Para todos, era Emmanuelle, la heroína de una película de encanto y emoción de 1974 que sedujo a toda una generación, en Francia y en todo el mundo, y que abrió la vía a una corriente cinematográfica más liberada.

 Pero la joven modelo holandesa Sylvia Kristel no era solo la imagen del cine erótico. Ejerció sus talentos de actriz junto a Gérard Depardieu y Michel Piccoli, bajo la dirección de Roger Vadim o incluso de Francis Girod.

 Sylvia Kristel, que había tenido que afrontar muchas pruebas, había sabido afrontar con notable valentía su adicción al alcohol y a las drogas. Una lucha que ella mencionó con fuerza y dignidad en su autobiografía publicada en 2006.