Homenaje de Aurélie Filippetti, ministra de Cultura y Comunicación, a Jacques Dupin

Con Jacques Dupin, desaparece un magistral historiador del arte, también poeta de
gran talento, que supo unir estos aquellos cualidades para desvelar como persona
el universo artístico de los grandes pintores de su tiempo: Juan Miró, Antoni Tapiès,
Alberto Giacometti, para quien posó, Francis Bacon. Toda una pléyade de artistas
del que no sólo era el historiógrafo, sino también su amigo.

Prueba de ello es su gran monografía de Miró, en 1961, el primer escrito sobre
la obra de Tapiès, la retrospectiva de la obra dibujada y pintada de Henri Michaux
que organizó en 1977 en la Fundación Maeght. Particularmente fecunda fue su
colaboración de treinta años con Miro, así como con el escritor americano Paul
Auster o René Char, que prefirió su primera colección de poemas,
«Cenicero del viaje».

Figura y alma de la Galería Maeght, donde dirigirá las ediciones hasta 1981,
Jacques Dupin nos deja sus propios poemas, textos sobre el arte y libros
de artistas. Y su mirada dulce, insustituible, en aquellos de quienes era uno de los
últimos grandes testigos vivos.