Emmanuelle Riva defenderá los colores de Francia en los próximos Oscar del cine. Su carisma, su capacidad de encarnarse con todas las fibras de su ser, su impactante interpretación en la película de Michael Haneke, «Amour», Palma de Oro el año pasado en Cannes, le valieron aspirar al trofeo de la mejor actriz. Formulo votos ardientes para que esta magnífica actriz que ha sabido evolucionar con tanta inteligencia desde la inolvidable «Hiroshima mon amour» en 1959, obtenga esta prestigiosa gratificación.
Sería una manera de colmar a generaciones de admiradores de sus películas y, más allá, de su compromiso. Nadie ha olvidado sus valientes reportajes fotográficos sobre las huellas de la ciudad mártir.
Dirijo mi caluroso aliento a la película «Amour», una coproducción austro-francesa en competición por el Oscar a la mejor película, así como por otros cuatro trofeos.
Mis mejores deseos también para Alexandre Desplat, que competirá por el Oscar a la mejor música original en «Argo» de Ben Affleck. Para cada película, sabe encontrar los colores del alma que hacen que la historia, los paisajes y los personajes sean inolvidables. «De latir mi corazón se detuvo» de Jacques Audiard, su primer César en 2006, «El discurso de un rey» de Tom Hooper, muchos otros... reconocemos su pata sonora desde la primera nota.