Es un actor principal de nuestras políticas culturales en el espectáculo vivo, a través de la gran aventura de la descentralización artística y cultural de los últimos 60 años, que nos ha dejado.
Philippe Tiry fue primero un pionero de la descentralización dramática que eligió acompañar a Jacques Fabbri y su compañía durante diez años, antes de ser nombrado a la dirección del Centro Dramático Nacional de Aix-en-Provence. Fue también un constructor de realidad cuando, en 1965, a la llamada de André Malraux, supo dar en pocos meses forma y fuerza de prueba a la joven Casa de la Cultura de Amiens de la que fue director destacado.
Luego tuvo una intuición de genio: la creación de la ONDA, Oficina Nacional de Difusión Artística, a petición de Michel Guy. Dirigió este innovador establecimiento durante veinte años con una determinación y una eficacia cuya clave fue sin duda su humildad prosaica y amigable. Guió y fomentó una buena parte de la ordenación y de la cualificación cultural del territorio, gracias al segundo soplo impreso a la acción del Ministerio de Cultura en los años 80.
También se hizo visionario cuando supo inspirar, en 1981, la fundación del IETM (Informal European Theater Meeting), antes de presidir esta primera red europea de las artes escénicas, se convirtió rápidamente en un espacio de reunión para toda la joven creación del espectáculo vivo a escala europea y hoy internacional.
Siempre al servicio «de un pensamiento generoso y de una utopía necesaria», según sus propias palabras, Philippe Tiry fue así un servidor inquebrantable de los artistas, de la cultura y de la República, sin que nunca se hubiera debilitado su independencia de espíritu y de palabra. Durante toda su vida fue un contrabandista, que supo transmitir su sentido del compromiso, haciendo entrar varias generaciones de profesionales en el mundo cultural. Su lección sigue siendo de absoluta actualidad, su influencia más viva que nunca.
Mis afectuosos pensamientos van a sus seres queridos, a todas las personas que han tenido la suerte de trabajar con él y a la gran familia de la descentralización que hoy llora a un padre fundador.