Señor Presidente
Señorías

Después de dos años en los que el Ministerio de Cultura y Comunicación ha asumido toda su parte del esfuerzo de saneamiento de las cuentas públicas, su presupuesto se ha consolidado para los próximos tres años.

Es una decisión política fuerte en el difícil período económico que atravesamos. En nuestro país existe una fuerte expectativa en materia de cultura. Un apetito, una envidia, el sueño de una nueva ambición colectiva.

La respuesta a la crisis también puede ser una respuesta cultural. La movilización de las energías creativas, de nuestro patrimonio, el lugar dado a los nuevos creadores, a todas las nuevas formas, a la educación artística y cultural, todo esto da un soplo, una energía a un país.

No se despierta la economía de un país como Francia si no se habla primero a su inteligencia, a su creatividad, si no se decreta que «la belleza está en todas partes», retomando la palabra de René Char.

Esta ambición no es solo un presupuesto que puede traducirla, es un proyecto global, que moviliza a todo el país, reconociendo el papel determinante de las colectividades locales, del sector público y del sector privado. Tanto el Presidente de la República como el Primer Ministro llevan ahora este proyecto a la más alta cumbre del Estado, y tengo la intención de llevarlo con ustedes.

La primera señal de esta ambición debía venir del presupuesto. Esto ya está hecho, ya que este presupuesto 2015 verá el conjunto de los créditos presupuestarios aumentar en un 0,33% para situarse en 7,08 millones de euros.

Es un signo fuerte dado al conjunto de artistas, hombres y mujeres que trabajan cotidianamente por nuestro patrimonio y nuestra creación. Pero también hacia las colectividades locales.

¿Quién puede ignorar que la cultura es un campo de responsabilidad compartida entre el Estado y las colectividades locales? La Ley relativa a la nueva organización territorial de la República y la relativa a la modernización de la acción pública nos permitirán pensar mejor en las asociaciones entre colectividades y Estado. Antes de abordar estas cuestiones decisivas de gobernanza, era indispensable dejar muy claro que el Estado seguirá participando plenamente.

Este presupuesto refleja la voluntad política. Ya tuve ocasión de decírselo en la Comisión de Asuntos Culturales, y en este mismo hemiciclo la semana pasada, mi acción en favor de la cultura se basa en tres pilares: abrir ampliamente el acceso a la cultura, especialmente a los más jóvenes, apoyar la excelencia para ampliar la proyección internacional de nuestro país y desencadenar una verdadera renovación creativa. Estas tres prioridades son el hilo conductor de este presupuesto.

En primer lugar, repensar el acceso a la cultura. El presupuesto de 2015 continúa decididamente el esfuerzo en favor de la educación artística y cultural, que habrá visto aumentar sus medios específicamente dedicados en un tercio entre 2012 y 2015.

En segundo lugar, reforzar la excelencia francesa para convertirla en un instrumento al servicio de la proyección cultural de nuestro país. Pienso en los créditos de la Filarmónica este magnífico equipo que reforzará el lugar de nuestro país en el mundo, en materia musical. Pienso también en el Louvre Abu Dhabi. Acabo de regresar de un viaje de dos días a Abu Dhabi, con la convicción de que nuestro país nunca es tan deseado y grande como cuando se da los medios para dar a conocer sus colecciones y más ampliamente sus oficios y sus conocimientos.

Finalmente, la renovación creativa. No sólo se mantienen los créditos dedicados a la creación, sino que se ha hecho un esfuerzo especial en los medios dedicados a las escuelas de enseñanza superior que acogen cada año a más de 36.000 estudiantes, es decir, a los creadores del mañana.

Más allá de estas directrices, si me lo permiten, unas palabras sobre las grandes políticas culturales de este presupuesto.

En primer lugar, el programa «Transmisión de los conocimientos y democratización de la cultura», que permite concretar dos prioridades: la continuación del plan en favor de la educación artística y cultural que verá aumentar sus medios para alcanzar los 40 millones de euros.

Los DRAC podrán así acompañar a las colectividades locales y proponer proyectos culturales de calidad sobre el tiempo liberado por la reforma de los ritmos
escolares: se estima que 1/3 de las actividades propuestas a los niños se refieren a una actividad cultural. Los DRAC participarán plenamente en este esfuerzo nacional, realizado en colaboración con la Ministra de Educación Nacional, y acompañarán la verdadera movilización de todos los actores de campo, asociaciones, bibliotecas, escuelas de música, teatros y compañías. Y más de un tercio de estos créditos se utilizan en los territorios surgidos de la cartografía prioritaria. La cultura es un poderoso creador de vínculos sociales y debe volver a ser un instrumento esencial para luchar contra las desigualdades.

Otra traducción concreta de la prioridad dada a la juventud: la decisión de apoyar fuertemente la enseñanza superior, y en primer lugar a los propios estudiantes, cuyas condiciones económicas a veces difíciles se conocen: vamos a aumentar en 14,5% becas sociales y ayudas para estudiantes, para favorecer la contratación de escuelas entre poblaciones de bajos ingresos.

Como pueden ver, este gobierno cree en los creadores del mañana. También cree en los creadores de hoy.

El Primer Ministro se comprometió a ello el pasado mes de junio, los créditos del programa creado se consolidan, no sólo en 2015, sino también durante los tres próximos años. En un momento en que la misión tripartita de los Sres.Gilles, Combrexelle y Archambeau trabaja con el conjunto de las partes interesadas en soluciones viables y perennes en lo que se refiere al régimen de la intermitencia, era un signo indispensable para todos los profesionales del compromiso del Estado en favor de la creación.

Porque los medios presupuestarios asignados al espectáculo vivo participan de la estructuración de la economía de este sector y de la mejora de las condiciones
de empleos de los artistas: se olvida con demasiada frecuencia, pero estos medios presupuestarios son ante todo empleo: la ayuda a las compañías es la garantía de su actividad y de su capacidad de remunerar a los artistas. El encargo público es una fuente de ingresos para los autores y los plásticos. ¡Las subvenciones a las etiquetas nacionales como los centros dramáticos incluyen medios de producción que, sencillamente, permiten pagar a artistas y técnicos!

Mis palabras no estarían completas si no mencionara con ustedes los sectores de los patrimonios.

¡Ante todo, una palabra general sobre este patrimonio tan rico sobre el que Francia tiene todo interés en invertir masivamente!

Desde hace dos meses, y mi toma de posesión, valoro cada día más lo que nuestro país cuenta como riquezas en la materia. Tenemos una experiencia única en el mundo en la restauración de monumentos, muebles. Pienso en los oficios artísticos, pero también en los fontaneros, los jardineros, los canteros o los artesanos que trabajan para la orfebrería o la joyería. Son oficios a veces desconocidos pero muy cualificados, gratificantes y no deslocalizados los que pueden atraer a los jóvenes. ¡Es una apuesta esencial!

Vamos a invertir en nuestro patrimonio. Mi ministerio asumirá y asumirá su parte del gasto público, para continuar manteniendo los monumentos y los sitios históricos que hacen la difusión de nuestro país.

El Estado responderá con un mantenimiento de estos créditos desconcentrados, es decir, más de 224 millones de euros dedicados a los monumentos históricos. El esfuerzo de inversión continuará, pero de manera más organizada. Gracias a la elaboración de planes generales de mantenimiento y restauración, deseo que superemos la lógica de operaciones ad hoc que ha prevalecido durante demasiado tiempo. El Estado desempeña así más plenamente su función de control científico y técnico dotándose de instrumentos más eficaces y racionales: el plan director de Versalles continúa, el de Fontainebleau toma una nueva dimensión operativa mientras que se comprometen los esquemas del centro Pompidou y del Gran Palacio.

La mejora de la acogida del público será también el centro de nuestras prioridades. Pienso en la renovación de la recepción del museo de Cluny, o en la reapertura del Hotel de la Marina, pero también en la experimentación de la apertura 7 días a la semana, en el horizonte 2017 de tres grandes museos nacionales muy frecuentados que son Versalles, el Louvre y Orsay.

Por último, con el proyecto interministerial de plataforma de archivo electrónico, dice VITAM, proseguiremos con la desmaterialización nuestro esfuerzo en favor de una mayor accesibilidad del público a nuestro patrimonio archivístico.

¡Veréis que nos equivocaríamos al oponer patrimonio y modernidad! También sería un error creer que la cultura es menos una solución que una carga para un país en crisis. Este gobierno ha elegido la cultura. También es confiando en los creadores, en su genio, en su locura, que se reaviva una esperanza colectiva.

Le doy las gracias.