Con gran emoción me enteré de que Claude Cabanes nos había dejado hoy.
Claude Cabanes, era por supuesto una de las grandes plumas de la humanidady su editor durante más de 15 años.
Pero también era esa voz con acentos tan cálidos y apasionados, que escuchaba de niño en Derecho de respuesta de Michel Polac. Estábamos en 1981 y François Mitterrand había devuelto a la radio y a la televisión su libertad de palabra: Claude Cabanes era uno de los que encarnaban esta libertad y sabían aprovecharla.
La cultura de Claude Cabanes era inmensa, y muy conocida por los lectores del periódico fundado por Jean Jaurès. Tenía para él este amor por las palabras y la lengua francesa, y esta inteligencia apasionada de las luchas de ideas.
Este incansable militante comunista - nacido entre las dos vueltas de la elección legislativa de 1936, que marca el comienzo del Frente Popular - creía profundamente en la igualdad. Era también un gran defensor de la libertad de creación: veía a Francia como una tierra de elección para los artistas.
Su voz seguramente extrañará - a los lectores de la humanidada la pluralidad de la prensa y a los amantes de la cultura.
Mis pensamientos están con su familia y sus seres queridos, así como con la Redacción de la'Humanidad.