Presidente del Grupo Moniteur y presidente del jurado,

Señor Presidente de la Ciudad de la Arquitectura y del Patrimonio,

Señorías

Aurélie Filippetti me ha encargado que la represente esta noche mientras está detenida por los funerales de un cercano colaborador recientemente fallecido.

Le ruega que disculpe su ausencia por esta entrega de premios que permite poner de relieve los mejores logros arquitectónicos, mostrar cómo la creación arquitectónica sigue siendo tan fuerte en nuestro país y sobre todo cómo la arquitectura sabe ponerse al servicio de nuestros conciudadanos y de la calidad de nuestro entorno de vida.

Antes de volver sobre cada uno de los galardonados, quisiera decir algunas palabras sobre los retos actuales de la arquitectura en Francia, ya que es ella, a través de los premios que se concederán más tarde, la que se honra hoy.

Como la Ministra ha tenido ocasión de decir en varias ocasiones, desea estar atenta y movilizada sobre las problemáticas de la arquitectura y, en particular, sobre una serie de temas muy cruciales como el asesoramiento en arquitectura a los propietarios de obras, el recurso al arquitecto y la reforma del cálculo de las superficies, la actualidad europea relativa a los contratos públicos y el reconocimiento de las cualificaciones profesionales.

La Ministra velará por que la calidad arquitectónica acompañe la necesaria densificación de las zonas urbanas y periurbanas.

Además, la calidad arquitectónica debe convertirse en la regla y no en la excepción, y el proyecto de ley sobre el patrimonio que la Ministra desea proponer para el debate parlamentario deberá contribuir a ello.

Porque la arquitectura constituye una experiencia cotidiana para todos nuestros conciudadanos, porque es expresión de la cultura, Debía tener su lugar en el gran proceso relativo a la educación artística y cultural iniciado con el ministro de Educación Nacional.

No se puede evocar la ambición de la Ministra de reforzar la cultura arquitectónica, sin saludar especialmente esta noche a Guy Amsellem, recientemente nombrado jefe de la Ciudad de la Arquitectura y del Patrimonio, que nos acoge para esta ceremonia.

La «ciudad» tiene evidentemente un papel muy particular que desempeñar en el contexto y las perspectivas que acabo de esbozar.

Mediación, difusión, conocimiento, formación, tantas palancas que la Ciudad deberá movilizar y activar al servicio de todos los públicos.

Terminaré esta reseña evocando otra gran obra que la Ministra ha querido lanzar: la concertación nacional sobre la enseñanza superior y la investigación en arquitectura.

Ha suscitado una gran movilización: las escuelas, los arquitectos, los representantes electos, los socios de la enseñanza superior, las empresas...

Todos estos actores se reunieron en encuentros interregionales durante el mes de diciembre para definir pistas y orientaciones para una evolución de nuestras escuelas y de sus enseñanzas en consonancia con los desafíos actuales.

Al mismo tiempo, las audiencias enriquecieron la reflexión, así como las contribuciones presentadas en el sitio web de la concertación.

La segunda reunión del comité de orientación se celebró la semana pasada bajo la presidencia del diputado Vincent Feltesse para determinar las grandes orientaciones que estructurarán las evoluciones de las escuelas para los próximos años.

Esta concertación es importante porque todos juntos reforzaremos una red de escuelas originales que deben estar plenamente ancladas en las realidades y los retos de la excelencia académica y también del mundo profesional, con una fuerte ambición de difusión internacional.

Un arquitecto es un hombre o una mujer capaz de comprender los desafíos de una situación, comprender los usos y las necesidades del maestro de obra para aportar soluciones dentro de las limitaciones establecidas.

Los ganadores de la Equerre de Plata 2012, Bita Azimi, Jean-Patrice Calori y Marc Botineau se llevaron el máximo galardón porque supieron comprender un lugar, un vínculo, una necesidad.

Con el Polo Infantil de La Trinidad, la agencia CAB ha logrado remodelar el paisaje urbano con un edificio elegante y muy coherente.

Cuando el gesto del arquitecto/urbanista prolonga así las expectativas de una comunidad de ciudadanos en el respeto del paisaje cotidiano y se convierte en fruto de un encuentro fecundo entre el constructor y el elegido, la arquitectura cumple una misión de utilidad pública.

Estos pasos trazan un futuro optimista para toda la arquitectura francesa.

Sin duda, con el mismo espíritu, el jurado del Moniteur concedió a la agencia Dietmar Feichtinger Architectes su Mención Especial.

Dietmar Feichtinger ha demostrado que un conjunto escolar puede contribuir plena e inteligentemente a la renovación urbana y social de un barrio.

La educación artística y cultural pasa también por la construcción de lugares de calidad como el premiado hoy.

A través del Premio Especial del Jurado atribuido a Renzo Piano por el Convento de las Clarisas en Ronchamp, L'Equerre d'Argent contribuye a su manera, destacando la calidad de la obra realizada, el debate que llevó a preguntarse sobre la capacidad de un representante de la arquitectura contemporánea para dialogar una inmensa figura de la arquitectura moderna en un mismo espacio.

Por último, quisiera tomarme el tiempo de reconocer el trabajo realizado en el corazón del Loira Atlántico, en Campbon, por Gaston Tolila y Nicholas Gilliland.

Ambos hacen honor al Premio de la Primera Obra, que permite poner en primer plano una realización original, primer paso esencial en una trayectoria profesional que siempre deseamos a los ganadores el mayor tiempo posible.

Una vez más, la Equerre d'Argent ha permitido contar la diversidad de la arquitectura que se expresa en nuestro país, capaz de responder a las más variadas demandas, integrarse en ambientes múltiples y sublimar la vida cotidiana.

Le doy las gracias.