« Restaurar el patrimonio no es solamente renovar «viejas piedras», es restaurar un imaginario, una historia, los sueños que las construyeron ». ¿Es mejor la definición del impulso que impulsa a rehabilitar nuestros edificios que la que da Rima Abdul Malak, ministra de Cultura? Un impulso que representa también, prosigue la ministra: un formidable catalizador de movilización ciudadana », cuya ambición es « ofrecer una nueva vida a un lugar, abrirla a los habitantes, acoger allí proyectos que crean sentido y vínculo ».

Es este mismo impulso que lleva, desde hace seis años, la Misión para la salvaguardia del patrimonio en peligro dirigida por Stéphane Bern, en colaboración con la Fundación del patrimonio y con el apoyo del Ministerio de Cultura y FDJ a designar cada año, después del voto de los franceses en la plataforma Missionbern.fr18 lugares emblemáticos en todo el territorio. Desde 2018, se han restaurado 762 sitios, incluidos 108 proyectos emblemáticos del patrimonio regional. La cosecha 2023 se dio a conocer el jueves 16 de marzo.

Diversidad y atractivo

Como cada año, lo primero que llama la atención es el eclecticismo de los edificios y sitios seleccionados. « Para esta sexta edición, asegura Stéphane Bern, estos 18 nuevos sitios emblemáticos reflejan una vez más la diversidad de nuestro valioso patrimonio: agrícola o vernáculo, industrial o obrero, religioso consagrado o desacralizado, arqueológico, castillo o casa de ilustre... el patrimonio es asunto de todos ». Entre ellos se encuentran un puente-acueducto romano, en Ansignan (Pirineos Orientales), una antigua azucarera, en Trois-Rivières (Guadalupe), la casa de Colomba, en Fozzano (Córcega del Sur) o la sinagoga de Elbeuf (Sena Marítimo).  

El otro aspecto importante es el nuevo atractivo de estos sitios. « Detrás de cada sitio salvadodestaca Rima Abdul Malak, son habitantes comprometidos que luchan por revivir su patrimonio, voluntarios que siguen las obras, empresas locales y artesanos que llevan a la vida cotidiana la pasión del patrimonio y los conocimientos técnicos de nuestras regiones. » La ambición es también, según Stéphane Bern, de « asignarles, si es necesario, una nueva vocación educativa e integradora para transmitirla de manera perenne a las futuras generaciones ». En suma, un reto cultural y territorial importante.