La ministra de Cultura y Comunicación, Fleur Pellerin, inició el pasado 17 de abril una gestión relativa al control y la transparencia de los gastos de los dirigentes del sector cultural.

El enfoque de la Ministra se basa, más allá de la confianza que merecen los funcionarios públicos que dirigen esas instituciones, en la búsqueda de una mayor transparencia. Aunque rara vez se observan diferencias en la utilización de los medios, este riesgo debe prevenirse y evitarse siempre con la mayor determinación.

El compromiso de los dirigentes y del conjunto de sus agentes permite lograr resultados notables, tanto para aumentar la proyección o la frecuentación de los establecimientos como para encontrar nuevos equilibrios económicos.

Este compromiso en el servicio público se traduce también en una gestión controlada y ejemplar. La responsabilidad de los directivos es hacer cumplir las normas relativas a los gastos de funcionamiento en las estructuras que dirigen - tanto por ellos como por sus colaboradores.

Por ello, Fleur Pellerin ha querido buscar, con los propios establecimientos, los medios de conocer mejor y reducir los riesgos en la materia. La Ministra ha pedido a la Inspección General de Asuntos Culturales que realice un estudio sobre este tema y formule propuestas de mejora.

El 24 de junio de 2015 transmitió a los dirigentes de los establecimientos públicos una instrucción, preparada con el concurso de la Inspección General de Asuntos Culturales, de los servicios del Ministerio de Cultura y Comunicación y de las autoridades de control presupuestario y contable, que ha surgido de este trabajo y que es la manifestación concreta de su voluntad en la materia.

Por lo que se refiere a la AFP, las empresas del sector audiovisual público y los demás operadores del Ministerio, se les pide que recurran a su consejo de administración para que puedan iniciar un proceso que les permita apropiarse de esta iniciativa, adaptándola a las características propias de su organización.

Como complemento, se emprenderá un proceso, con un cierto número de organizaciones voluntarias, para establecer en su seno una carta de deontología que tenga en cuenta la especificidad de su funcionamiento y los desafíos a los que se enfrentan.

Estos retos no se refieren únicamente al sector de la cultura y la comunicación, pero la Ministra ha deseado que este ministerio emprenda una acción ejemplar.

Nuestros conciudadanos, los dirigentes de los establecimientos públicos, así como el personal llamado a participar en el esfuerzo de control de los gastos - todos expresamos una expectativa legítima en este ámbito.