Günter Grass, el legendario Premio Nobel de Literatura 1999, acaba de desaparecer a la edad de 87 años.

Se apaga una gran voz. La de una Alemania de conciencia atormentada, que hasta hoy no cesa de confrontarse con su pasado.

En El Tambor escrito en 1959, aquel que vivió la guerra y sus ultrajes en su propia carne, dio de esta tragedia una visión magistral creando personajes e imágenes inolvidables, a la vez hiperrealistas y profundamente oníricos, feroces y llenos de humanidad.

La adaptación de esta novela al cine por Volker Schlöndorff obtuvo la Palma de Oro en Cannes en 1979 y el Oscar a la mejor película en 1980.

Toda su obra de ficción lleva su marca ardiente y visionaria: El Rodaballo, Los años de perro, Mi siglo.

Günther Grass no era solo un escritor. Su voz fuerte se elevaba en el corazón de los remolinos de la vida social y política de su país, del que era un incansable heraldo, a veces cuestionado. Sus luchas se llamaban ecología, democracia, mundo libre.

Expreso mi apoyo a sus hijos y a todos sus compatriotas.

París, 13 de abril de 2014