Señor Presidente del Palacio de Tokio, que nos hace la amistad de acogernos hoy, querido Jean de Loisy,
Señora Presidenta de la Universidad, querida Claudie Haigneré,
Señoras y señores presidentes de EP, y muy especialmente Jean-François Hebert, quien presidió primero la ejecución de estas misiones,
Señoras y señores actores del ámbito social y todos los representantes de asociaciones de personas con discapacidad,
Damas y caballeros, queridos amigos,
Es para mí un gran placer estar hoy entre vosotros para celebrar juntos el trabajo notable de «RECA» y de «Vivir Juntos» que, desde hace ya 10 años, elevan la ambición cultural y democrática de nuestro país.
Este aniversario es también para mí una ocasión para saludar la gran movilización en torno a estas dos misiones que, desde su creación en 2003 por el Ministerio de Cultura y Comunicación, ponen en práctica diariamente un proyecto cultural que realiza los principios de libertad, justicia social y fraternidad en el corazón de nuestra democracia.
Hoy quiero felicitar calurosamente a todos los miembros activos de ambas misiones, todas las instituciones públicas asociadas, así como todas las asociaciones representativas de las personas con discapacidad y todos los agentes del ámbito social movilizados juntos al servicio de la inclusión y la cohesión social.
Saludo a Universcience por su papel de guía y de coordinación y muy especialmente a Jean-François Hebert y Claudie Haigneré, que, uno en el origen del desarrollo de estas misiones y el otro en su aplicación actual, han contribuido, junto con sus equipos, el éxito de RECA y Vivir Juntos.
Estas dos misiones que nos unen hoy contribuyen desde hace 10 años a volver a situar la cultura en el corazón del pacto republicano. Para que para cada uno de nuestros conciudadanos la cultura sea realmente un espacio interior de encuentro con el otro. Que sea un vector de emancipación, de realización y de libertad por el que todos participen plenamente en la vida de nuestra sociedad. Para recuperar el sentido del colectivo y de vivir juntos.
Tienen la particularidad de federar establecimientos de todos los campos de la cultura: museos, establecimientos de la cultura científica y técnica, del espectáculo que viven en una acción conjunta y coordinada en torno al objetivo común de acceso a la cultura. Gracias a la movilización de todos, en los últimos años habéis sabido transformar en profundidad vuestro conocimiento, vuestra aprensión, vuestra percepción, vuestras modalidades de trabajo con estos públicos. Habéis sabido compartir vuestras experiencias y, sobre todo, habéis sabido verdaderamente «compartir» con todos los interlocutores. Este enfoque federativo y colectivo es, por lo demás, una escuela en algunas regiones y me siento feliz y orgullosa de ello.
Lo que es notable en el trabajo realizado desde hace 10 años por las misiones RECA y Vivir Juntos es precisamente esta voluntad de inclusión, esta ambición de no crear nuevas segregaciones favoreciendo la emancipación de aquellos de nuestros conciudadanos que están más alejados a priori del acceso a la cultura, debido a su discapacidad o a su condición social. El deseo de construir juntos, en una misma energía colectiva, una sociedad en la que tanto las personas con discapacidad como las que sufren exclusión recuperen su lugar gracias a la cultura.
Estas misiones han sido verdaderamente pioneras en la aplicación de este hermoso proyecto cultural y democrático que tiende a la participación plena y activa de todos los ciudadanos en la vida cultural de nuestro país. Esta ambición está también en el centro de mi gran proyecto de educación artística y cultural que afecta a cada joven, quienquiera que sea y dondequiera que se encuentre en nuestro territorio.
Celebrar los 10 años de estas dos misiones pioneras es celebrar su notable balance. 10 años después de que se haya afirmado la voluntad del ministerio de la cultura de hacer progresar la «tolerancia, el respeto de las diferencias y el deseo de vivir juntos», ¿dónde estamos?
En primer lugar, quiero saludar la puesta en común de energías y proyectos, el intercambio, el intercambio y la difusión de prácticas y contenidos culturales para responder mejor a las expectativas y necesidades. Es uno de los grandes éxitos de ambas misiones.
El trabajo de cooperación, la puesta en común de recursos y contactos, la puesta en común de ideas, experiencias y energías han contribuido a hacer de la acción de estas misiones referencias.
En segundo lugar, deseo subrayar el notable trabajo realizado en la formación y el acompañamiento de los actores del ámbito social o de la discapacidad para estar lo más cerca posible de los públicos y llegar a un mayor número de nuestros conciudadanos. Pienso, en particular, en la Carta de acogida de los públicos del ámbito social, que se basa en las competencias y la experiencia de los actores del ámbito social, ya procedan de redes de educación popular, de ONG, de asociaciones de lucha contra la exclusión y la precariedad, de centros sociales, de servicios de protección judicial de la juventud o de la ciudad y muchos otros. Al identificar a los representantes del ámbito social, permite a las instituciones culturales asociadas crear condiciones de visita adaptadas a todos los públicos.
Por último, quisiera destacar la nueva mirada que estas dos misiones han contribuido a hacer surgir en nuestra sociedad. Gracias a 10 años de movilización al servicio de estas dos misiones, la mirada de la sociedad y del mundo de la cultura se ha transformado progresivamente: hoy es impensable que algunos de nuestros conciudadanos, porque son geográficamente, socialmente, físicamente alejados de la cultura, puedan ser privados de ella. Hoy es impensable permitir que las instituciones culturales se conviertan en cómplices de la aparición de nuevas fronteras o de nuevas segregaciones culturales.
Por eso, a la cultura para cada uno hemos preferido juntos la cultura para todos y con todos. Y es para continuar este movimiento que encarnas, que he querido llevar una serie de avances desde mi llegada rue de Valois:
- por lo que se refiere al ámbito social, he firmado convenios plurianuales de objetivos para 2012-2014 con 8 asociaciones nacionales de solidaridad para desarrollar una política concertada destinada a las personas en situación de precariedad o de exclusión
- en cuanto a la cuestión de la discapacidad, como saben, el Presidente de la República ha querido convertirla en una ambición nacional que irriga cada una de nuestras políticas públicas. El Ministerio de Cultura está muy movilizado en torno a estos retos: el próximo 14 de enero presentaré, junto a Marie-Arlette Carlotti, los avances y los objetivos de nuestra acción para hacer de las personas con discapacidad verdaderos actores de la cultura.
Como hemos visto, el trabajo realizado es notable. Pero aún queda mucho por hacer. Debemos continuar nuestros esfuerzos y seguir movilizando a todos los actores, porque de ello depende el éxito de nuestra acción.
También debemos abordar los retos de la sociedad actual y de mañana.
Pienso especialmente en lo digital. Hoy debemos movilizar todas las posibilidades que ofrece la tecnología digital al servicio de nuestras políticas culturales, en particular las que favorecen el acceso de todos a la cultura.
La digitalización ha transformado profundamente la difusión y el acceso al arte y a la oferta cultural, y también ha revolucionado las prácticas y los usos. Debemos convertirlo en una herramienta al servicio de un mayor acceso a la cultura y de una práctica cultural lo más cerca posible de nuestros conciudadanos. Sin embargo, también puede crear grandes desigualdades en el control y el acceso a las herramientas y generar así nuevas brechas. Es el papel del Estado, y de las misiones RECA y Vivre Ensemble, asegurarse de que lo digital sea una herramienta al servicio de un acceso y una práctica más ampliamente abiertos a todos.
Es nuestro deber velar por que la tecnología digital, en lugar de reconstruir virtualmente los muros que estas dos misiones han destruido incansablemente piedra por piedra durante 10 años, contribuya más bien a hacerlos añicos.
Esta es la ambición que debe animarnos colectivamente para que el notable trabajo realizado en los últimos 10 años pueda enfrentarse plenamente a los desafíos de nuestra sociedad.
Le doy las gracias.