Autor del Complejo de César, precio Stendhal, deUna cabeza de perro, precio Courteline o deAl Buen Mantequillafirmando crónicas satíricas y traducciones literarias, había encontrado en RTL una tribuna a la medida de su talento: «Les Grosse tête», de la que era patriarca, que habrá animado con su humor, de su cultura y sus diatribas fulminantes hasta los años 2000.
Lo amábamos por esta mezcla detonante de sensibilidad y rudeza, de pesimismo y optimismo, de iconoclasmo y de compromiso, siempre al servicio de la lengua. Encarnaba a su manera «el espíritu francés», ese territorio familiar donde Balzac nunca está lejos de Chabrol.