Propiedad del Estado, gestionada por los servicios de la DRAC (UDAP 37 y Conservación regional de los monumentos históricos), la catedral, declarada monumento histórico desde 1862, es uno de los edificios emblemáticos de la ciudad y de la región.
Albergando una estructura medieval, un excepcional conjunto de vidrieras del siglo XIII, así como numerosas obras de arte, entre ellas la tumba de los hijos de Carlos VIII y Ana de Bretaña, este monumento es objeto de cuidados constantes mediante operaciones de mantenimiento anuales, de trabajos de restauración, pero también de una vigilancia en cuanto a su seguridad contra el incendio, convertido en un reto principal del Ministerio de Cultura desde el de la catedral de París en 2019.
En este marco, el pasado 4 de mayo se organizó un ejercicio del SDIS 37, coordinado por la Prefectura de Indre-et-Loire, para poner a prueba los protocolos de intervención en caso de siniestro importante definidos por el plan ETARE así como por el plan de salvaguardia de los bienes culturales, elaborados en estrecha colaboración entre los servicios del Estado y los servicios departamentales de socorro.
Durante tres horas, el ejercicio movilizó importantes medios materiales y logísticos, desplegados por cerca de 80 bomberos, así como numerosos agentes de la policía municipal, del cuerpo prefectoral, de los servicios de la DRAC, el clero asignado, con la colaboración también de los equipos del Museo de Bellas Artes, vecino de la catedral y posible lugar de retiro de las obras que deben ser evacuadas.
Si bien esta situación permitió señalar algunos aspectos que debían mejorarse, en su conjunto las metodologías de intervención y los documentos de planificación han demostrado su pertinencia y eficacia. Paralelamente y como complemento al trabajo colaborativo ya realizado, un estudio dedicado a la mejora de la protección del edificio contra incendios, confiado por la CRMH al arquitecto jefe de los monumentos históricos a cargo de la catedral, Denis Dodeman, está en curso.