Primera intervención
Señor Embajador:
Señor Secretario General de Asuntos Europeos,
Señoras y señores:
Queridos amigos:
Pocos días antes del terrible atentado que golpeó la semana pasada a Charlie Hebdo y, con él, a la República y a la libertad de expresión, los invité a la mesa redonda que nos reúne hoy.
A la vista de los trágicos acontecimientos que nos han afectado tan duramente, me he preguntado si era necesario mantener nuestra reunión, si hablar de derechos de autor y de Europa estaba en el orden del día, cuando estamos enlutados y consternados.
Hacer esta pregunta es, por supuesto, contestarla: sí, por supuesto; cuando un sitio de prensa es atacado directamente por los adversarios de la República; cuando creadores, autores, dibujantes, están, al lado de los que los protegían y de los que trabajaban con ellos, salvajemente asesinados; cuando todo esto ocurrió en Francia, país de la libertad.
El mundo entero ha tomado conciencia del precio infinitamente precioso de la creación, de la cultura, de todo lo que debemos a los autores y a los artistas.
En circunstancias como las que vivimos, nos damos cuenta de que Europa no puede ser sólo un gran mercado.
Por ello, el conjunto de los Ministros de Cultura de los 28 Estados miembros de la Unión Europea, por invitación conjunta de Francia y de la Presidencia letona, firmado ayer una declaración conjunta que expresa nuestra determinación común de defender la libertad de expresión y la libertad de creación, que son valores fundamentales del proyecto europeo.
Y esa es la razón por la que he querido recibirlos hoy.
Porque hablar del futuro del derecho de autor en Europa es hablar de cultura, de innovación y del proyecto político que queremos para Europa.
Tras la aridez de las directivas, de las leyes y de los tratados, Europa debe estar muy atenta a las opciones que hace para el futuro del derecho de autor.
Por lo tanto, nos hemos reunido hoy aquí para llevar una fuerte ambición europea en materia de derechos de autor.
El país de Beaumarchais y de Charlie Hebdo debe, pues, más que nunca estar a la altura de su misión histórica de defensa y promoción del derecho de autor.
Para ello debe hablar con voz fuerte. Gracias al informe presentado por el profesor Sirinelli, estas propuestas ambiciosas e innovadoras comienzan a perfilarse.
La reunión de hoy debe ayudar a precisarlas, a enriquecerlas y a poner en marcha un trabajo colectivo que me esforzaré por animar y estimular para que Francia desempeñe todo su papel en el debate europeo.
Sin más preámbulos, doy la palabra al Embajador Pierre Sellal, que nos honra y nos hace la amistad de unirse a nosotros para informarnos del estado de la cuestión desde Bruselas.
Intervención concluyente
Señoras y señores:
Queridos amigos:
Gracias Pierre Sellal por esta exposición de la situación en Bruselas y su gran experiencia en el funcionamiento de las instancias comunitarias nos será, evidentemente, sumamente valiosa en los debates que van a nacer.
Debo dejarles en unos minutos para una reunión de emergencia en el Elíseo, pero permítanme esbozar en pocas palabras los ejes de trabajo que el Ministerio de Cultura vislumbra.
El pasado mes de noviembre, ante el Consejo Superior de la Propiedad Literaria y Artística reunido en esta misma sala, tuve la oportunidad de expresar mi movilización por el derecho de autor en Europa, y de llamarle a contribuir, reflexionar, proponer.
Pierre Sirinelli les recordará más tarde las pistas de reflexión que vislumbra en su estudio sobre la Directiva 2001/29.
Como nos ha explicado Pierre Sellal, la urgencia y la importancia del tema no han hecho más que confirmarse desde entonces.
Para influir en este debate europeo, Francia debe presentar ahora de la manera más concreta posible su visión de la modernización del derecho de autor.
En mi opinión, cuatro temas serán esenciales para nuestras propuestas.
El primero de ellos se refiere a la remuneración de la creación y al estatuto de los intermediarios técnicos.
El nuevo entorno de las grandes plataformas digitales, portador de tantas promesas de acceso a la cultura, debe también dar vida a los autores y creadores.
Es hora, como hace Pierre Sirinelli, de plantear la cuestión de la adecuación del marco jurídico definido a finales de los años noventa, basado en gran medida en la exención de responsabilidad de las plataformas.
El papel predominante desempeñado por estos actores en el acceso a las obras nos incita a reflexionar sobre su regulación, la definición de obligaciones de lealtad y la revisión de su estatuto jurídico.
Es un tema en el que estoy trabajando con mis colegas del Gobierno.
La segunda prioridad debe ser la aplicación efectiva de los derechos de autor y derechos afines.
La piratería comercial, que priva a los creadores del fruto de su trabajo y alimenta una economía fraudulenta, es inaceptable.
El debate sobre el marco europeo de los derechos de autor no puede prescindir de esta reflexión, ya que el tema trasciende por naturaleza las fronteras nacionales.
Hay que implicar a todos los actores del ecosistema digital, al igual que la misión que he confiado recientemente al Sr. Julien Neutres en el ámbito de la publicidad en línea.
Yo inicié esta obra de lucha contra los sitios ilícitos en Francia. No podemos aceptar que se modifiquen las directivas sin que se aborde este tema.
El tercer tema es la portabilidad de los contenidos y la interoperabilidad de los formatos.
La interoperabilidad de los formatos es a veces un rompecabezas para los usuarios de servicios en línea que todos somos.
Debe ser un objetivo para Europa, para escapar de los mundos cerrados en los que los gigantes digitales nos quieren encerrar.
En cuanto a la portabilidad, consiste en garantizar que, cuando un ciudadano suscribe una suscripción digital, pueda disfrutar de un derecho de acceso en el conjunto de la Unión Europea.
Es una expectativa legítima y hay que trabajar en ello sin jugar con fuego cuestionando desconsideradamente la base territorial de los derechos.
Por último, el cuarto tema que debemos abordar es el acceso al conocimiento y la participación en la cultura. La revolución digital ha generado demandas totalmente nuevas, a las que debemos dar respuesta.
En el mundo de la educación, la investigación o las bibliotecas, un servicio público está reinventándose completamente, y las expectativas de modernización del derecho de autor son fuertes.
Estas expectativas del mundo de la investigación y de la creación tales como la excavación y la exploración del texto (text and data mining), el desarrollo de prácticas transformadoras deben tenerse en cuenta
En cambio, hay que tener cuidado de no creer que a todo tema nuevo sólo hay una respuesta pertinente, que sería la consagración de una nueva excepción.
La excepción debe seguir siendo rara y constituir un último recurso si no puede aplicarse el régimen normal de derechos de autor.
Por ello, es necesario emprender un verdadero trabajo de modernización de las licencias.
Otras cuestiones son la normalización de los metadatos, la mejora y la identificación de las obras. Es responsabilidad de la Unión Europea dedicarse a ello.
En cuanto a las excepciones existentes en el Derecho europeo, hay que examinar las vías de modernización, cuando surge una necesidad evidente de actuar a nivel europeo, en particular porque existe una demanda de acceso transfronterizo.
En cambio, cuando los dispositivos existentes muestran equilibrios delicados, eventualmente establecidos en términos muy divergentes según los Estados miembros, como en el caso de la copia privada, no hay razón para buscar un aumento de armonización.
Una vez aclarada la «doctrina de empleo» de las excepciones, debe darse prioridad a las peticiones de modernización y adaptación de las condiciones impuestas por el Derecho de la Unión, por ejemplo, para las bibliotecas, la cita o la parodia.
En todas estas obras, del estatuto de las plataformas al respeto del derecho de autor, de la portabilidad al acceso al saber, Francia puede - y debe- hacer progresar el debate europeo para acercarlo a los verdaderos retos y protegerlo de las falsas buenas ideas. El informe de Pierre Sirinelli es una mina de análisis y argumentos. Hay que seguir trabajando.
Sin ignorar los matices, a veces fuertes, que pueden separarlos, estoy segura de que todos tenemos un interés colectivo en proseguir el trabajo iniciado hoy.
Por consiguiente, he pedido a mi oficina y a mis servicios que establezcan y mantengan un grupo de seguimiento. Su misión será ayudar a Francia a influir mejor en el debate europeo. Nos permitirá compartir información sobre la evolución europea, pero también entre nuestros socios bilaterales, con los que mis servicios están en contacto permanente. También nos permitirá, y sobre todo, afinar y afinar nuestras propuestas. Por mi parte, os volveré a reunir en este formato plenario cuando sea necesario.
Nos veremos de nuevo durante esta gran obra que se abre ante nosotros.
Desde ahora, los plazos se multiplican:en el Parlamento Europeo hay que saludar la creación de un intergrupo sobre las industrias culturales y creativas.
Están en curso los informes sobre la protección de los derechos de propiedad intelectual (informe Svoboda) y sobre la modernización del derecho de autor (informe Reda).
En Bruselas, la próxima etapa de este trabajo será la reunión organizada por Pierre Sellal el 3 de febrero en torno a Pierre Sirinelli.
El papel del sector cultural que representáis será decisivo para influir en las decisiones que se tomen.
Sé que puedo contar con su movilización ante las instituciones europeas, pero también con sus socios europeos ante los gobiernos de los Estados miembros.
Más que nunca, es esencial mostrar la fuerza y el compromiso de un sector cultural europeo unido, superando las fronteras de los Estados y de las disciplinas artísticas. Por lo tanto, les invito a intercambiar puntos de vista para coordinar sus acciones.
La reunión de hoy es sólo el primer paso.
Sólo me queda darle las gracias. Lamento tener que dejarles con tanta prisa, pero ahora pasaré la palabra a Pierre Sirinelli para profundizar en las cuestiones muy técnicas del derecho de autor y de los derechos afines.