Pierre Fabre, fundador de los laboratorios farmacéuticos, murió en su casa, en Lavaur (Tarn), en esta tierra que amó profundamente.

Este gran jefe siempre quiso que su Grupo permaneciera en «su» región para favorecer el empleo y el desarrollo económico local.

Ciudadano comprometido, lo fue en su corazón de oficio, financiando la investigación a través de numerosas asociaciones y universidades francesas y extranjeras y favoreciendo el acceso de los medicamentos de calidad a los más necesitados.

Hombre del suroeste y ferviente partidario del Castres Olympique de rugby, fue su apoyo financiero y el carismático presidente desde 1987. Esto no le impidió ayudar a muchos otros clubes deportivos de la región.

Hombre de cultura, contribuyó a enriquecer las colecciones hispánicas del museo Goya de Castres con la compra de varios cuadros importantes, entre ellos, en 2006, «el Martirio de San Sebastián» del pintor madrileño Sebastian Muñoz (1642-1693).

Para el museo Toulouse-Lautrec de Albi, contribuyó en particular a la adquisición de «La Modiste», óleo sobre lienzo de 1900. También participó en el proyecto de construcción del museo de tapices Dom Robert en la abadía de En-Calcat en Sorrèze.

En el origen de la delegación Midi-Pyrénées de la Fundación del Patrimonio, financió el premio del concurso «Trésors Occitans» en 2007 y, en 2009, renovó la concesión de una subvención para la acción de la fundación en Gers.

En cuanto al arte contemporáneo, apoyaba los proyectos de los mataderos de Toulouse desde 2007 y participaba en la celebración de los 30 años de los FRAC.

Sin embargo, no concibió un compromiso cultural que no fuera compartido por todos y, con este fin, había establecido una asociación con la Fundación «La Dépêche» (Toulouse) cuyo compromiso social y educativo compartía.

Hombre de corazón, hombre de acción, este gran mecenas lo fue con elegancia y discreción.