Querido Renaud:

Porque había reconocido a Etienne Lantier en usted, Claude Berri le hizo el héroe de su Germinal. Mejor que nadie encarnas a los ojos del público francés a este hombre cuyo corazón sangra de amor y rebeldía. El que hizo crecer a los hombres en el ejército negro, «creciendo para las cosechas de un siglo futuro», como escribía Zola.

Con gran orgullo los distingo hoy. Usted, el cantante de éxito, contratado en primera línea con los huelguistas de Longwy en Lorena. El nieto de Oscar, «ch'Timi hasta el final de las nubes», «sindicado a muerte, inscrito en el partido». El nieto de un obrero que canta el Norte con, como recompensa final por este álbum en patois, una victoria de la música.

Hijo del norte obrero, también naciste de un padre escritor y poeta. Un músico enamorado de libros y palabras. En la encrucijada de dos culturas, elevada entre el «socialismo bueno y el proletariado rojo», como usted dice mejor que nadie, su lengua habla al corazón de todos los franceses.

«Rojo garganta/ prolo ordinario/ pueblo de París», así es como te defines. Digno heredero de Bruant, es en el París popular que usted dedica su primer álbum, Amantes de Paname. Luego, «Gamberro entre tantos», cantas la juventud y sus rebeliones. Y de Laisse hormigón a Marche à l'ombre, «malvado como un perro», usted es el poeta insumiso de los «carroñeros» y de los zoneros.

De las «lágrimas llenas [la] cerveza», de «Manu» a «Corazón perdido», os hacéis también semejante al poeta de Musset, cuyas «declamaciones son como espadas» donde «cuelga siempre algunas gotas de sangre. » Siempre con esta misma sinceridad, cantáis el amor de un padre a su hija, que después de las dulces horas de los patios de recreo y de los cajones de arena, en la ineludible «Morgana de ti», se conmueve de la despedida a la infancia y a la inocencia en el álbum Rouge Sang.

Esta nostalgia del tiempo que pasa, este Mistral ganador donde «el tiempo es asesino y se lleva con él las risas de los niños», «los Carambars de antaño y los coco-Boers», los «domingos monótonos de niño», los hacéis canciones «al perfume de Amsterdamer/ Que salía de la pipa en tierra/ Du tonton».

Gorra de marlou, bandana roja y perfecto, verbo eficaz y jerga aguda, su popularidad molesta. Dicen que eres un cantante molesto, un falso gamberro o un verdadero burgués. Pero el público no se equivoca. Ya sea que cantes tus impulsos del corazón o tus estados de ánimo.

Cuando el viento sople, cambien sus santiags «por un viejo encerado amarillo». Que «cansados de la mentira y de la verdad» aspiren «al silencio finalmente, y luego al viento». Canten Irlanda o Brassens. No importa si eres el Doctor Renaud o el Señor Zorro. Después de 23 álbumes y unos 20 millones de copias, ha hecho de todas las generaciones uno de los cantantes franceses más populares.

El corazón a la izquierda, estás en todas las peleas. En particular, al que a veces os habéis opuesto pero que siempre habéis amado y sostenido, François Mitterrand, el «gran roble con la fragilidad de las rosas» que cantáis en «Tío». También en el momento en que se rindieron tantos homenaje a la señora Thatcher, se recuerda el retrato que hizo de «Miss Maggie» en los años ochenta.

Hombre libre que nada encadena o aprisiona, llevas alto las causas que te son queridas. Por los golpes de sangre y los golpes de ira, en el texto de sus canciones o en la tribuna de Charlie Hebdo. Desde los Restaurantes del corazón de su amigo de toda la vida, Coluche, a la lucha ecológica llevada a cabo junto a Greenpeace.

Vuestras luchas son las que hacen historia, la Etiopía por la que escribís «SOS Etiopía», la lucha contra el apartheid de la que celebráis al héroe «rebelde, vivo, de pie», «Jonathan» o Johnny Clegg. Pero también el conmovedor grito del corazón interpretado con Axelle Red, en nombre de estos «dos extranjeros en el fin del mundo, tan diferentes/ (...) Pulverizados sobre el altar/ De la violencia eterna»: Manhattan-Kabul, esta canción es la pieza más difundida del año 2002 en Francia. Y más recientemente, «En la selva», su oda a la liberación de Ingrid Betancourt.

Porque su talento, su sinceridad y la fuerza de sus compromisos han sabido ganar duraderamente el corazón del público francés, es en nombre de toda esta «multitud que con una sola voz/ Asesino 'Manu', 'Morgana de ti'», que les rindo hoy los homenajes de la República.

Querido Renaud, en nombre de la República Francesa, le nombramos Comendador de la Orden de las Artes y de las Letras.