La ministra de Cultura, Rima Abdul Malak, se enteró con gran tristeza de la desaparición de Jean-Louis Trintignant. Actor legendario en el teatro y en el cine, hizo evolucionar las representaciones del hombre moderno, lejos de los cánones establecidos de una cierta masculinidad estrellada. Jean-Louis Trintignant ha desarrollado personajes fascinantes, no dudando en ir hacia papeles complejos o oscuros. Su melancolía, su delicadeza, su precisión han marcado nuestra cultura para siempre.

Con más de un centenar de películas, Jean-Louis Trintignant conquistó al público en 1956 con su papel en Y Dios... creó a la mujer y entró en la historia del cine con Un hombre y una mujer de Claude Lelouch, Palma de Oro en Cannes en 1966.

Fue sobre las tablas que siempre amó y que encontró después de la muerte de su hija, Marie, que Jean-Louis Trintignant hizo su debut en 1951. En 1956, su personaje de amor tránsito de Brigitte Bardot en Y Dios... creó a la mujer, película mítica dirigida por Roger Vadim, lo revela al público.

Los años 1960 marcan su «período italiano» y las grandes coproducciones franco-italianas. Rueda una treintena de películas entre las que El Fanfarrón de Dino Risi, Asesinato a la italiana de Gianni Puccini, con Emmanuelle Riva, o El Conformista, uno de sus mejores papeles, realizado por Bernardo Bertolucci.

El cine francés no se queda atrás: Jean-Louis Trintignant encuentra a Anouk Aimée, con quien compartió el cartel deIl Successo de Dino Risi, en Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch. Es la consagración absoluta. La película ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y el Oscar a la mejor película extranjera (1967), e impulsó al actor al primer plano. 

Se vuelve entonces hacia películas políticas y comprometidas. Premio de interpretación masculina en el Festival de Cannes por su papel en Z, obra maestra de Costa-Gavras, junto a Yves Montand, interpreta el mismo año un católico tentado por la infidelidad en lo maravilloso Mi Noche en casa de Maud de Éric Rohmer donde da la réplica a Françoise Fabian.

Negándose a ser catalogado en un solo tipo de papel, Claude Berri (Os quiero), Michel Deville (Aguas profundas), François Truffaut (¡No puedo esperar al domingo!), André Téchiné (Cita) le proponen personajes misteriosos, ambiguos o frágiles. Interpreta a un ex alcohólico en La mujer de mi vida de Régis Wargnier, un arquitecto maquiavélico en Bunker Palace hotel de Enki Bilal o incluso un estafador patético y envejecido en Mira cómo caen los hombres de Jacques Audiard. En 1994, su personaje del juez de Tres colores: Rojola última parte de la trilogía de Krzysztof Kieślowski ha marcado nuestras mentes.

En 1998, rueda con Patrice Chéreau en Los que me aman tomarán el trenque ganó tres César. A lo largo de sus respectivas carreras, dará la réplica a hija Marie, en particular en las películas dirigidas por Nadine Trintignant: Mi amor, mi amor, Luna de miel y El verano que viene.

A su muerte, Jean-Louis Trintignant abandonó su carrera de actor en favor del teatro, donde recitó los poemas de Jacques Prévert, de Guillaume Apollinaire o de Boris Vian. Michael Haneke consigue que encuentre el camino del cine diez años más tarde para Amor, junto a Emmanuelle Riva, que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes, el Oscar a la mejor película extranjera y valió a Jean-Louis Trintignant el César al mejor actor en 2013. Toca de nuevo para el cineasta austriaco en Happy Endantes de encontrar a Claude Lelouch y Anouk Aimé en Los años más bellos, epílogo deUn hombre y una mujer.