Fue con emoción que me enteré de la desaparición de Christine Arnothy.
Francia pierde una gran mujer de letras, un autor prolijo a la pluma viva.
Ha marcado muchas generaciones con Tengo 15 años y no quiero morirsu relato autobiográfico que cuenta el día a día de la adolescente que era, caminando entre los cadáveres en Budapest sitiada, en 1944.
Compañera de Claude Bellanger, a quien conoció cuando le entregaron el premio Vérité por esta autobiografía publicada diez años después de haber huido de Hungría, Christine Arnothy supo retratar, siempre con mucha precisión, la evolución de la sociedad francesa a lo largo de esta segunda mitad del XXeme siglo.
Hoy nos deja con cerca de cincuenta novelas, con intrigas siempre sorprendentes y emocionantes.
De la vida, esta mujer admirable habrá escrito que hay que besarla, porque lo amaba sinceramente - y sabía contarla.
Esta noche, mis pensamientos están con su familia y sus seres queridos.