Señora Ministra, querida Najat,

Señor director general de la Red Canopé, querido Jean-Marc Merriaux:

Directora, querida Diane Dufour

Damas y caballeros,

Queridos amigos:

 

Hoy en día, pocos estudiantes de secundaria viven sus vidas sin un smartphone. En muchas vidas, el teléfono inteligente, como se dice en Quebec, se convierte en el cordón umbilical que nos conecta con el mundo.

 

Es a través de él que la mayoría de los jóvenes acceden a la información y son ahora también actores. Es con él que descubren obras, ven vídeos, los comparten o los recomiendan a sus compañeros. A través de él experimentan la complejidad del mundo.

 

¿Tienen los medios para encontrarse a sí mismos, en este espacio saturado de signos y sentidos? ¿Tienen la posibilidad de distinguir entre lo que es fiable y lo que no lo es, entre lo que es fútil y lo que es esencial, entre lo que es probado y lo que es fantaseado?

 

Cada uno debe poder descifrar este flujo de información y de emociones que con demasiada frecuencia nos abruma; que lejos de iluminarnos puede cegarnos, oscurecer nuestro juicio.

Estas preguntas no son secundarias: la mutación numérica es portadora con ella de una mutación antropológica mayor, como la humanidad ha conocido poco en el pasado.

 

Estas preguntas no son solo filosóficas: también son profundamente políticas, porque cambian nuestra representación del mundo, la forma en que lo entendemos, la forma en que lo habitamos y cómo lo transformamos. Estamos hablando del futuro de nuestros hijos y de los ciudadanos del futuro.

Por eso es indispensable la alfabetización mediática.

 

Como se aprende a tener acceso a las artes y a la cultura, se debe aprender a tener acceso a los medios de comunicación y a la información.

 

Por eso, junto con Najat Vallaud-Belkacem, lo hemos convertido en una cuestión esencial.

 

A fortiori en el período que atravesamos.

En una Francia que quedará marcada para siempre por este año terrible, donde la cultura, la libertad de expresión y la libertad de prensa han sido blanco de ataques, Hoy más que nunca es nuestra responsabilidad compartir la necesidad democrática con las generaciones venideras.

 

En una Francia herida en su carne, donde la imagen de los atentados se propagó a una velocidad tan grande, donde el sentido de estos actos fue a veces difícil de comprender para nuestros niños y a veces difícilmente soportables, es nuestra responsabilidad darles los medios para analizarlos y comprenderlos. Especialmente cuando florecen las teorías conspirativas o los mensajes propagandísticos más insidiosos y peligrosos.

 

Para hacer frente a estos desafíos, tenemos la suerte de poder contar con los profesionales de los medios de comunicación, que comparten nuestra preocupación por iluminar su sentido y funcionamiento. Quiero rendir homenaje hoy a todos los que se dedican cada día a esta lucha apasionante, en particular a través de las redes asociativas.

 

Tenemos la suerte de poder contar con profesores, deseosos de formar el espíritu crítico de nuestros hijos, y quiero darles las gracias sinceramente por ello.

Por último, tenemos la suerte de poder contar con los profesionales del CLEMI, cuya misión principal es esta. Saludo al director, Franck Chaumont, que trabaja junto a Jean-Marc Merriaux en el seno de la Red Canopé, de la que todos conocemos la calidad del trabajo pedagógico.

 

Y ya que tenemos la suerte de ser recibidos en el Baile para firmar esta convención, quiero reconocer en particular el trabajo que realiza Diane Dufour, su directora, con todos sus equipos para la educación de la imagen. Lo atestigua esta hermosa exposición sobre las diferentes miradas que se pueden llevar sobre la noción de «polvo» que acabamos de descubrir. Lo atestigua también - y por eso hemos querido estar aquí hoy - su implicación en las prácticas innovadoras de educación de la imagen - imagen fija, imagen animada- que están en el corazón de la alfabetización mediática.

 

Con el Convenio que hoy firmamos, estamos uniendo nuestras fuerzas para seguir avanzando hacia ese objetivo que nos hemos fijado conjuntamente.

Quiero deciros mi orgullo al ver que mi Ministerio viene en apoyo al Ministerio de Educación Nacional y al CLEMI para aportar sus fuerzas y su experiencia.

 

Nuestra fuerza es nuestra capacidad de unir a todos los actores de los medios de comunicación, periodistas, editores, medios públicos o privados, gran público o medios asociativos de proximidad que siempre han sido movilizados para compartir su pasión por la información. Prueba de ello es el éxito cada vez mayor de la «Semana de la Prensa y de los Medios de Comunicación en la Escuela» o de la «Jornada del Directo» conducidas por el CLEMI.

 

Nuestra fuerza es también la de nuestra red. Uno de los puntos fuertes de nuestra convención es nuestra voluntad de hacer trabajar juntos a nuestros Rectores y a nuestros Drac al servicio de nuestros territorios. Para todos los que participan en los colegios o liceos de Francia, también en las escuelas primarias, será una ayuda valiosa poder contar con las competencias cruzadas de nuestras administraciones territoriales.

 

Quiero deciros también mi voluntad de apoyar a los actores de campo, ya sean docentes, educadores, periodistas o editores para ayudarles a implicarse más masivamente en la escuela, sino para acompañarlos también hacia todos los públicos que no están en la escuela y cuya demanda de comprensión del mundo no es menor!

 

¡En las MJC, en los hogares de jóvenes trabajadores, en las bibliotecas y mediatecas, en las asociaciones, quiero que la educación en la información, en la imagen, en la libertad de expresión sea accesible en todas partes! En cuanto a la educación en prácticas culturales, quiero movilizar en torno a mi ministerio a todos aquellos que pueden ayudarnos a llegar a TODOS los públicos. Cuento en particular con las grandes federaciones de educación popular con las que deseo establecer vínculos de asociación más ambiciosos que en el pasado.

 

Permítanme citar algunos ejemplos en apoyo de esta voluntad: a partir del próximo mes, lanzaré un programa de periodistas residentes en los barrios populares. Sobre el modelo que han demostrado sus artistas en residencia, esto permitirá a los periodistas voluntarios sumergirse en un barrio a largo plazo para ponerse al servicio de un programa de educación a los medios de comunicación o de creación de un medio de comunicación de proximidad.
Lanzamos un primer experimento con la DRAC Nord Pas de Calais. Creo mucho en esta idea

 

También deseé que apoyáramos gestiones notables como «Globe Reporters», que permite a los niños realizar una investigación en un país extranjero gracias a un periodista que hace sus preguntas, realiza los reportajes que desean, para compartirlos mejor con sus profesores.

 

O también «Devuelto Especial» a estos periodistas en el exilio acogidos en la Casa de los Periodistas que van al encuentro de los alumnos para testimoniar el precio de la libertad de expresión. Esta palabra de verdad es sin duda uno de los antídotos más bellos a la teoría de la conspiración que causa tantos estragos.

 

Quiero citar de nuevo nuestro decidido apoyo a la creación de una plataforma de intercambio y de intercambio de experiencias entre los participantes en la educación a la información. Deseo que Mediaeducation.fr, este hermoso proyecto llevado a cabo por un colectivo de asociaciones, se convierta el próximo año en el espacio colaborativo natural del que los activistas de la educación mediática nos han dicho que faltaba.

Permítanme también referirme a la convocatoria de proyectos que acabamos de concluir anoche. El fondo estratégico para el desarrollo de la prensa ha elegido un hermoso proyecto de maletín digital, llevado en particular por Ouest France, La Voix du Nord, el grupo Bayard, y que tiene vocación de ser acompañado por muchos otros títulos. La AFP, por ejemplo, ha indicado que contribuirá, que está bien en su papel de explorador y de excelencia.

 

Mi deseo es que este proyecto pueda ser desplegado, a partir de 2016, en 500 colegios-liceos y 500 lugares exteriores (casas de jóvenes, hogares...); mi ministerio va a trabajar con todos los editores.

 

Por último, quisiera mencionar las radios asociativas y los medios de comunicación de proximidad que apoyamos activamente. Son muchos los que se comprometen sin contar acogiendo a los jóvenes, montando acciones con las escuelas o las asociaciones locales. A menudo ofrecen, a través de sitios web o periódicos asociativos, espacios de formación y de expresión a los jóvenes y a los más aislados. Recuerdo, por otra parte, haber dado una entrevista, en la Feria Internacional del Libro de Brive, a dos estudiantes de secundaria de una joven web TV de Corrèze, Coffee TV. No tengo ninguna duda de que están muy familiarizados con la herramienta y que existe un verdadero potencial.

Por último, creo que no conseguiremos llevar una educación a los medios de comunicación sin trabajar ante todo con los primeros actores.

También me refiero a los jóvenes y a los padres.

 

Jóvenes, porque con ellos y en función de sus costumbres debemos definir nuestras acciones, no tratando de hacerlos encajar en un molde que no sea el suyo.

 

En segundo lugar, los padres, porque la alfabetización mediática también ofrece una gran oportunidad para el intercambio intergeneracional y la comprensión del mundo tal como es. Con tanta frecuencia somos incapaces de explicar a nuestros hijos la violencia del mundo. Todos lo hemos experimentado en enero y noviembre. La capacidad de diálogo Padres/Hijos sobre estas cuestiones es primordial. Mi Ministerio está a disposición de las federaciones de padres de alumnos y de las asociaciones familiares para trabajar allí.

 

Esto, queridos amigos, es lo que quería deciros hoy. Descifrar, jerarquizar, clasificar la información, se aprende, como se aprende a gustar las artes y la cultura, a alimentar nuestra curiosidad, a enriquecer nuestro asombro ante las obras.

 

 

Todo esto es esencial para comprender mejor, actuar mejor e inventar el mundo del mañana.

 

Le doy las gracias.