Músicas que vienen de todo el mundo, que abren las montañas a horizontes lejanos, que arrastran a los aficionados iluminados, a los musicólogos, pero también a todos los que no saben nada de música y se contentan con apreciarla. Seis días de espectáculos, más de veinte conciertos... este es el Festival de Musi'Queyras que celebra su 32ª edición del 14 al 20 de julio. Son también escenas improvisadas bajo una carpa, en las plazas de los pueblos, en las iglesias. Un evento que atrae a más de 4.000 espectadores cada año. « Este festival hace vibrar todo un territorio », se felicita Henri Charrier, presidente de la asociación Musi'Queyras. « No son solo conciertos, sino también animaciones, talleres, pasantías y un baile folk, intergeneracional, donde se mezclan los habitantes del territorio y los veraneantes. »
Conciertos en casas particulares y refugios
El resto del año, Musi'Queyras no se duerme sobre sus instrumentos. La asociación organiza también cursos, entre los cuales el famoso Mizik-Miglisse en marzo, conjugando las alegrías de la música y las del esquí y los conciertos.
« Programamos dos giras de conciertos en casa del habitante, de pueblo en pueblo, así como conciertos en los refugios de montaña, los músicos se desplazan, a pie, de uno a otro. Son momentos muy amigables, que favorecen una gran cercanía entre los artistas y los espectadores. »
Queyras Factory o la modernidad del Trad
Musi'Queyras también ha lanzado un ambicioso programa musical, pedagógico y artístico: Queyras Factory.
« Los músicos profesionales de Groove Factory y una docena de músicos aficionados se apropian así del patrimonio musical de los Altos Alpes y tejen lazos sociales y artísticos a través de nuestra memoria colectiva. Su misión: crear un repertorio folk contemporáneo que combine la música tradicional local de los Altos Alpes e Italia con las técnicas de la música actual, samples, pads... El año 2024 será la culminación de su trabajo con conciertos dentro y fuera del territorio. »
Un proyecto magnífico que valora todo un territorio. Porque si la música tradicional forma parte de nuestra historia, también embellece nuestro presente.
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