Estoy contenta por mi primera intervención pública sobre las cuestiones relacionadas con el audiovisual de intervenir en el marco de este Festival de la Ficción de la Rochelle que, por su calidad y su proyección, se ha convertido en una cita ineludible de los profesionales de la televisión. La presencia de personalidades eminentes del sector en la mesa redonda y en el Salón esta mañana es prueba de ello. Y quiero dar las gracias a Quentin RASPAIL por la calidad impecable de su organización.
Mi ambición es la proyección de la creación francesa en el mundo.
Por lo tanto, estoy especialmente contenta de estar hoy entre ustedes, porque estoy convencida de que con la ficción televisiva Francia tiene una gran carta que jugar.
En primer lugar, porque es un formato propicio a las expresiones y a las estéticas audaces e innovadoras, que permite la renovación de la creación y la emergencia de nuevos creadores. Próxima a las nuevas prácticas culturales, la ficción televisiva es un valioso vector para el desarrollo de una cultura abierta a los nuevos talentos y a todos los públicos.
En segundo lugar, porque es un sector en el que la especificidad francesa es ahora notable. El New York Times o el Gardian ahora evocan el qué que hace que la calidad y el éxito de nuestras producciones recientes.
Además, una producción francesa, "Les Revenants", recibió el premio a la mejor serie dramática en la última ceremonia de los Premios Internacionales Emmy en Nueva York, un año después de otra serie francesa, «Braquo». Es un activo indiscutible para nuestro país, cuya proyección se basa en una identidad cultural fuerte y en la exportación de su excelencia artística y de sus industrias culturales.
En nombre de la renovación de los estéticos y de los públicos, en nombre de la proyección cultural de nuestro país, debemos hacer en Francia la apuesta de la ficción televisiva.
Para hacer de nuestro país un campeón de la ficción, necesitamos:
- Apostar por una producción francesa rica en su diversidad
A este respecto, quisiera subrayar la diversidad de la producción presentada en La Rochelle, y felicitarme por el hecho de que la mayoría de las películas y series presentadas hayan sido apoyadas por el CNC, a semejanza de Rouge Sang », « Nuestros queridos vecinos », « Pep’s », « Los Lascars », « Escenas domésticas » o, en la categoría Web-fictions, « La conserje está en la escalera».
Unitarios, series, programas cortos, formatos más largos, programas humorísticos, policías, o que tratan de temas de sociedad: esta diversidad de perspectivas, debe ser, más que nunca, la marca de la ficción francesa.
La inversión ejemplar del servicio público en la financiación de la ficción francesa debe ser elogiada a este respecto. En 2013, en un contexto financiero difícil, France Télévisions mantuvo un nivel muy elevado de inversiones en la creación de ficción, a 255 millones de euros. ARTE France, por su parte, confirmó su apoyo activo a la ficción francesa asignando, en 2013, cerca de 1/3 de sus inversiones a la creación, es decir, 27 millones de euros.
Y las emisoras privadas como TF1 o M6, mantuvieron su inversión en un contexto desfavorable.
Sin embargo, no podemos ignorar esta simple constatación: Francia sigue siendo uno de los pocos grandes países europeos en los que la producción nacional no supera en audiencia a la estadounidense. No podemos estar satisfechos con ello y debemos seguir poniéndonos al día. He escuchado las declaraciones de algunos de ustedes sobre este tema desde el comienzo del festival.
Por eso, para hacer de Francia una campeona de la ficción televisiva, es necesario también:
- Basarnos en una política editorial ambiciosa y, sin duda, más audaz, y al mismo tiempo asumir resueltamente la dimensión industrial de la producción de ficciones, en particular de series
Uno de los medios para favorecer el auge de la ficción francesa es asociar más a los difusores. Por ello, la Ley de 15 de noviembre de 2013 relativa a la independencia del sector audiovisual público introdujo la posibilidad de que las emisoras tuvieran en su poder, en la parte independiente de su contribución a la producción, participaciones de coproducción sobre las obras que financian de manera sustancial. El objetivo del legislador es permitir a los difusores acompañar y controlar mejor determinadas obras emblemáticas difundidas en sus antenas, al tiempo que se enmarcan los derechos secundarios y los mandatos de comercialización que pueden tener para evitar que se congelen los derechos.
En este marco, la DGMIC lanzó el pasado mes de junio una consulta sobre las modificaciones que deben introducirse en los decretos que fijan el régimen de contribución de los servicios de televisión a la producción de obras audiovisuales, comúnmente denominados decretos de producción, para incorporar las modificaciones introducidas por la ley y precisar las medidas de acompañamiento necesarias.
Teniendo en cuenta las numerosas contribuciones que hemos recibido, creo que hoy hemos llegado a un punto de equilibrio sobre este texto con:
- la confirmación para las cadenas de la posibilidad de adquirir participaciones de coproducción, en el marco de su obligación de producción independiente, cuando su inversión sea superior al 70% del presupuesto de la obra, pero limitando al 50% del total de la inversión del editor las sumas invertidas en coproducción. Esta era la condición lógica para que esa inversión se contabilizara siempre en los llamados bonos "independientes";
- un marco de los mandatos y de los derechos secundarios basado en el respeto de un procedimiento de negociación equitativo, transparente y no discriminatorio que permita a la obra ser comercializada por el distribuidor que mejor pueda venderla: es un elemento central del equilibrio. Para evitar cualquier confusión entre la negociación de la inversión de la cadena y la de los mandatos, esta última deberá intervenir después del compromiso del difusor sobre la financiación de la obra;
- Por último, se proponen dos cláusulas, una destinada a evitar la congelación de los derechos de difusión y otra destinada a evitar una posible congelación de los mandatos, con el fin de favorecer una mejor circulación de las obras. Sin embargo, se ha previsto una protección específica para las series en las que se están produciendo nuevos episodios, a fin de que las emisoras no se vean obligadas a retransmitir las temporadas anteriores.
Por otra parte, se proponen otras medidas de simplificación de los textos remitiendo más ampliamente a los convenios y al pliego de condiciones.
Se trata, pues, de un texto concluido que voy a transmitir al CSA para que emita su dictamen, que, además de la cuestión central de la aplicación de las disposiciones relativas a las modificaciones del artículo 71-1 de la Ley de 30 de septiembre de 1986, aporta varias innovaciones importantes, en particular la integración de los gastos en las obras web en los gastos subvencionables en virtud de la obligación de las cadenas.
Pero este texto, por necesario que sea, no puede por sí solo garantizar el desarrollo y la renovación de la producción audiovisual. Por lo tanto, les insto a que reanuden las negociaciones profesionales para permitir, si lo consideran necesario, que evolucionen sus relaciones, por ejemplo, sobre la cuestión del alcance de los derechos cedidos por los productores a las emisoras, o sobre la subida de los derechos de recaudación.
Pero para hacer de Francia una campeona de la ficción televisiva, también necesitamos:
- Considerar la llegada de nuevos actores como una oportunidad de desarrollo para nuestras sociedades de producción y renovación del sector audiovisual
Pascal Josèphe, presidente este año del comité de selección del Festival, recuerda en su editorial de apertura un punto importante que debe llevarnos a reflexionar de manera positiva. Actores estadounidenses como Netflix, Amazon o incluso iTunes ofrecerán una oferta muy rica de ficciones y series de televisión.
Ahora bien, nuestro volumen horario de producción de ficciones es hoy mucho menor que el de nuestros vecinos alemanes, por ejemplo, y hay que considerar la llegada de actores extranjeros como una oportunidad de desarrollo para nuestras sociedades de producción.
Las evoluciones actuales son también la ocasión para que el sector audiovisual francés se renueve apoyándose en lo que siempre ha hecho su fuerza: la creatividad, la originalidad y la calidad. La demanda de programas será cada vez mayor y los productores franceses tendrán que superarse para responder. Por supuesto, estoy orgullosa de las excelentes cifras publicadas por TVFI sobre la exportación de programas audiovisuales en 2013: con un aumento del 8%, estas alcanzan su nivel más alto en 12 años. La ficción destaca especialmente, con un aumento de ventas del 14%. Las inversiones que Netflix ha realizado en Francia, y que espero que sean sostenibles, demuestran que nuestras sociedades saben producir obras lo suficientemente atractivas y exportables para atraer a grandes grupos internacionales.
Y si queremos hacer de Francia una campeona de la ficción televisiva, hay que continuar:
- Fomentar y apoyar las nuevas formas de creación.
E invertir más que nunca en obras audaces, favorecer el riesgo editorial, suscitar la curiosidad del público, atraer a todos los talentos.
La ficción francesa es también una oportunidad para los difusores franceses: constituye para ellos un eje de diferenciación fuerte.
Escucho las peticiones de reducir las obligaciones de producción, incluso de desmantelamiento - escucharé a todas las partes interesadas, pero debo decir que estas peticiones no me parecen responder al reto planteado por la llegada de actores como Netflix. Por el contrario, el fortalecimiento de la creación, de la escritura y del desarrollo deben ser el núcleo de la respuesta del sector francés - aunque es necesario mover algunas líneas y garantizar una mayor convergencia económica entre productores y difusores, que constituyen el núcleo de la financiación de la excepción cultural y deben ser apoyadas.
Observo por otra parte con satisfacción que los operadores franceses se movilizan para proponer al público ofertas cada vez más adaptadas a la demanda y responder al aumento de la competencia de los gigantes de la red: Canal + ha desvelado esta semana sus nuevas ofertas de vec, Numéricable está a punto de hacerlo. Mediante la innovación, la imaginación y la mejora de la calidad de las ofertas propuestas al público, el sector francés responderá al desafío de la globalización.
Por su parte, los poderes públicos no permanecen inertes.
En primer lugar, seguiré trabajando por una mayor igualdad de condiciones entre las emisoras, ya se trate de la fiscalidad o de la regulación. Este es un tema que he planteado en los últimos 24 meses a la OCDE y a la Comisión Europea. La extensión del impuesto del CNC a los operadores radicados en el extranjero se notificará próximamente a la Comisión, y seguiré promoviendo el principio de la regulación y de la imposición en el país de consumo en materia audiovisual.
Deseo que Netflix contribuya de manera duradera y significativa a la producción francesa y europea como todos los operadores internacionales de plataformas que quieren instalarse en el mercado europeo - este es el sentido del diálogo que he entablado con ellos, porque creo que la normativa francesa no es sólo una coacción: es también el incentivo para invertir en obras originales producidas lo más cerca posible de las expectativas y los gustos del público francés. Deseo tanto más esta contribución cuanto que dará una exposición mundial a los talentos franceses, favoreciendo así nuestra proyección cultural, cuya importancia he podido apreciar en mis anteriores funciones.
En cuanto a las obras, el refuerzo de los apoyos del CNC a las nuevas series, el apoyo a la escritura, la instauración de una formación específica a la Fémis, son herramientas para favorecer la adaptación de nuestro sector al entorno actual y a las expectativas del público.
Asimismo, el CNC pondrá en marcha próximamente un nuevo procedimiento para establecer una herramienta de referencia que permita hacer visibles las plataformas de ofertas legales que contribuyen a la financiación del ecosistema, y mejorar la exposición de las obras francesas en un contexto de abundancia de la oferta venida de todo el mundo.
Como saben, el CNC trabaja para mejorar la transparencia en el sector: transparencia de los presupuestos, transparencia de la recuperación de ingresos. Es una exigencia cada vez más fuerte frente al público, tratándose de un sector apoyado por el Estado; es también una condición del pacto que debe vincular difusores, autores y productores para definir intereses comunes y construir juntos un sector poderoso, punta de lanza de la excepción cultural.
También he pedido al CNC que desempeñe un papel de facilitador y de fuerza de propuesta en cuanto al desarrollo de nuevos ejes de cooperación entre difusores y productores, por ejemplo en el ámbito de la ayuda a la escritura o de los nuevos formatos.
En el momento de la revolución digital y de los cambios en la cadena de valor de la economía cultural, la lógica cultural no debe ser contraria a la lógica industrial. Nuestro sistema de apoyo ha demostrado su eficacia, y es posible hacer de Francia una campeona de la ficción televisiva:
- Velar por que el reparto del valor se mantenga equilibrado
Por ello, deseo que mis servicios, la Dirección General de Medios de Comunicación e Industrias Culturales (DGMIC) y el CNC - y espero que el CSA acepte asociarse a ellos - hagan un balance del sector de la producción y de sus perspectivas, evalúan el impacto que ha tenido la reglamentación y me hacen propuestas para facilitar la evolución del sector a medio plazo.
Como algunos recordarán, en 2002 se creó un observatorio de la producción audiovisual. Uno de sus cometidos era informar periódicamente sobre la evolución del sector productivo. Este Observatorio no se ha vuelto a reunir desde 2007, cuando realmente lo necesitamos, me parece un balance que recoge los objetivos de la reglamentación y los compara con la evolución del sector de la producción audiovisual para sacar las propuestas de evolución más pertinentes. Esta labor debe llevarse a cabo en el marco de una estrecha cooperación entre mi ministerio, el CNC y el CSA.
Añado que, por lo que se refiere a los servicios a la carta, se ha iniciado una consulta pública para recabar las observaciones de las partes interesadas sobre una posible adaptación del decreto relativo a los servicios de medios audiovisuales a la carta (Smad) que establece el régimen de contribución a la producción y las normas de exposición de las obras a las que están sometidos dichos servicios. Esta consulta finaliza en los próximos días. Por tanto, les invito a participar si lo desean.
Para concluir, esta ambición de hacer de nuestro país un campeón de la ficción televisiva, y más ampliamente del audiovisual, se basa en dos bases complementarias: la creación independientesu creatividad y sus capacidades de renovación, facultad de las cadenas a federar lo más ampliamente posible en torno a una obra identificada por los telespectadores, en lineal o en desvenado.
Sé que disponemos de activos considerables: la semana pasada estuve en el rodaje de Versallesuna ambiciosa producción francesa que pretende ser ampliamente distribuida en todo el mundo. Esta serie reúne a Canal +, Capa, Zodiak e Incendo. Es un buen ejemplo de la ambición que llevo para la ficción francesa y la prueba, Una vez más, que es posible reunir difusor y productor en la producción de obras ambiciosas que participan en la difusión de Francia y en la renovación de la creación y de los públicos en nuestro país.
Le doy las gracias.