Roselyne Bachelot-Narquin, ministra de Cultura, expresa su emoción al anuncio del fallecimiento de Robert Abirached, escritor, profesor universitario, pensador del teatro y de sus evoluciones.

Todas las actividades de Robert Abirached sirvieron y contribuyeron a hacer crecer el teatro francés.

Defensor ardiente del servicio público, Robert Abirached enseñó de manera continua durante más de cincuenta años: a la vez en Francia, en particular en la Universidad de Caen, donde funda un Instituto de estudios teatrales y en la Universidad París-Nanterre donde dirigió el Departamento de Artes Escénicas durante 10 años, y en el extranjero donde goza de una sólida reputación de contrabandista. Como testimonio de su atención permanente a la cuestión de la transmisión, recientemente había legado una parte importante de su biblioteca al Instituto Superior de Arte Dramático de Túnez y a la Universidad de Caen.

Entre 1981 y 1988, Robert Abirached pone su experiencia y sus convicciones al servicio del Ministerio de Cultura, donde asume la dirección del «Teatro y Espectáculos». En ese momento contribuyó activamente al vasto movimiento de descentralización del que había sido hasta entonces un observador atento.

Normaliano y agregado de letras clásicas, Robert Abirached estudia el teatro desde una perspectiva inédita, considerándolo como un objeto político y una cuestión de política pública. Escribió varios ensayos fundadores de los estudios teatrales modernos: La crisis del personaje en el teatro moderno (Grasset, 1978); 1981 - 1988: La descentralización teatral (obra colectiva en Actes Sud, 1992 - 2005); El Teatro y el Príncipe (Actos del Sur, 2005).

Crítico literario y dramático en varias revistas (Etudes, La nouvelle revue française, Le Nouvel observateur), Robert Abirached compartió con pasión sus reflexiones sobre las creaciones teatrales que mezclan su visión de amante y de fin experto del campo. Robert Abirached era también un formidable dramaturgo: la obra Ya conoces la música se representa en el Teatro Nacional del Odeón en 1973 y en los centros dramáticos nacionales de Niza, Dijon y Besançon.

Roselyne Bachelot-Narquin saluda a este hombre comprometido al que el teatro francés debe mucho.