Las bibliotecas y las mediatecas son determinantes en la vitalidad de nuestra democracia, garantes de la igualdad de acceso al saber y a la cultura para todos, así como del pluralismo de la información. Son más que nunca un servicio público fundamental que desempeña un papel cultural, pero también educativo y social de primer orden en todos los territorios.

Las misiones de las bibliotecas van mucho más allá del simple préstamo de libros; se trata de favorecer cada vez más la mediación cultural, el debate, el acceso a las redes de información y a todos los tipos de medios de comunicación, la sensibilización...

Los dos ministros comparten así el deseo de acompañar a las bibliotecas para que puedan responder cada vez mejor a las nuevas expectativas, vinculadas a la evolución de los modos de vida y de las prácticas culturales de los franceses, a las que se enfrentan. En este sentido, la senadora Sylvie Robert entregará próximamente a Fleur Pellerin un informe sobre la adaptación de los horarios de apertura de las mediatecas al ritmo de vida de los franceses.

Los Ministros encomian la labor de los bibliotecarios, tanto de la administración pública estatal como de la administración pública territorial, que desempeñan una función esencial de mediación entre los 15 millones de usuarios de la red, en particular los jóvenes, prioridad del Gobierno.

Marylise Lebranchu y Fleur Pellerin recuerdan también el papel desempeñado por el Estado para apoyar la construcción y la modernización de las mediatecas a través del concurso particular para las bibliotecas de la Dotación general para la Descentralización. En ellas se destaca la necesidad de preservar los créditos que se le asignan.

Gracias al fondo de mil millones de euros creado, el Estado apoya así a las colectividades territoriales en sus proyectos de inversión: esta dotación podrá utilizarse en los territorios para financiar, en particular, infraestructuras y usos relacionados con la tecnología digital, que podrán beneficiarse de los proyectos locales de desarrollo de la lectura pública y de acceso a la cultura y a los medios de comunicación en todas sus formas.

Por último, celebran los esfuerzos de puesta en común realizados a escala intercomunal. La mitad de las grandes intercomunalidades ya han adquirido esta competencia: la puesta en red permite ir a la conquista de públicos más amplios, en todos los territorios, zonas rurales remotas o barrios prioritarios de la ciudad, para combatir las desigualdades territoriales y sociales de acceso a la cultura.