Pina Bausch desaparece y es la danza contemporánea en su totalidad la que se ve huérfana de uno de sus mayores maestros. Creadora de genio, imprimió de sus descubrimientos y de su estilo, a escala mundial, el arte coreográfico de la segunda mitad del siglo XX.
Fundadora del Tanztheater - la danza-teatro, Pina Bausch dio a la danza una nueva «escritura de los cuerpos», abriéndola al canto, al juego, a la palabra, trastornando la relación con el espectador.
Si la ciudad de Wuppertal en Alemania puede enorgullecerse de haber tenido como embajadora a una de las coreógrafas más inventivas de su tiempo, París fue también, por la presencia regular de Pina Bausch en el Théâtre de la Ville, su «residencia de corazón» donde en enero de 2009 interpretó su último espectáculo Sweet Mambo. A lo largo de las creaciones, ofreció al público francés sus más bellos momentos de danza, en particular mediante la transmisión, en 1997, al repertorio del Ballet Nacional de la Ópera de París del Coronación de la primavera, creado en 1975.
Muchos artistas de renombre pueden reivindicar su influencia, en primer lugar el bailarín francés Dominique Mercy, el amigo de siempre, el más fiel colaborador.
Con la desaparición de una de sus representantes más brillantes, el mundo de la danza está de luto.