Damas y caballeros, queridos amigos,

Con viva emoción me dirijo hoy a todos vosotros, la gran familia de periodistas que ha sido tan violentamente herida en este comienzo de año. Lo recordamos el domingo pasado, en un impulso de solidaridad unánime, todos estamos de luto por cada una de estas 17 víctimas caídas por los valores de nuestra República.

Pero quería dirigirme en particular a todos los que se han visto afectados en el ejercicio de su profesión, a todos los que animan el debate público y dan vida a la información en nuestro país.

Sin usted, sin la libertad de prensa, no habría democracia.

Estos fanáticos han atacado a las mujeres, a los hombres, pero también a lo que nos hace humanos, es decir, a la cultura. Su acto suena como una advertencia: la cultura del odio prospera donde reina el odio a la cultura.

El objetivo de los asesinos es precisamente lo que es sagrado para nuestra democracia. En 1848, en la tribuna de la Asamblea, Víctor Hugo recordaba con fuerza

- que «el principio de libertad de prensa no es menos esencial y sagrado que el principio del sufragio universal»,

- que «la libertad de prensa junto al sufragio universal es el pensamiento de todos iluminando el gobierno de todos»,

- que «atentar contra una, atentar contra la otra».

Hoy debemos ser dignos de esa Francia que se levantó el 11 de enero pasado.

Este impulso de solidaridad nos compromete a defender la libertad de expresión y de creación, pero sobre todo la libertad y el pluralismo de la prensa, la independencia de los medios de comunicación y la libertad de los periodistas, que son el corazón latiente de nuestra democracia.

Quiero rendir hoy homenaje a todos aquellos que ejercen cada día una libertad de información de la que hemos podido ver lo frágil y a veces arriesgada que es. Ustedes son los garantes de esta libertad de informar y ser informados que está grabada en nuestra declaración de derechos humanos. Los guardianes de la que Chateaubriand llamaba la «primera de nuestras libertades» y de la que Voltaire recordaba que era «la base de todas las demás».

Estar a la altura de este movimiento significa resistir al miedo y mantener viva la promesa republicana.

Nos hemos reunido hoy aquí para recordar que la cultura es un frente de resistencia a la imagen de esos millones de plumas levantadas. Es un frente de resistencia que nos permite luchar contra todo lo que aleja a los franceses unos de otros, y devolver a cada uno razones de esperanza y un horizonte de futuro común.

Pero debemos resistir también a otras tentaciones. A la del repliegue sobre nosotros, a todos los predicadores del odio.

Somos los depositarios de algo que está más allá de nosotros, la cultura de nuestro país. Gracias a ella, dialogamos con nuestros padres y preparamos el mundo para las generaciones futuras. Por ello, ningún niño de Francia debe quedar al margen de esta cultura. Porque es ella la que asegura la cohesión de nuestra comunidad nacional. «Que la idea de la sociedad desaparezca en las mentes individuales, que las creencias, las aspiraciones de la colectividad dejen de ser sentidas y compartidas, y la sociedad muera», escribía Emile Durkheim. Es a través de la cultura que esta idea de sociedad permanece viva en nosotros.

Debemos también hacer que la promesa republicana viva y vuelva a tener sentido: es nuestra responsabilidad que la República llegue a todos nuestros conciudadanos dondequiera que se encuentren en nuestro territorio. Es nuestra responsabilidad que cada uno pueda reconocerse en sus valores. Debemos abrir aún más las puertas de la República a cada uno de sus hijos para que ninguno se sienta olvidado o extraviado.

La cultura es el fermento de la ciudadanía. Por eso quiero que nuestra política cultural transmita a todos los principios democráticos fundamentales que son la libertad de expresión, de información y de creación.

Para el Ministerio de Cultura y Comunicación, el día siguiente es aquel en el que debemos redoblar nuestros esfuerzos. Este drama nos obliga. Por supuesto, nunca perdimos de vista nuestra responsabilidad social. Pero hoy nuestra ambición debe ser aún mayor.

Para reconquistar todos los territorios de la República, disponemos de palancas preciosas: 50 años de políticas culturales han tejido a nuestro país una densa red que no sólo debemos preservar, sino también fortalecer.

- ¡Nuestra red de bibliotecas es una de las más grandes del mundo con 16.000 puntos de lectura, más que oficinas de correos! Para muchos de nuestros conciudadanos, es el primer punto de acceso a la cultura y al conocimiento.

- El cine está presente en todo nuestro territorio con más de 2000 salas.

- Los 1200 museos de Francia, los monumentos clasificados sin olvidar los 800 servicios de archivo, permiten a cada uno reconocerse en valores y referencias comunes. Cada año, el éxito de las Jornadas Europeas del Patrimonio nos recuerda la adhesión de nuestros conciudadanos a nuestro patrimonio.

- Las escuelas de música, los conservatorios de música, de danza y de artes dramáticas ofrecen la oportunidad de una verdadera transmisión y participación de los jóvenes y los mayores en la vida cultural.

- los lugares de creación y difusión del espectáculo vivo y de las artes plásticas, teatros, escenas y centros nacionales, escenas de músicas actuales, FRAC y centros de arte contemporáneo favorecen el encuentro de nuestros conciudadanos con los artistas y las obras en todo nuestro territorio.

- No olvido las librerías, la vitalidad de las iniciativas asociativas y de los medios locales y de proximidad.

En estas redes excepcionales hay mujeres y hombres de cultura, de competencia, de convicción también, hombres y mujeres que son embajadores de la apertura y de la tolerancia, de la promesa republicana para todos.

Depende de nosotros crear una verdadera conciencia colectiva en torno a valores compartidos, fomentar la convivencia y construir el deseo de un futuro común.

Hay que reconocer que la República no ha cumplido todas sus promesas: todavía hay públicos lejanos a los que nos cuesta llegar, hay todavía demasiadas personas que no frecuentan nuestras instituciones culturales por miedo a sentirse desplazados, hay todavía demasiados territorios donde la cultura no es accesible en todas partes y por todos, a menudo por falta de medios y de contrabandistas.

Más que nunca, debemos estar a la altura de las misiones fundadoras de este Ministerio y hacer de la cultura un vector de vínculo y de justicia social que favorezca el encuentro de nuestros conciudadanos.

Como siempre que se trata de defender los valores de la República y la libertad, la movilización del mundo de la cultura ha sido muy fuerte y no dudo de que estará a la altura del sobresalto republicano y del impulso del pueblo francés: en primer lugar, este discurso de movilización que quería dirigirles hoy.

En lo que respecta más concretamente al sector de la prensa, el día siguiente es aquel en el que debemos estar más decididos que nunca a defender una prensa plural, libre e independiente.

La política que el Ministerio de Cultura y Comunicación lleva a cabo en favor de la prensa, a través de una atención y una vigilancia constantes de las condiciones de trabajo de los periodistas y de la perennidad económica de los títulos de prensa, está en el centro de sus misiones. 

En diciembre, apoyé plenamente una propuesta de ley sobre la modernización del sector de la prensa que se votó en primera lectura en la Asamblea Nacional:

- aporta nuevas garantías para la libre distribución de la prensa en el territorio reforzando las lógicas de solidaridad cooperativa que, como saben, son un principio fuerte de la información pluralista en nuestro país;

- permite también fomentar la aparición de nuevos actores de la información ciudadana mediante la creación de un estatuto de empresa solidaria de prensa de información;

- garantiza también nuevos derechos a los periodistas, permitiéndoles, en particular, acompañar a los parlamentarios que visitan lugares de privación de libertad. 

También tuve la oportunidad de anunciar que el Gobierno no ha abandonado su ambición de legislar sobre la protección del secreto de las fuentes. Reanudaremos el trabajo sobre este tema, que es un compromiso importante del Presidente de la República.

Desde el mes de noviembre, también he iniciado un trabajo sobre las ayudas a la prensa para fomentar una prensa libre, independiente y plural:

- en primer lugar, ampliando la ayuda al pluralismo y el apoyo a los títulos con escasos recursos publicitarios a los semanales o mensuales más allá de los diarios;

- luego reflexionando sobre una definición menos restrictiva de la prensa «de información política y general» que se beneficia de las ayudas «específicas».

Con respecto a Charlie Hebdo en particular, quiero recordar la fuerte movilización que permitió que el periódico saliera en kiosco el miércoles:

- a través de suscripciones de apoyo y donaciones de particulares;

- a través de la bella demostración de solidaridad de toda la profesión que acogió a Charlie Hebdo y aseguró su distribución aceptando que estos ingresos vayan al periódico solo;

- el Estado asume toda su parte en este movimiento de solidaridad: el Gobierno se compromete a aportar una ayuda excepcional directa a la redacción de Charlie Hebdo para garantizar la continuación de la actividad del título.

Charlie no está muerto, Charlie vivirá y con él los fuertes principios que hacen de nuestra prensa uno de los pilares de nuestra democracia.

Desde mi llegada, he querido renovar, renovándolas, con las misiones fundadoras de este Ministerio, a las que los franceses están muy apegados y que hacen de nuestro país una referencia en todo el mundo. En mi opinión, este modelo se presenta de tres maneras: mediante el apoyo a la creación - y en particular a la creación joven -, el acceso a la cultura y la proyección europea e internacional.

Nuestro país siempre ha podido enorgullecerse de sus grandes conquistas culturales, de su creatividad a la vanguardia de un país en marcha. Deseo que este espíritu de conquista anime las principales obras que marcarán el año 2015.

La primera conquista es la de los medios financieros. Estos medios no son un objetivo en sí mismos - con demasiada frecuencia se ha tendido a confundir la ambición del Ministerio y su presupuesto - pero, fortalecidos e incluso consolidados, nos permiten aplicar nuestras prioridades.

El presupuesto de la cultura se ha preservado para 2015 y aumentará en 2016, como lo anunció el primer ministro a principios de enero. Para este año, también he obtenido la descongelación anticipada de los créditos en favor de la creación, así como los destinados a la transmisión de los conocimientos, lo que no tiene precedentes.

Deseo dedicar estos medios suplementarios a los más alejados de la cultura, en los barrios prioritarios de la política de la ciudad, en las zonas rurales o periurbanas.

Entre mis prioridades, la cuestión del acceso es más central que nunca.

Quiero llevar la cultura a todos, porque es insoportable que en nuestro país algunos queden al margen de la «belleza de las cosas», para retomar la expresión de Aragón.

Esto pasa primero por la educación artística y cultural que es esencial para permitir a todos los niños un primer contacto con el arte.

Cada vez que nuestros valores se han visto amenazados, la escuela ha sido un elemento de respuesta. Porque afecta a todos los niños de la República: es allí donde se desarrollan individual y colectivamente, donde desarrollan su sentido crítico, que es el arma más temible contra todas las ideologías y todos los dogmas.

Es a menudo gracias a la educación artística y cultural que los niños o jóvenes en situación de abandono recuperan el gusto de aprender o de encontrar, mejor, su lugar en el cuerpo social aunque la educación artística y cultural sea también a lo largo de toda la vida, y en todos los lugares de la República.

La próxima semana presentaremos junto con Najat Vallaud-Belkacem nuestra hoja de ruta común en el Consejo de Ministros.

Esta hoja de ruta es la traducción concreta de la ambición que tenemos para todos los jóvenes de la República. Es también un gran avance que nos permite renovar la asociación entre la cultura y la educación nacional que no había alcanzado este nivel de ambición y cooperación desde el plan Tasca-Lang de 2001.

Nos comprometeremos a desarrollar acciones lo más cerca posible de las necesidades y expectativas: en la escuela primaria y en las zonas de educación prioritarias.

Entre las prioridades se incluirán:

- la valorización de las prácticas colectivas, del canto coral a la improvisación teatral, para hacer de estas experiencias culturales factores de vínculo social;

- pero también, sobre todo en este momento, la alfabetización mediática, a imagen, y la valorización de los medios ciudadanos para permitir a los más jóvenes comprender mejor lo que significa la libertad de expresión. También hay que enseñar a los jóvenes a informarse para que puedan formarse una opinión sobre el mundo sin ceder a la facilidad de ideas simples que, en una realidad cada vez más compleja, son más atractivas que nunca. El sector audiovisual público tiene un papel destacado que desempeñar, y velaremos por ello a la hora de finalizar el contrato de objetivos y medios de Radio Francia y de definir la visión estratégica del Estado para France Télévisions; se reactivará el apoyo a los medios de comunicación de proximidad; por último, el fondo estratégico de desarrollo de la prensa y el fondo de apoyo a las radios asociativas se orientarán en favor de la alfabetización mediática, especialmente en las zonas abandonadas.

Por supuesto, la ambición en favor de la juventud se llevará a cabo en relación con la política de la ciudad y la Secretaría de Estado para la Juventud.

Pasado mañana reuniré a todos los DRAC para discutir con ellos las modalidades de acción más pertinentes para llegar mejor a las «zonas blancas» de la cultura, las de los barrios, pero también las de las zonas rurales o las zonas periurbanas abandonadas.

Porque la cuestión del acceso se juega también, y sobre todo, en nuestros territorios.

La reforma territorial nos compromete a crear las condiciones para una mejor coordinación de la acción cultural con las colectividades locales. Sobre este expediente, desde mi llegada había expresado mi convicción de que era necesario mantener una administración desconcentrada de la cultura, eficaz y próxima a los territorios.

Este año 2015 será también un año de renovación de los pactos con las comunidades que quieran afirmar el lugar de la cultura en el centro de su proyecto político. Estas colectividades que eligen la cultura, las apoyaré e iré a su encuentro sobre el terreno para reafirmar el vigor de esta asociación. Muy pronto estaré en Clermont-Ferrand para firmar este primer pacto.

Otra ambición prioritaria es el apoyo a la creación y a su renovación.

Al sobresalto ciudadano debe responder un sobresalto creativo.

Lo que se ha querido lograr es la vitalidad de la imaginación y de la creación, lo que se ha querido destruir es la fuerza subversiva de la cultura. Por lo tanto, debemos aumentar la imaginación y la insolencia y, en todas partes, fomentar la creación en todas sus formas y formas más audaces. Más que nunca, y como tuve la oportunidad de expresarlo ante el Consejo Nacional de Profesiones del Espectáculo en diciembre, quiero defender nuestro modelo, y a los artistas que han elegido Francia, contra los ataques de que son objeto.

El deshielo de los créditos a favor de la creación va a permitir reforzar o enriquecer las programaciones artísticas de las instituciones: deseo que nos permita proponer acciones de respuesta artística a lo que nuestro país ha vivido estos últimos días.

Será el contrapunto del trabajo que tenemos que realizar, después de las decisiones del Primer Ministro que definen un nuevo marco para el régimen de los intermitentes del espectáculo. Este trabajo prestará especial atención a la cuestión del empleo en este sector y organizaré, junto con François Rebsamen, una conferencia sobre el empleo en el espectáculo el próximo mes de septiembre.

Por otra parte, debemos continuar y acelerar nuestra política de renovación y apertura al frente de nuestras instituciones culturales a través de una política de nombramientos que refleje mejor la rica diversidad de nuestra sociedad y fortalezca el lugar de las mujeres, Todavía son muy pocos los puestos de responsabilidad. Permitir que estas perspectivas de reconocimiento estén abiertas a todos es también luchar contra el sentimiento de abandono de la República.

La presentación del proyecto de ley Libertad de creación, arquitectura y patrimonio será un punto culminante de la aplicación de la prioridad en favor de la creación.  Con este proyecto de ley, el Gobierno afirma su adhesión a la libertad de creación y a los principios fundadores que sitúan la cultura en el centro del pacto republicano de nuestro país. Propone también reformas estructurales importantes de nuestras políticas patrimoniales, en particular en lo que se refiere a los espacios protegidos, y facilita el acceso a las obras de los museos y a los archivos, mejorando al mismo tiempo nuestras herramientas de arqueología preventiva. El proyecto de ley se presentará al Consejo de Ministros en marzo, antes de que se presente a la representación nacional antes de que finalice el primer semestre.

Por lo que respecta a las nuevas formas de creación y a los jóvenes creadores: también deseo definir una política ambiciosa para la enseñanza superior y la investigación y organizar un tiempo fuerte dedicado a la juventud creativa.

Cuando digo creación joven, pienso en el reconocimiento y la valorización de las estéticas actuales - que se piense, por ejemplo, en la renovación del acto creativo gracias al digital, a las músicas llamadas urbanas, a las nuevas escrituras de la ficción para las series.

Pero también pienso en un tiempo fuerte dedicado a los jóvenes creadores para acompañarlos mejor, desde la formación hasta la inserción profesional, ya sean artistas, músicos, performers, Circassiens, autores, artistas plásticos, fotógrafos, escritores, bailarines o arquitectos.

La estrategia nacional para la arquitectura constituye otro importante trabajo al servicio de esta prioridad. Será la ocasión de afirmar nuestro apego a la firma francesa en materia de arquitectura, pero también de permitirnos actuar directamente sobre nuestro entorno de vida, que es muy a menudo la primera de las fracturas sociales y de las desigualdades.

También bajo el signo del apoyo a la creación, de la que es un instrumento privilegiado de difusión, quiero poner en marcha el sector audiovisual público, que desempeña un papel indispensable para reunir a los franceses, encarnar y promover los valores de la República.

Este año 2015 verá la designación de una presidenta o de un presidente para France Télévisions por el CSA. En la perspectiva de este nombramiento, he querido que el Estado accionista pueda expresar su visión estratégica del papel de France Télévisions, en particular con respecto a la creación y renovación de los talentos, de los que debe ser un potente motor y un escaparate.

Mi tercera prioridad, por último, es reforzar la proyección cultural de nuestro país.

En las últimas semanas, el mundo ha visto en Francia, herida pero en pie, la capital mundial de la libertad. Tiene también vocación de ser la cultura. En Europa y en el mundo, Francia está a la vanguardia de los combates en nombre de la cultura de la que es abanderada. Esto es también lo que enorgullece a nuestros ciudadanos.

El trabajo sobre la apertura 7 días a la semana de tres grandes establecimientos, Le Louvre, Versalles y el museo de Orsay, está comprometido. Prestaré una atención muy especial a la aplicación de este proyecto al servicio de nuestra política de los públicos y de un mejor acceso de todos nuestros conciudadanos al patrimonio, velando por que se aporten todas las garantías para las condiciones de trabajo de los agentes.

Este año es decisivo para el futuro del derecho de autor en Europa. Francia defenderá con fuerza y orgullo ante la Comisión Europea la preservación del derecho de autor, verdadero motor de la creación. Europa debe recordar lo que debe a los artistas y a los autores que son la base de la hermosa idea de Europa. Son ellos quienes, mucho antes de la construcción europea, encarnaron el proyecto europeo: la Europa de la cultura precedió a la de las naciones.

Lo que enorgullece a nuestros conciudadanos es que Francia es una tierra de creación para los artistas de todo el mundo, que produce grandes obras maestras, como Timbuktu de Abderrahmane Sissako, y que acoge desde siempre a los más grandes nombres de la literatura, del arte o de la música.

Lo que enorgullece a nuestros conciudadanos es el éxito de los artistas franceses, en la música o la fotografía, la excelencia de nuestro cine que acaba de ser elogiada por cuatro nominaciones a los Oscar, nuestro saber hacer reconocido en el sector del videojuego. En un momento en que la naturaleza de la información y de los contenidos presentes en Internet está en el centro de nuestras preocupaciones, deseo valorizar mejor la presencia de las obras culturales francesas, cuya calidad y diversidad contribuyen a hacer de la Red un lugar de descubrimiento y de florecimiento cultural. Por eso haré del desarrollo de la obra legal, de la consolidación de la financiación de las obras de cine y de la exportación de nuestras producciones cinematográficas, de la música y del videojuego, una obra prioritaria para 2015.

Cuando se nos pregunta sobre la ambición de nuestra política cultural en la Francia del 11 de enero, creo que debemos tener presentes estas conquistas. Cada una de ellas nos permite acercar la cultura al conjunto de nuestros conciudadanos y darnos razones para comprender con confianza nuestro horizonte común.

Nuestra tarea es inmensa. No es sólo mía, es nuestra; no lo lograremos sin una toma de conciencia y un impulso colectivo de lo que el mundo de la cultura puede ofrecer al país. Soy consciente de la ambición de estas nuevas fronteras, pero sé que usted estará a la altura de la noble misión que se nos ha confiado para responder al desafío lanzado a nuestra República y a sus valores.

En el momento de concluir, quisiera convocar una imagen, la de los miles de rostros anónimos que cubren la cúpula del templo de los Grandes Hombres, gracias a la instalación de JR. Los rostros de quienes hacen la Francia de hoy y harán la de mañana, alzados en el frontón del monumento en honor de los grandes nombres de nuestra Historia. He aquí el imperativo que debe guiar nuestra acción: hacer entrar a todo el pueblo en los lugares de la memoria y abrirle de par en par las puertas de nuestra República, invitar a todas las y a todos los que no frecuentan los museos o los lugares de cultura por miedo a sentirse desplazados a responder a esta orden ciudadana: «¡Todos al Panteón! »

Nuestra ambición está ahí, en esta ciudadanía republicana de millones de caras.

Le doy las gracias.