Un poco de historia
El origen de la palabra «museo» se remonta a la antigüedad clásica: del griego Museion, templo de las Musas. La definición moderna de la palabra es: «colección de obras expuestas al público».
siglos XIII - XVII - La magnificencia de los príncipes
El mecenazgo y el interés por las artes están presentes entre los príncipes de la Edad Media tardía, de Carlos V a Juan de Berry, sin olvidar a los duques de Borgoña. La magnificencia se convierte en una característica propia del príncipe del Renacimiento. Por magnificencia se entiende «la capacidad del príncipe de demostrar su derecho a gobernar con su riqueza y con las acciones y los gestos magnánimos que de ella se derivan». Las artes son un medio ideal para mostrar magnificencia.
El gusto por la colección se desarrolla en los reyes de Francia, inspirados por el ejemplo de los príncipes italianos. Las colecciones reunidas por los soberanos dan testimonio del gusto de su época, pero también de la influencia de los conflictos que agitan entonces Europa y que a veces llevan al descubrimiento del arte de un país rival. Las campañas militares de Francisco I en Italia son un ejemplo. Francisco I no solo reunió un gabinete de cuadros, incluyendo la famosa Gioconda. Se rodea de artistas famosos, como Leonardo da Vinci o Jean Clouet. Encarga su retrato a los más grandes (Tiziano) y hace venir decoradores de Italia y Flandes, con el fin de adornar el palacio de Fontainebleau. Este ejemplo es seguido por los principales personajes del reino, como el condestable Anne de Montmorency, en su castillo de Ecouen (actual museo nacional del Renacimiento). Enrique IV ordenó la construcción de la gran galería del palacio del Louvre, con el fin de exponer las obras de las colecciones reales y de alojar a artistas que trabajaban para el poder real.
Inspirado por sus predecesores, y apoyado en esta política por el ministro Colbert, Luis XIV utiliza las artes para testimoniar su grandeza. Enriqueció las colecciones reales, puso a los más excelentes artistas al servicio de la Corona, encargó muebles fastuosos, hizo adornar los palacios reales (Louvre, Versalles) con decorados a la gloria de la monarquía absoluta.
XVIII - XIX siglos - Du cabinet de curiosidad en el museo
Apasionado por la ciencia y el conocimiento, el siglo de las Luces ve el apogeo de los gabinetes de curiosidades, donde se codean objetos raros, preciosos o científicos. Al mismo tiempo, aficionados adinerados reúnen importantes colecciones de obras de arte.
Desde 1747, el crítico La Font de Saint-Yenne reclama, en sus Reflexiones sobre algunas causas del estado actual de la pintura en Franciala apertura de la galería del Palacio de Luxemburgo, en París, para dar a conocer las obras mayores de las colecciones reales; se obtuvo en 1750.
Más allá de las fronteras francesas, varios grandes museos abren sus puertas al público: el British Museum en 1759, Mannheim en 1756, Dresde en 1760, Cassel en 1769, Düsseldorf en 1770. En Florencia, los Uffizi acogen en 1767 la colección de los Medici, mientras que las colecciones pontificias se instalan en el Museo Pío-Clementino en 1784.
Durante la Revolución de 1789, las colecciones reales, los bienes del clero y las colecciones de los Emigres fueron confiscadas. La República naciente hace elaborar el inventario escrupuloso de los «cuadros, dibujos y estatuas», de los «modelos de máquinas» y de las series de historia natural que tienen vocación de unirse al «Museo central de las artes» creado en 1793 en el Louvre, sino también el museo de ciencias y técnicas y el museo de historia natural.
En 1801, quince grandes ciudades de Francia, pero también Bruselas, Maguncia y Ginebra situadas en territorios recientemente anexados, recibieron los primeros grandes depósitos del Estado. Así se inicia una política que, a lo largo de los siglos XIX y XX, completará las colecciones de los museos.
Luego, y hasta la primera guerra mundial, se mantuvo la ambición enciclopédica que presidió la creación del «Museo central de las artes». Aparecen cada vez más museos y sus colecciones se enriquecen, por iniciativa de artistas (museos Rodin, Henner, Moreau...), de eruditos (Emile Guimet), de viajeros, de ediles, de sociedades científicas...
siglo XX hasta la actualidad - Desarrollo y protección de colecciones públicas
El espectacular desarrollo de los museos en la segunda mitad del siglo XX refuerza este paisaje sin uniformarlo.
Una ordenanza del 17 de abril de 1945 define «la organización provisional» de los «museos de Bellas Artes». Los museos de historia natural se rigen por el decreto 48-734, de 27 de abril de 1948, relativo a la organización del servicio nacional de museología de las ciencias naturales. Sin embargo, la organización y los modos de funcionamiento de los museos no son objeto de textos sistemáticos. La Ley de 4 de enero de 2002 suple esta laguna instituyendo el estatuto específico de «museos de Francia», atribuido a las instituciones que responden a criterios científicos y culturales precisos. Esta denominación, garantía de calidad, es ahora claramente identificable por el público.
Grandes proyectos son llevados a los más altos niveles del Estado (Centro Georges Pompidou, museo de Orsay, Grand Louvre, museo del quai Branly Jacques Chirac). Las colectividades no se quedan atrás y se multiplican las obras en todo el territorio.