El estudio del Ministerio sobre las lenguas y sus usos en los consumos culturales en Francia revela la diversidad de las lenguas dominadas, con disparidades entre la Francia metropolitana y los Ultramar.

Una canción anglófona escuchada en flujo, una telenovela vista en español, un artículo consultado en creole o en Shimaore (una de las lenguas habladas en la isla de Mayotte)... Si bien Francia es, en derecho, un país monolingüe, los consumos culturales en otros idiomas que el francés son en realidad tan corrientes como variados. Así lo revela el estudio Idiomas y usos de las lenguas en los consumos culturales en Francia del DEPS (Departamento de Estudios, Prospectiva, Estadísticas y Documentación) del Ministerio de Cultura. La sexta edición de la encuesta fundadora sobre las Prácticas culturales, que se extendió en 2019 y 2020 a los territorios ultramarinos, permitió analizar los usos de las lenguas en los consumos culturales y poner al descubierto fuertes diferencias entre los territorios. Si el recurso a la lengua de Molière domina en la Francia metropolitana, cede el lugar a los criollos en los DROM.

El monolingüismo mayoritario en metrópolis, no en ultramar

Los repertorios lingüísticos de las poblaciones de Francia metropolitana y de ultramar son muy dispares. Mientras que el monolingüismo afecta al 54% de los habitantes de la Francia metropolitana, es minoritario en los territorios ultramarinos, del 26% en Guyana al 3% en Mayotte. En la Francia metropolitana, afecta sobre todo a las poblaciones más mayores (70% de las personas mayores de 65 años frente al 36% de las de 15 a 24 años) y a las menos diplomadas.

¿Qué otras lenguas dominan en Francia? En el territorio metropolitano, se trata más bien de lenguas extranjeras y en particular del inglés (31% de los encuestados). Por el contrario, en los territorios de ultramar, las lenguas de los ultramar están más dominadas: el 88% de los guadalupanos, el 80% de los reunión, el 90% de los martiniqués y el 47% de los guyaneses dominan el creole, y el 62% de los habitantes de Mayotte hablan el Shimaore.

La importancia del «baño lingüístico»

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En materia de inmersión lingüística precoz, las situaciones son también diferentes según los territorios. En la Francia metropolitana, el baño lingüístico familiar en el que estaban inmersos los encuestados cuando eran niños suele ser exclusivamente francófono (79%), mientras que en los territorios de ultramar se observa la situación opuesta. Más del 70% de los habitantes de Guadalupe, Martinica y Reunión han crecido en un hogar donde al menos uno de sus padres les hablaba una lengua de ultramar, una proporción que se eleva a cerca del 50% en Guyana y el 60% en Mayotte.

Así, en los territorios de ultramar, la transmisión lingüística se realiza en primer lugar en las lenguas de ultramar: en Martinica, el 97% de las personas que han crecido en un baño lingüístico con una de sus lenguas la dominan, el 92% en La Reunión y el 95% en Guadalupe. En la Francia metropolitana, la transmisión de otras lenguas distintas del francés se refiere más bien a las lenguas extranjeras, ya que el 85% de los que han crecido en un baño lingüístico que comprende una o varias lenguas extranjeras las dominan después al oral en la edad adulta.

Consumos culturales en lenguas distintas del francés difundidos en todos los territorios

Los consumos culturales en lengua extranjera o de ultramar son comunes en todo el territorio nacional, especialmente en lo que se refiere a la escucha de música: afectan al 83% de la población en la Francia metropolitana y entre el 64 y el 88% en los territorios ultramarinos. El tipo de lengua que se escucha o se lee difiere según los territorios y las prácticas o consumos considerados. En la Francia metropolitana, el inglés es ampliamente popular, con el 78% de los encuestados que escuchan música en ese idioma o el 25% que ven películas y el 19% de las series. Por el contrario, en los países de ultramar se privilegian las lenguas regionales.

En cambio, el consumo de libros y programas de televisión en una lengua distinta del francés es mucho más desigual. Por ejemplo, el 58% de los encuestados en Guadalupe y el 56% de los habitantes de la Reunión declaran que la miran en un idioma distinto del francés, frente al 16% en la Francia metropolitana. Es también el caso de Mayotte, donde el 40% de la población sigue la actualidad y el 31% lee libros en una lengua distinta del francés (contra el 21 y el 13% en la Francia metropolitana). En todas partes, el consumo de contenidos culturales en lengua extranjera o de ultramar afecta a una población más joven y más diplomada en todos los territorios.