Amplia sala metálica, construida por la sociedad de construcción de Levallois-Perret (antiguamente Compañía de los establecimientos Eiffel), la sala Lustucru constituía inicialmente el buque central del antiguo Gran Palacio de Marsella, construido con motivo de la exposición colonial de 1906. Fue trasladada a su actual ubicación en Arles en 1951.

Albergó las fábricas de arroz Lustucru antes de caer en barbecho, al cierre del establecimiento, tras las inundaciones de 2003.

Es un raro testimonio de la historia de la construcción metálica del siglo XX que debe conservarse.

Por eso pedí al grupo Frey, promotor del centro comercial, que lo aceptó, que procediera al desmontaje de esta nave para trasladarla.

La comunidad de aglomeración, de acuerdo con el Establecimiento Público Inmobiliario Regional, ha aceptado que el conjunto de la estructura se deposite en el sitio de las «papeleras Etienne», para ser almacenada en buenas condiciones de seguridad y de preservación y luego , en un segundo momento después de las obras de contención, que se pueda desarrollar un proyecto en este sitio que tiene vocación de convertirse en un nuevo polo económico, dedicado a la economía creativa y a las industrias culturales y patrimoniales.

Este período se aprovechará para construir un proyecto ambicioso, que permita, por ejemplo, en un primer momento acoger en una sala sombría exposiciones temporales.

Se constituirá un comité, bajo la presidencia del Prefecto, en el que participarán, en particular, la Región, la Dirección Regional de Asuntos Culturales (DRAC), la comunidad de aglomeración, la ciudad de Arles para: en un primer momento seguir las operaciones de desmontaje y luego imaginar la nueva vida de esta sala.

Naturalmente, deseo que se asocie a los habitantes de la ciudad y a los actores culturales que lo deseen en una consulta ciudadana organizada para imaginar un proyecto compartido que deberá responder a retos locales como nacionales e internacionales.

Este desplazamiento constituye una oportunidad para los arlesianos y los amantes del patrimonio ya que permite la conciliación de la preservación del patrimonio y el desarrollo económico de una zona comercial.

También permite reubicar la nave en la perspectiva de una mejor valorización de una estructura que había quedado abandonada.