Testigo de la efervescencia de la independencia de su país, entre los jóvenes amantes de la música, Malick Sidibé fotografió las fiestas y las alegrías en Bamako.
Maestro del retrato, cubrió con su mirada benévola a los que acogía en su estudio.
Francia expuso muy pronto, apoyó y reconoció su inmenso talento, antes de la consagración internacional del Premio Hasselblad y de la Bienal de Venecia en 2007 por el conjunto de su obra.
Doy mi más sentido pésame a su familia.