximidad, situadas la mitad en zonas rurales
y para el otro en los suburbios, se han beneficiado de créditos específicos, y
2006, con cargo a los créditos de la ayuda especial de
la dotación general de descentralización.
Ahora me parece necesario que mi ministerio se preocupe
acompañar a las colectividades territoriales en el equipamiento
indispensable para responder a estos nuevos usos.
Mis propuestas toman decididamente el camino de los públicos y de sus
usos, en particular en lo que se refiere al digital, que constituye el reto
mayor en los próximos años, y que he dado prioridad a mi acción. Ofrece
nuevas potencialidades, que deseo explotar de la manera más eficaz
posible, y constituir una de las principales palancas de mi política de
«cultura para cada uno».
Es hora de llegar a las propias propuestas. Ahora voy a
presentarlos, encontrar los detalles (especialmente cifrados)
en la carpeta de prensa.
Les diré que movilizarán cerca de cien millones
de euros al año - sin incluir el presupuesto de la Biblioteca Pública
de información pública. Estas propuestas darán lugar a redistribuciones de
créditos. La evolución de nuestra política cultural pasa una capacidad de
movilizar de manera diferente los medios de que ya se dispone, no se trata
solo para tener nuevos medios. La sedimentación de nuestros
Los dispositivos requieren un replanteamiento de su organización y
jerarquización.
Así que vayamos a las propuestas. Se presentan a través de tres capítulos:
I - La primera parte consiste en adaptar las bibliotecas a los nuevos
usos de la lectura y el digital.
Las bibliotecas públicas deben evolucionar. La omnipresencia de lo virtual
en nuestras vidas probablemente aumentará la necesidad de real, de citas
y de intercambio. Nuestra concepción de las bibliotecas debe ser
orientada hacia las personas y la diversidad que las compone.
Deben convertirse en verdaderos lugares de vida y de convivencia,
Servicios múltiples adaptados a las nuevas necesidades
que emergen en la sociedad. También deben ir a conquistar
nuevas audiencias, desarrollar acciones fuera de los muros y establecer una
multiplicidad de asociaciones.
Las dos bibliotecas que dependen de mi ministerio deben ser
a los puestos avanzados de una acción en consonancia con los nuevos usos, en
poniendo en el centro de su proyecto la diversificación social de su público.
La Biblioteca Pública de Información (BPI) constituye una palanca importante.
Deseo que renueve su proyecto, su cultura y sus modos de
funcionamiento, para convertirse en un laboratorio piloto de experimentación y
prácticas innovadoras. Esta evolución deberá permitir suscitar y
animar una reflexión a nivel nacional, en una dinámica de diálogo
e intercambio con sus socios territoriales.
En cuanto a la Biblioteca Nacional de Francia (BnF), que dispone, en Hautde-
Jardín, con un espacio de 1.600 plazas abiertas a todos, deseo que sus
actividades y la oferta que ofrece permiten la acogida de un público más
más diversificado.
En el marco de una asociación renovada con los entes territoriales,
deseo también:
Favorecer la ampliación de los horarios de apertura de 50 bibliotecas
territoriales en las 50 comunidades más densamente
después de París. Un sobre específico se dedicará a esta
medida necesaria.
También quiero establecer un «contrato digital» para sus
bibliotecas y mediatecas, para hacer frente mejor a las noticias
prácticas relacionadas con la emergencia de la «cultura de pantalla».
Para 2015, todas las bibliotecas y mediatecas de las
municipios de más de 20.000 habitantes serán informatizados y
tendrán un sitio web. Recuerdo que hoy, 2/3 de
bibliotecas públicas de nuestro país todavía no tienen un
acceso a internet.
También deseo que mi ministerio establezca una asociación con
5 grandes bibliotecas o fondos regionales para su creación
5 bibliotecas digitales de referencia.
Con el fin de aplicar este contrato digital, quiero movilizar
los créditos de la Dotación General de Descentralización,
copatrocinados por el Ministerio de Cultura y Comunicación y el Ministerio de
Interior, y hacer que a partir de ahora puedan beneficiar a
equipo de servicios digitales.
La segunda parte tiene por objeto fomentar acciones innovadoras que puedan
promover este ideal de la «cultura para cada uno», e, la ocurrencia de la
«lectura para todos», especialmente para los jóvenes públicos.
Propondré a las colectividades territoriales nuevos contratos los
contratos territorios-lectura», más especialmente dirigidos a los barrios
dispositivos periféricos (según la definición del plan «Dinámica
Esperanza Suburbios»), sino también en los territorios rurales. Estos contratos
movilizarán tanto créditos de funcionamiento como créditos
inversión: 2 millones de euros para estos contratos,
en una financiación limitada para mi ministerio al 50%, es decir, un volumen
4 millones de euros en total.
Como he dicho, quiero ayudar de manera más significativa a
asociaciones y duplicar la dotación financiera destinada a ellas.
Ya he mencionado la asociación Leer y Hacer Leer de Alexandre Jardín. Este
asociación realiza un trabajo ejemplar en las escuelas de todo
de nuestro territorio, movilizando a jubilados voluntarios para hacer la
lectura a estudiantes jóvenes. 250.000 estudiantes están actualmente involucrados
por esta acción. Deseo que juntos, junto con mi colega
Luc Chatel, podemos llegar a 1.000.000 estudiantes de aquí a
tres años. Trabajaremos en ello en las próximas semanas.
pienso también en ATD Cuarto Mundo y en las acciones que
asociación rural, en la asociación ACCES, así como en
la acción «Acompañamiento hacia la lectura» llevada a cabo por la Asociación de la
Fundación Estudiantil para la Ciudad (AFEV) y los estudiantes voluntarios que
se comprometen con las poblaciones más alejadas de la lectura.
Con esta perspectiva voy a lanzar del 27 al 30 de mayo
una nueva fiesta del libro titulada «¡La lectura! ». Fundada
sobre un principio participativo que consiste en invitar a los franceses a
espacio público, se beneficiará de nuevas asociaciones, en particular
con la Educación Nacional, Bayard Presse y la SNCF para un 'passelivre
» nacional. Tendría la oportunidad de presentar esta fiesta más en
detalles en las próximas semanas.
Otra operación de promociones de la lectura para cada uno me sostiene todo
especialmente en el corazón: se trata de «Primeras Páginas», dispositivo que
ofrece, cada nuevo nacimiento, un libro para el niño y una guía de
lectura. Esta operación se realiza en colaboración con la Caja Nacional
de Subsidio Familiar, cuyos representantes aquí presentes saludo, y con
los 6 Departamentos en los que se encuentra en fase de experimentación:
desea que se extienda a la mitad de los departamentos franceses de aquí a
2015.
La tercera parte tiene por objeto mejorar la coordinación y la vigilancia de las
mi ministerio trabaja con todos sus socios públicos, con el fin de
aumentar la eficacia.
Deseo perpetuar el diálogo resultante del Esquema numérico de
bibliotecas que me entregó Bruno RACINE el pasado 22 de marzo, creando
un grupo de trabajo en el seno del Consejo del Libro y confiándole la puesta
la aplicación de las principales recomendaciones del informe.
También deseo modernizar el sistema nacional de información de
el Observatorio de la Lectura Pública, ampliándolo de 4000 a 16.000
lugares de lectura pública y su adaptación a los intercambios internacionales de
datos.
Por último, crearemos un sistema con los entes territoriales
información compartida para un mejor conocimiento de las políticas de
la lectura a partir de las conclusiones del estudio que se realizó este mes de
marzo por el Centro para la Investigación y el Estudio de las Condiciones de Vida
(CREDOC).
El conjunto de estas propuestas, que dirijo a los socios de la
política de la lectura, pide ser profundizado por un trabajo colectivo
que se devolverá en otoño de 2010, en Nancy, durante las primeras Audiencias
nacionales de la lectura pública», organizados con la ciudad de Nancy y el
Centro Nacional de la Función Pública Territorial, cuyos
representantes.
Estos son los principales ejes de mis propuestas para
reavivar el deseo de leerlo en nuestro país y contribuir así, mediante la lectura, a
dar a todos las claves de entrada en el mundo, a veces de difícil acceso
de la cultura.
Por último, quiero dar las gracias a la Dirección General de Medios de Comunicación y
Industrias Culturales (DGMIC) y su directora general, Laurence
FRANCESCHINI, y muy especialmente el Servicio del Libro y de la
Lectura y su director, Nicolas GEORGES, administración de la que saludo
la calidad y que, contrariamente a lo que a veces se oye, no es ni
disuelta, ni dislocada... sino estabilizada en sus efectivos y
su organigrama, y plenamente movilizado.
Gracias por su atención, y estoy a su disposición para
responder a sus preguntas.