Muchos rasgos parecen definir comúnmente a los coleccionistas, independientemente del objeto de la colección. Sin embargo, los coleccionistas que apoyan el arte «en proceso de hacerse» se distinguen por prácticas más variadas que las usuales entre el conjunto de los coleccionistas. Además de ser comprador, el coleccionista de arte contemporáneo puede influir en la vida artística, en particular gracias al apoyo material prestado a los artistas y porque contribuye a la construcción del valor artístico. Esta particularidad es tanto más notable cuanto que el compromiso del coleccionista no es exclusivo de una sola élite adinerada, como lo demuestra la tipología de los perfiles de coleccionistas establecida en esta obra.
Graduado, senior y franciliano
En su mayoría hombres (73% de los coleccionistas son hombres), la población de coleccionistas se distingue por su nivel de diploma más alto que el conjunto de la población. Casi dos tercios tienen más de 50 años y casi la mitad residen en Île-de-France, dos características que se unen a las de los públicos de la cultura. La edad media de los coleccionistas se explica en parte por la capacidad financiera relacionada con el ciclo de vida. Si bien casi la mitad hizo su primera adquisición entre 20 y 30 años, un tercio comenzó su colección antes. Las colecciones de arte contemporáneo son de tamaño y naturaleza variados: una de cada cinco tiene más de 200 piezas, mientras que más de un tercio tiene menos de cincuenta. Para la mayoría expuestas en el domicilio del coleccionista, se trata en primer lugar de pintura, escultura, fotografía o dibujo para las tres cuartas partes de las colecciones, y mucho menos frecuentemente de vídeo o de instalaciones.
Del compromiso altruista a las motivaciones económicas
El coleccionista de arte contemporáneo también actúa por su compromiso con los artistas. También está en contacto con las galerías de arte y con los museos, participando así en la difusión del arte y contribuyendo a la notoriedad de los artistas. Su inversión en la vida artística, cuya intensidad se correlaciona con el tamaño de su colección, responde a motivaciones variadas. Los móviles individuales (búsqueda de placer estético), sociales (deseo de distinguirse o de integrarse en un medio social codiciado) y financieros (enriquecerse, constituir un patrimonio) se combinan en su actividad de coleccionista. La intensidad de estas motivaciones y su jerarquía varían a lo largo de los años.
El martes 12 de mayo de 2015, de 9.00 a 12.00 horas en el Centro Pompidou, un encuentro reunirá a autores, investigadores y galeristas para presentar y debatir los resultados de este libro. Programa completo e inscripciones en:
«Coleccionistas de arte contemporáneo: actores desconocidos de la vida artística»
Nathalie Moureau, Dominique Sagot-Duvauroux, Marion Vidal
20 p. - abril 2015 - Coll. «Cultura estudios» 2015-1