La ministra de Cultura y Comunicación, Aurélie Filippetti, sigue con atención y preocupación el proceso entablado contra Nadejda Tolokonnikova, Ekaterina Samoutsevitch y Maria Alekhina, las tres jóvenes miembros del grupo punk ruso Pussy Riot.

Lo que se les reprocha es ni más ni menos que haber ejercido libremente su arte.

A través de ellas se acusa a la libertad creativa de los artistas. Desde siempre, la creación ha conocido una dimensión indispensable provocadora. La libertad de creación es también la libertad de criticar al poder establecido. Es la fuerza de una democracia saber aceptar esta licencia artística y proteger a los artistas que la ejercen.

La Ministra de Cultura y Comunicación hace un llamamiento a las autoridades rusas para que respeten este principio de libertad sin el cual ninguna creación es posible.