Cultura y Política de la ciudad
A su vez concebida como una política interministerial y contractual, como una política dirigida a públicos, incluso como un método de acción pública, la política de la ciudad comporta una doble dimensión territorial y social. Mientras que la ordenación del territorio pretendía acompañar la modernización y la urbanización, planificar el desarrollo de la economía nacional y favorecer la emergencia de metrópolis regionales, la política de la ciudad - surgida durante los años setenta bajo diversas formas en el conjunto de los países industrializados - tiene por objeto reintegrar territorios en desuso en la dinámica urbana. Uno de los objetivos principales de una política de desarrollo cultural es, pues, un "retorno al derecho común " de los barrios de la política de la ciudad. Paralelamente a una política de democratización de la cultura, impulsada por los equipamientos culturales, y de educación artística, el Ministerio de Cultura ha tenido en cuenta proyectos artísticos que integran una dimensión de cohesión social. Tienen en común movilizar prioritariamente a personas que, por su posición social, tienen dificultades de acceso a los bienes y servicios culturales, multiplicadas por una representación negativa de su entorno de vida, sino también de su capacidad de integrarse en un mundo común.
Las acciones llevadas a cabo o apoyadas por los servicios desconcentrados del Ministerio de Cultura en el ámbito de la política de la ciudad afectan al conjunto de sus ámbitos de intervención - desde los archivos hasta el espectáculo vivo, desde el entorno de vida hasta el audiovisual, de la lectura pública al cine - y de las herramientas que les sirven - educación artística, participación de los habitantes, mediación.
Sólo abarcan una parte de las operaciones llevadas a cabo por las direcciones regionales de asuntos culturales y los establecimientos públicos u otras instituciones que contribuyen al objetivo de democratización del acceso a la cultura: fijación de precios, apertura de la programación a nuevas formas...
El denominador común de estas acciones es poner de relieve el proceso de adquisición, la experiencia de otra dimensión de la existencia, la participación en un proyecto.
Algunos de los proyectos apoyados tienen su origen directamente en un contexto de transformación urbana: la destrucción de un barrio, una operación de renovación, la demolición y reconstrucción de una ciudad, desde una perspectiva histórica y de memoria.
Otros ponen en relación saberes y know-how del patrimonio, de la arquitectura y del urbanismo con la experiencia sensible de los participantes, favoreciendo un diálogo con los planificadores sobre la evolución de la ciudad.
También está presente la función de las prácticas artísticas y de la mediación cultural en la inserción profesional y social.
La ubicación de los lugares o proyectos en la geografía de la ciudad es a menudo determinante para su capacidad de permitir el desarrollo de una nueva práctica de la cultura.
La implicación de las instituciones culturales en estos proyectos es múltiple: ellas son a veces el origen de las acciones llevadas a cabo, por lo tanto integradas en su política de creación, difusión y transmisión; constituyen puntos de apoyo, como lugares recursos, de acogida, de formación.