La presentación de la obra Exhibit B del artista sudafricano Brett Bailey en el TGP y en el 104 en los próximos días, suscitó peticiones de prohibición así como varias amenazas.

Este espectáculo, que pretende denunciar sin ambigüedades lo peor que el racismo ha producido con una representación de cuadros encarnados, fue visto en varias ciudades europeas, en Aviñón y en el 104 en 2013, o más recientemente en Poitiers, sin que ningún incidente perturbe su programación ni su descubrimiento por espectadores que hayan elegido libremente asistir. La Liga de los Derechos Humanos, el Mrap, la Licra, el Observatorio de la Libertad de Creación, el Syndeac y numerosas organizaciones tomaron con justicia y responsabilidad la defensa de este espectáculo, para invitar al debate y no a la censura.

Doy todo mi apoyo al artista Brett Bailey así como a los directores que han elegido programar esta obra, Jean Bellorini en el Teatro Gérard-Philipe en Saint-Denis y José-Manuel Gonçalvès en el 104 en París.

Reafirmo con fuerza los principios fundamentales de libertad de creación y de programación que son el orgullo de nuestra nación. El hecho de tener que recordar estos principios en la contingencia, cuando son absolutos de la República, da sentido y urgencia al proyecto de ley sobre la libertad de creación, la arquitectura y el patrimonio que presentaré ante el Parlamento en 2015.

En efecto, no hay misión más urgente para los representantes del pueblo que defender los derechos y libertades que fundamentan nuestra democracia: garantía de la libertad de creación y de expresión, respeto de la diversidad cultural y lucha contra el racismo y el antisemitismo; garantía de la libertad de las prácticas culturales de cada ciudadano y de la igualdad de acceso de todos a los frutos de la creación.

Deseo recordar también la confianza que deposita el Estado en las personalidades a las que confía la tarea de dirigir sus instituciones culturales.

Francia siempre se ha enorgullecido de defender a los artistas y las obras, de ser una tierra de acogida y de libertad para los creadores de todo el mundo. Hoy debemos ser dignos de la herencia de todos los que lucharon por esa libertad.
Por lo tanto, condeno enérgicamente estos intentos de intimidación o censura, ya que se basan en amalgamas y formas de intolerancia que no tienen derecho de ciudadanía en nuestra República.
París, 26 de noviembre de 2014