Señores Presidentes:

Querido Philippe Arraou:

Querido Pascal Eydoux:

Querido Eric Groud:

Querido Christian Lefebvre:

Señoras y señores:

Queridos amigos:

En estos días terribles, en los que mujeres y hombres han perdido la vida en los atentados más atroces, en los que también es la cultura la que ha sido duramente golpeada, os necesitamos más que nunca.

Los franceses, que creen en el poder que tiene la cultura de dar profundidad a nuestras vidas y de unirnos sobre todo, necesitan de ustedes.

Los franceses, que creen en este ideal de libertad, de diversidad, de mezcla, de apertura al otro, que se encarna en nuestra vida cultural, por el poder de la imaginación y el talento de los artistas, tienen necesidad de ustedes.

Los franceses, que creen que la cultura está en el centro de la respuesta a los ataques que han herido a nuestro país, porque es un arma de destrucción masiva contra el oscurantismo, la ignorancia, el fanatismo, más que nunca, os necesitan.

Para que Francia siga bailando, cantando, tocando cada vez más;

Para que siga valorizando su patrimonio tan rico y acoja en su territorio las obras amenazadas en todo el mundo;

Para que sea siempre esta tierra donde el arte es libre, libre de hacernos crecer, edificarnos o consolarnos;

Necesitamos la generosidad y la participación de todos.

Nunca ha sido tan grave, tan evidente, el sentido que reviste esta Convención, que nos reúne esta tarde. Por eso he deseado a toda costa que este acontecimiento se mantuviera.

Queridos amigos, este es el tercer protocolo que firmáis hoy con mi Ministerio para desarrollar el mecenazgo cultural de las empresas y de los particulares. Es el primero para el Consejo Nacional de los Colegios de Abogados, que se asocia de manera inédita a esta iniciativa. Quiero darle las gracias por su nueva participación. Los abogados son, en toda Francia, interlocutores importantes de nuestros conciudadanos y de nuestras empresas. Su aportación será esencial. Quiero expresar también mi gratitud a CCI Francia y al conjunto de las cámaras de comercio e industria, al Consejo Superior del Notariado y al Consejo superior del Colegio de Contables, por su determinación, desde hace diez años, de contribuir al desarrollo del mecenazgo.

El éxito de su compromiso con nosotros es evidente. Desde que el Estado adoptó un marco legislativo y fiscal muy favorable al mecenazgo- fue en 2003 - la donación cultural no ha dejado de progresar. Representa 1000 millones de euros anuales. Contribuye de manera importante a la financiación de la vida cultural de Francia, junto con el mecenazgo público del Estado y de las colectividades territoriales.

A los llamamientos a la generosidad pública, lanzados por la Fundación del Patrimonio o los grandes establecimientos culturales, los franceses responden masivamente. Cada día se registra un nuevo fondo de dotación. El éxito de las plataformas de contribución en línea es evidente. De hecho, he luchado para que la financiación participativa sea cada vez más fácil y reconocida.

Estos nuevos protocolos, que nos comprometen mutuamente durante los próximos cinco años, tienen por objeto dar a conocer mejor estas disposiciones legislativas y fiscales, favorecer la difusión de las buenas prácticas y suscitar nuevas donaciones para la cultura. La carta del mecenazgo cultural, que establecimos con el Ministerio de Finanzas el año pasado, es a este respecto un documento esencial al que todos podrán referirse: contribuye a dar un marco de referencia tanto a los donantes como a los beneficiarios.

La fuerza de su acción es que irriga todo el territorio. Esto es esencial para dar vida a la cultura en toda Francia y acercarla más a nuestros conciudadanos. Especialmente cuando están lejos. Especialmente cuando no se sienten cómodos en lugares de cultura, sino que aspiran a serlo. Como saben, es mi primera prioridad.

De hecho, las donaciones no van solamente a los grandes museos o a las grandes adquisiciones. También pueden financiar la renovación de lugares menos conocidos, el desarrollo de proyectos de educación artística y cultural o la creación de nuevas obras.

Para dar a conocer mejor los proyectos a financiar y las modalidades para hacerlo, sus corresponsales son muy eficaces. Sé que encuentran interlocutores atentos y competentes en las direcciones regionales de asuntos culturales. Los polos regionales del mecenazgo, que este protocolo incita a establecer, tienen precisamente la finalidad de hacer circular más la información, entre los promotores de proyectos en búsqueda de financiación; así como entre las empresas que podrían ser mecenas, pero aún no lo son.

A veces es difícil para una empresa embarcarse sola en un proyecto de mecenazgo. A fortiori cuando se trata de una TPE, de una PYME o de la actividad de una profesión liberal. Por eso nos comprometemos juntos a promover el patrocinio colectivo. He hablado de las plataformas participativas. Es una posibilidad, pero no es la única. Los clubes de empresas informales o asociativos, las fundaciones o los fondos de dotación pueden presentar otras ventajas. Sé que ustedes se han movilizado en este tema y pueden contar con el apoyo de mi Ministerio.

Creo, queridos amigos, en la justicia y en la importancia de vuestro compromiso. Yo mismo fui, en el pasado, administradora de una fundación de mecenazgo cultural que usted conoce bien - la Fundación Royaumont. El mecenazgo es un gesto precioso para Francia y los franceses, porque hace de cada contribuyente un actor de la vida cultural.

Incluso antes de los trágicos acontecimientos del viernes pasado, el Gobierno había reafirmado su compromiso con la cultura. Al orientar al alza, para 2016, la contribución de la Nación a la vida cultural de nuestro país, había demostrado que era una de sus prioridades. Esta prioridad permanece. Mejor aún: esta prioridad nunca ha sido más necesaria, más evidente. Estoy decidida a ir tras ella, y te pido que me ayudes.

Le doy las gracias.