Señoras y señores elegidos,

Damas y caballeros,

Queridos amigos:

Querida Marianne CARON-MONTELY:

 

En esta tierra hay hombres y mujeres excepcionales. Hombres y mujeres que con su benevolencia y su sentido de compartir, permiten que las obras de los más grandes artistas nunca desaparezcan. Gracias a su acción, se enriquece el patrimonio artístico y sensible de la humanidad. Pero también es parte de la belleza del mundo que se nos ofrece de nuevo.

Querida Marianne, es un honor, un orgullo y un inmenso placer encontrarnos aquí en Arles para testimoniaros el agradecimiento de la Nación.

Sé que este momento es una sorpresa para ustedes... y aun así... Sin usted, la obra de uno de los más grandes fotógrafos de nuestro país, Gilles CARON bien podría haber desaparecido.  

Y esta obra es parte de nuestra historia que alberga.   Gracias a ella, los acontecimientos de mayo del 68 nos llegan hoy con la misma intensidad.

Gracias a ella, la guerra de Vietnam o los enfrentamientos de Londonderry no dejan de perseguirnos y decirnos la violencia del mundo.

Gracias a ella siempre, las emociones del General de GAULLE, de André MALRAUX, pero también las de François TRUFFAUT, de Jean-Luc GODARD o de BARBARA nos parecen muy cercanas.  

Y gracias a ella, por fin, nacerán vocaciones, otros - también ellos - habrán dado testimonio de su época, y el reportaje fotográfico se habrá convertido en un arte por derecho propio.

Esta obra inestimable, se la debemos al que fue vuestro esposo: Gilles CARON.

Y si ésta ha podido seguir siendo estudiada, expuesta; si pronto entrará en las colecciones francesas para encontrar el reconocimiento que merecía desde hace tanto tiempo; es gracias a vuestra acción.

Por vuestra generosidad, vuestro incansable compromiso y vuestra preocupación por la transmisión, que nunca os han abandonado.

Pero volvamos un poco atrás. Es en París donde usted conoce a Gilles por primera vez, cuando ambos tienen 13 años. Muy pronto su inteligencia, su vitalidad le fascinan.Usted comienza a cultivar una rica correspondencia.

Gilles se encuentra entonces en pensión en Argentières y tendrá que esperar 7 largos años antes de reunirse por fin en París.   Allí os casáis a los 23 años, y nacerán vuestras dos hijas, Mejorana y Clementina.

A medida que Gilles comienza a recorrer el mundo, usted utiliza sus habilidades ilustrativas para trabajar en el medio de la edición. Esta fibra artística, la mantendréis, la haréis crecer y es sin duda gracias a ella que sabréis mejor que nadie explorar, archivar y valorizar la obra de quien ha compartido vuestra vida.

 

Gilles desaparece en 1970 en Camboya, a la edad de 30 años, es entonces uno de los más grandes fotoreporteros del mundo. Para usted, es la sidra.

Su última carta no le llegará hasta que se anuncie su muerte. Una carta en la que le dirá que quiere dejar el reportaje de guerra para dedicarse a usted y a sus dos hijas. Valiente e independiente, decide abandonar París para reconstruir mejor.

Esta reconstrucción será la de una mujer, de una familia, pero también la de una obra. Te llevará primero a Bretaña, a Gers, y finalmente a Dijon, para recuperar el recuerdo de tu abuelo materno, al que tanto amabas.

Sus hijas guardarán un recuerdo conmovedor de aquella época. Una época en la que podrán contar no sólo con el amor de una madre, sino también con la escucha atenta de una mujer generosa y sensible. A su salida, usted elige dedicarse más al arte; el suyo esta vez.

Usted trabaja las telas, su color, su material. Las telas que usted elige para su historia, las huellas que el tiempo ha dejado en ellos.

Se procede por collages, por sobreimpresión de trozos de tela. A medida que los colores y los retoques van apareciendo, la posibilidad de contar nuevas historias. Usted está expuesto en varias ocasiones, especialmente en el Ático de Talant, cerca de Dijon en 2001.

Siempre permanecéis de gran discreción, de gran humildad.

Cualidades que hacen la admiración de sus seres queridos como la de los profesionales del arte que le rodean.

Con la misma humildad, la misma discreción que durante casi 50 años os dedicáis a preservar la obra de Gilles.

Sin descanso, clasifica: cartas, películas, negativos donde se entrelazan recuerdos íntimos y testimonios de la Historia.

Este trabajo es el único que ustedes lo llevan a cabo, con valor y determinación. Poco a poco van reconstruyendo una obra.

Una obra que las nuevas generaciones deben conocer.  Para ello, primero crea la asociación, luego la Fundación Gilles CARON, alentada por sus dos hijas Mejorana y Clementina, y su yerno Louis BACHELOT, a quien confiará la dirección.

Hoy sigue siendo usted la presidenta, pero sobre todo la archivista oficial.

En esta aventura contará con el apoyo de numerosos profesionales: el gran coleccionista de arte Marc BLONDEAU que le ayudará a lanzar la fundación, el historiador de la fotografía Michel POIVERT, o el maquetista Patrick TANGUY, que todos os animarán a proseguir vuestra acción.

Con esta fundación, da una segunda vida a la obra de Gilles: publicando varias obras, entre ellas el Scrapbook que recibirá el premio del Festival Internacional de Arte y Cine (FILAF) en 2011. Organizando notables exposiciones: «El conflicto interior», en el Museo del Elíseo en Lausana en 2012, en el Castillo de Tours en 2014, o también «París 1968» el año pasado, en el Ayuntamiento de París.

Como en el primer día, las obras de Gilles tuvieron el mismo éxito, suscitaron la misma admiración, el mismo entusiasmo. Su trabajo no fue en vano.

La emoción que el mundo había conocido gracias a sus clichés se despliega de nuevo en otros corazones.

Y esto es porque habéis sabido transmitir y confiar. Confíe en su hija Marjolaine y su esposo Louis, artistas también, que se han comprometido sin contar a su lado y que quiero saludar aquí. Confianza en los apasionados y los investigadores a quienes ha permitido explorar y estudiar este formidable legado histórico y artístico. Y confianza en Francia a partir de ahora a quien usted y sus dos hijas, Mejorana y Clementina, legar el conjunto de la obra de Gilles CARON, que vendrá a unirse a las colecciones públicas de la Mediateca de la arquitectura y del patrimonio.

Es un honor, una responsabilidad.

Y es un orgullo para mí poder, a este respecto, testimoniarles hoy el reconocimiento de Francia.

 

Querida Marianne CARON-MONTELY, en dos días cumplirás 80 años.

Pronto os instalaréis en Douarnenez, Bretaña, para proseguir vuestro camino y dedicaros sin duda más a vuestra obra.

Por su parte, la Fundación Gilles CARON, que usted no abandona, seguirá siendo tan activa, en particular con un proyecto de publicación dedicado al cincuentenario de los acontecimientos de Londonderry.

Puede estar segura de ello, Francia prestará la misma atención a la obra de Gilles que la que le ha dedicado hasta ahora.

Por su incansable compromiso en favor de su preservación y de su valorización; por el inestimable legado que hace usted a la Nación y al patrimonio artístico de Francia;

Querida Marianne CARON-MONTELY:

Le nombramos caballero de la Orden de las Artes y las Letras.