En el marco de la Fiesta de la Música, el ministro de Cultura y de la
Comunicación quiso honrar en particular el Cantu in paghjella y el
Maloya, con motivo de una ceremonia que combina tomas de palabras y presentaciones
musicales y cantadas.
El Maloya es a la vez una forma de música, un canto y una danza propios de la isla de
la Reunión. Mestizo desde el principio, fue creado por los esclavos de origen malgache y
africana en las plantaciones azucareras, antes de extenderse a toda la población de la isla.
Antiguamente diálogo entre un solista y un coro acompañado de percusión, el Maloya
toma hoy formas cada vez más variadas. Cantado y bailado en el escenario por
artistas profesionales o semiprofesionales, se mezcla con el rock, el reggae
o jazz. Antiguamente dedicado al culto de los antepasados en un entorno ritual, el Maloya es
convertido poco a poco en un canto de quejas y reivindicaciones para los esclavos y,
desde hace unos treinta años, una música representativa de la identidad de la Reunión. Es
debe su vitalidad a unos 300 grupos y a una enseñanza musical especializada
conservatorio de la Reunión.
La paghjella es una tradición de cantos corsos interpretados por los hombres. Asocia
tres registros vocales, hace un amplio uso del eco y canta a capella en varios
lenguas entre las que se encuentran el corso, el sardo, el latín y el griego. Tradición oral a la vez
profana y litúrgica, se canta en diferentes ocasiones festivas, sociales y
religiosas. A pesar de los esfuerzos de los practicantes para reactivar el repertorio, la paghjella
perdió gradualmente su vitalidad. Si no se tomaba ninguna medida, corría el riesgo de
sobrevivir únicamente en forma de un producto turístico desprovisto de vínculos con la
comunidad que le dan sentido.
Desde 2003, la Convención de la UNESCO para la salvaguardia del patrimonio cultural
intangible fija como objetivo a los Estados que la han ratificado la protección de los ritos, prácticas,
expresiones, representaciones y tradiciones de sus comunidades en
campos tan diversos como la música, los cantos y las danzas tradicionales, el saber hacer
y técnicas, manifestaciones colectivas, tradiciones orales.
El acto tuvo lugar la víspera de la apertura de la tercera edición de la Conferencia de la UNESCO
Asamblea General de los Estados partes en la Convención, que reunirá a los ciento veinte
países que han ratificado la Convención.
Frédéric Mitterrand, ministro de Cultura y Comunicación, celebra la inscripción del Maloya y del Cantu in paghjella profana y litúrgica de Córcega de tradición oral, en el patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO
En 2009, cuatro expedientes de candidatura presentados por Francia fueron inscritos en las listas representativas y de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial (PCI): LeMaloya, el arte del rasgo de Carpintería y el know-how de la Tapicería de Aubusson para el representante, el Cantu in paghjella de Córcega para la lista de copia de seguridad.
Publié le 22.06.2010
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