El director Luc Bondy, director del Teatro Nacional del Odeón, falleció hoy.
Luc Bondy era un verdadero mago del teatro. Es una pérdida inmensa para Europa, para el mundo del teatro, para todas aquellas y aquellos que han tenido la suerte de trabajar con él, y para el público al que ha servido hasta el final, con un compromiso y una valentía que obligan a la admiración.
Desde 2012, había hecho del odeón-teatro de Europa uno de los crisoles más ardientes de la creación contemporánea, trasladando en él el espíritu que había hecho los buenos días de la Schaubühne de Berlín o los Wiener Festwochen que había dirigido maravillosamente.
En el odeón, conoció grandes éxitos por sus puestas en escena, especialmente Las Falsas Confidencias de Marivaux o, más recientemente, Ivanov de Chéjov; aumentó la dimensión internacional de la institución por la acogida de grandes nombres del teatro europeo; también abrió el teatro a la nueva generación de directores franceses.
Luc Bondy trabajaba en cualquier circunstancia con el amor del texto, de los autores y de los actores, que combinaba con una aguda inteligencia de la dramaturgia y de la escena. Nos deja a los 67 años, en la cima de su carrera, que le ha llevado a trabajar en toda Europa, en este viaje de ida y vuelta incesante entre los grandes autores franceses y europeos, y que le ha hecho un artista completo, en el teatro, en la ópera y en el cine.
A su esposa Marie-Louise, a sus hijos y a su familia, a todo el personal del Teatro Nacional del Odeón, quiero expresar la tristeza que nos abraza y presento mis más sinceras condolencias.
Un libro de visitas está instalado en el vestíbulo del Teatro del odeón 6e