Señor alcalde del 3er distrito, estimado Pierre Aidenbaum, Señora teniente de alcalde encargada del patrimonio, querida Danièle Pourtaud, Señor Director General de los Patrimonios, querido Philippe Bélaval Señora Directora de los museos de Francia, querida Marie-Christine Labourdette, Señora Directora Regional de Asuntos Culturales, querida Muriel Genthon, Querida Anne Baldassari, Señoras y señores,
Estoy muy contento de tener la oportunidad de abrir el Museo Picasso y encontrarme así, a su lado, en lo alto de esta magnífica escalera del Hotel Salé, para presentarles la metamorfosis del museo. Como ustedes saben, he querido emprender una política ambiciosa en el ámbito de los museos, y ello a todos los niveles, acompañando a nuestros grandes establecimientos en sus ambiciones estratégicas, desarrollando - gracias al «Plan Museos» anunciado en septiembre de 2010 - una acción voluntarista en favor de 79 museos presentes en la región, en relación con las colectividades territoriales. La innovación en materia de política de museos está en el centro de mi acción, con la idea de que son las colecciones, su especificidad, su historia las que nutren modelos de desarrollo diferentes. En una oferta que se dirige al mundo, en un paisaje cada vez más abierto y a veces desmaterializado, frente a públicos heterogéneos, no hay un modelo de crecimiento para nuestros museos en el siglo XXI, hay modelos, hay estrategias de desarrollo. El museo Picasso, rediseñado y renovado, está en el centro de esta política que he emprendido, preocupada por la especificidad de cada colección, preocupada por las obras que allí se reúnen, preocupada por los oficios científicos que están en el corazón de la idea misma de museo. Preocupada también por pensar e inventar el museo del siglo XXI a través de su inscripción en una nueva era digital, a través de su lugar en la ciudad y en el paisaje que la rodea, a través de la idea de su desplazamiento hacia los públicos impedidos, los públicos lejanos, hacia aquellos que no van espontáneamente al museo.
Este proyecto de ampliación y renovación del museo Picasso, he querido promoverlo desde mi llegada a la rue de Valois. Mi actuación se inscribe en la continuidad de la de mis predecesores: André Malraux, el primero, como gran amigo de Pablo Picasso y amante de las artes, decidió la creación de un museo nacional Picasso. También se le debe el plan de protección patrimonial del barrio del Marais que permitió salvar el hotel Salé. Fue Malraux quien impulsó la iniciativa de innovación reglamentaria aplicada en 1968 por Valéry Giscard d'Estaing con la ley sobre la dación en pago de los derechos de sucesión en forma de obras de arte. La dación Picasso fue la primera que tuvo lugar en Francia. Permitió reunir varios miles de obras y constituir la mayor colección pública del mundo de la obra de Picasso, así como crear ex nihilo un gran museo monográfico.
Se debe a Michel Guy en 1979 la elección del Hotel Salé - en pleno acuerdo con la familia del artista - para implantar el museo. El Hotel Salé es un estuche de primer orden, de gran interés patrimonial, testimonio de las artes decorativas en la época de Mazarino: es el lugar adecuado para la presentación de la obra de Picasso, que ha trabajado sin vida en talleres y edificios de volúmenes comparables. Jack Lang trabajó en la realización de la primera obra de renovación del hotel y de acondicionamiento del museo confiada al gran arquitecto Roland Simounet. François Mitterrand inauguró esta importante y nueva institución museística en el otoño de 1985.
Hoy se da un paso más hacia la construcción de un polo de proyección mundial sobre Picasso en Francia. Este país que el maestro descubrió a la edad de 19 años, donde se instaló en 1904 y donde vivió y trabajó hasta su muerte en 1973, a la edad avanzada de 91 años.
Ciertamente era necesario restaurar el monumento histórico - lo que hizo el Ministerio, lo que hizo, querida Anne Baldassari, 2006 y 2009 conduciendo una primera obra de restauración de las fachadas y decoraciones del hotel. El proyecto de «gran museo Picasso» ve más allá. Esto se debe a la dimensión mundial, al reconocimiento internacional que rodea esta colección Con 5000 obras y 200.000 piezas de archivo, no solo es la colección pública más importante del mundo sobre el maestro, sino también la única que permite, por su calidad y diversidad, una travesía completa de toda la obra de Picasso: pintura, escultura, dibujo, grabado, fotografía, cerámica, libros ilustrados, películas, manuscritos, documentos e impresos.
Esta colección, además, es la única que da testimonio del proceso de creación del artista, a través de cuadernos de dibujos, estados de grabados, variaciones fotográficas, maquetas, correspondencias y documentos de toda naturaleza.
A largo plazo, lugares tan estrechos e inadecuados no podían absorber tanto atractivo y entusiasmo. Con 1600 m² de superficies de exposición de los 5700 m² que contaba el hotel, el museo se encontraba en la imposibilidad de desplegar plenamente la riqueza de la colección permanente. Además, se vio obligado a retirarla de forma esporádica para organizar exposiciones temporales, lo que no podía sino frustrar las expectativas del público. Además, era materialmente imposible exponer la hermosa colección particular de maestros antiguos y modernos reunida por Picasso, como exigía la cláusula de su donación al Estado.
Desde 1985, el público se ha vuelto más exigente, más internacional, más informado también. Los grandes museos son lugares-mundos, territorios de experimentación cultural que proponen - más allá de una colección, por excepcional que sea - una programación de exposiciones temporales, de acontecimientos científicos y culturales, de espectáculo vivo o multimedia, servicios educativos y culturales, una acogida adaptada a los públicos escolares, lugares de estudio, de investigación y de documentación. Tantas funciones que esta obra maestra de la arquitectura «Mazarine» no permitía satisfacer en su configuración de 1985.
Esta es la ambición de la obra lanzada desde el otoño de 2011. La superficie dedicada al público pasará a casi 6000 m² de los 9000 m² que contará el nuevo sitio, lo que es notable en el tejido urbano tan denso y exigente del Marais, en pleno corazón de París.
Igualmente destacable fue el método adoptado para este proyecto de restauración, reestructuración, modernización y ampliación, concebido como un diálogo con el urbanismo del barrio, el carácter histórico del Hotel, y la importante propuesta arquitectónica de Roland SIMOUNET. En efecto, el programa de renovación del hotel Salé prevé «restaurar» en su estado inicial las grandes instalaciones de Roland Simounet que habían sido considerablemente degradadas por 25 años de utilización. Quiero decir aquí a la señora LANGRAND, compañera de Roland SIMOUNET, que la singularidad arquitectónica de su obra arquitectónica será plenamente respetada.
Si los metros cuadrados aumentan, es ante todo porque el museo ha tomado la decisión de consagrar el monumento histórico a las nobles funciones de presentación de las obras y de acogida del público. Las funciones administrativas y técnicas (oficinas, reservas, instalaciones diversas) que ocupaban casi las dos terceras partes del hotel, serán enterradas, deslocalizadas o instaladas en edificios contiguos. Estos edificios, que suman 900m², han sido adquiridos recientemente por el museo con sus fondos propios; serán renovados y renovados en el transcurso del año 2012. Los visitantes del museo van, pues, gracias a esta reestructuración, a tener acceso a espacios nuevos, en particular el tercer piso situado en los aleros del hotel, la mitad del segundo piso, los Comunes, su pabellón y su terraza, aquí a mi izquierda, que ahora puede dar la bienvenida al público para una clase de arquitectura excepcional. Uno de los responsables del proyecto, el Sr. Jean-François BODIN, arquitecto liberal, que trabaja en estrecha relación con el Sr. Stéphane THOUIN, Arquitecto en jefe de los monumentos históricos a cargo del Hotel Salé, nos dirá más adelante.
Y luego está la ampliación propiamente dicha, la nueva ala que elevará el actual garaje del museo situado a lo largo de los jardines y con vistas a la calle Vieille-du-Temple. En el proyecto de Roland Simounet, este garaje estaba destinado a ser la base de un edificio de talleres de artistas antes de que las restricciones presupuestarias hicieran renunciar a él.
Iremos al jardín más tarde: todos medirán todo el interés que hay hoy en construir en esta parcela edificable del museo, convertida por el efecto del tiempo y de la falta de realización del proyecto de 1985, una especie de páramo urbano en pleno corazón del Marais. El alcalde del tercer distrito, que conoce mejor que nadie los inconvenientes de este páramo, no me dará la razón.
En efecto, esta ampliación, de unos 2000 m², permitirá crear una galería de exposiciones temporales, pero también locales para acoger al público joven y a los escolares. Funcionará como un verdadero equipamiento de barrio, abierto a la ciudad y sus habitantes. La comunicación con el Hotel Salé se hará en el sótano, y la construcción se hará en el marco de la revisión del plan de salvaguardia y de valorización del Marais (PSMV) y en un diálogo atento y constante con la ciudad de París que es, Le recuerdo, dueño del Hotel Salé. Este otoño se pondrá en marcha un concurso internacional de arquitectos. Permitirá elegir el proyecto que mejor se adapte a la arquitectura del siglo XVII y al urbanismo del barrio.
Renovado y dotado de estos nuevos espacios, el museo Picasso propondrá a partir de mayo de 2013 - fecha prevista de su reapertura- un programa científico y cultural de alto nivel que hará de él un polo a la vez parisino e internacional.
Desde su nombramiento en 2005, querida Anne Baldassari, conozco sus esfuerzos para dinamizar la asistencia al museo y desarrollar un ambicioso programa cultural y científico. Pienso en el éxito de las exposiciones Picasso/Dora Maar, Picasso Cubista, Laboratorio Central, 1937-2007: Homenajes a Guernica, Picasso-Carmen, Daniel Buren: la Coupure, Picasso/Berggruen: una colección particular.
Gracias a esta obra, gracias a la triplicación de las superficies museográficas, el museo Picasso puede entrar plenamente en el siglo XXI. La totalidad del Hotel Salé estará dedicada a las colecciones permanentes; una política de acogida de los públicos facilitará el acceso y la valorización; el museo propondrá periódicamente ciclos de exposiciones temporales; eventos y espectáculos vivos en resonancia con la obra y la vida de Picasso como con los artistas que le fueron vinculados podrán ser programados; un centro de documentación e investigación de primer orden mundial podrá ver la luz; se facilitará y fomentará la acogida de los públicos con discapacidad. Sin olvidar una política de mecenazgo dinámico gracias a la creación de un fondo de dotación cuya presidencia de honor será confiada a un gran mecenas francés.
Esta transformación profunda, Señorías, no habría sido posible sin dos condiciones y dos condiciones previas.
Un trabajo institucional, por una parte, previo a las obras inmobiliarias y culturales que acabo de exponer. Si el museo ejerce la dirección de obra de sus obras, si ha podido hacer comprar sus futuros edificios de oficina, si puede construir su política científica, cultural, patrimonial, económica para los próximos años, es porque, al igual que otras grandes instituciones museísticas, fue dotado del estatuto de organismo público administrativo (EP) bajo tutela del Ministerio de Cultura y Comunicación (Dirección General de Patrimonios).
Con el Museo Picasso, hemos continuado una década de transformación en establecimientos públicos de las instituciones del ministerio que tenían la escala suficiente para llevar a cabo un proyecto científico, cultural y económico más autónomo. Es una reforma considerable y de la que todos podéis sentir los efectos midiendo el dinamismo del Museo Nacional Picasso en esta fase de reconstrucción.
Hace apenas un año, vine a asistir a la sesión inaugural de su junta directiva. He podido observar el compromiso y la credibilidad de este Consejo, en particular el de las personalidades de derecho o de personalidades cualificadas: D.ª Anne SINCLAIR, periodista y mecenas; D. Claude PICASSO, administrador judicial de la indivisión Picasso; D. Jean-Paul CLAVERIE, consejero del presidente de Louis Vuitton-Moët Hennessy (LVMH); Sra. Maria EMBIRICOS, gran mecenas; Pierre AIDENBAUM, alcalde del 3er distrito. Algunas de ellas están presentes esta mañana; les renuevo mi gratitud y mi apoyo por su compromiso en este proyecto ejemplar.
Mientras que usted ha tenido que conducir varias obras inmobiliarias pesadas, desarrollar la implantación geográfica del museo, reorganizar su trabajo, preparar la reapertura en condiciones de funcionamiento renovadas, usted y su equipo - equipo pequeño pero muy motivado - han conducido esta empresa con resolución y pasión .
La segunda condición de esta muda necesaria son las financiaciones internacionales que habéis conseguido reunir gracias al programa de exposiciones internacionales de la colección del museo. Sé que el mérito es suyo, sé la energía que ha desplegado y sigue desplegando para reunir los 35 millones de euros inscritos en el plan de negocios. He deseado que el Estado acompañe esta transformación decisiva con un compromiso de 19 millones hasta 2013. Porque se trata de valorizar un patrimonio nacional, de crear las condiciones de un «deseo de ver» - o de revisar - previo a todo proyecto cultural ambicioso abierto al mundo.
Habéis sabido hacer de lo que era a priori una debilidad -el cierre del museo por obras - una fuerza. Puesto que el mundo ya no puede venir al museo -hay que recordar que el 65% de la frecuentación del museo era internacional-, el museo irá hacia el mundo! Me dicen que hasta la fecha, desde Madrid, Abu Dhabi, Tokio, Helsinki, Moscú, San Petersburgo, Seattle, Richmond, San Francisco, Taipei, Shanghai y Sydney, más de 4 millones de visitantes han frecuentado las exposiciones internacionales de la colección del museo Picasso. Para cuando el museo reabra, esta cifra aumentará a más de 6 millones. Es decir, en 3 años de vuelta al mundo, la mitad de la frecuentación total del museo desde su apertura en 1985: 12 millones de visitantes.
Esta vuelta internacional reconcilia las exigencias científicas, culturales y económicas. Yo que he inaugurado las etapas de Moscú y San Petersburgo con motivo del año cruzado Francia-Rusia en 2010, puedo testimoniar que vuestras exposiciones son a la vez grandes retrospectivas didácticas de la obra de Picasso y verdaderos viajes por los sentidos en el proceso de creación que anima al maestro, animados por el espíritu de las «correspondencias» - en el sentido que Baudelaire presta a esa palabra.
Combinan pinturas, esculturas, dibujos, grabados, construcciones, fotografías, reunidos en un catálogo de alto nivel científico. Son en cada etapa diferentes, se adaptan a las expectativas y a los públicos del país de acogida. Y sé que ustedes velan con especial escrupulosidad - y esto es algo que sé que son tan exigentes como yo - en materia de conservación preventiva de las obras. Expertos en seguridad, protección, conservación, seguros se turnan en estos sitios para medir, anticipar y prever con sus equipos las mejores condiciones de presentación de las colecciones nacionales francesas.
En los países anfitriones, estas grandes retrospectivas de la obra de Picasso son la ocasión siempre renovada de una fiesta en torno a la cultura francesa - lo he medido en el dossier consagrado a la retrospectiva de Shanghai - como de una profundización de los conocimientos sobre el arte moderno tanto Picasso ha sabido tejer de vínculos, tanto ha sabido construir y hacer susurrar a su alrededor y de su obra un «mundo plural», una «poética de los diversos» (Edouard GLISSANT).
Como pueden ver, Señorías, el proyecto de renovación y ampliación del Museo Nacional Picasso se inscribe plenamente en las orientaciones de mi ministerio en materia de política de museos. Es parte de esa ambición de innovación y desarrollo que está en el centro de mi política. Por su naturaleza monográfica, por el prestigio de sus colecciones, por su historia, dirige un proyecto a la vez innovador y específico que lo singulariza. Con mi presencia hoy me interesaba cómo nuestros grandes establecimientos, en relación con la administración del Ministerio de Cultura y Comunicación, con la Dirección General de Patrimonios, forjan las herramientas y las palancas de su desarrollo, cómo construyen las vías de su desarrollo. Catedrales amuralladas en el silencio solemne de las obras y de la contemplación, museos de sociedad y «lugares de memoria» que atraviesan la gran nave del tiempo, museos-Goras abiertos al gesto de los creadores y alimentados por la demanda social, museos-mundos abiertos a la diversidad cultural y a los mestizajes, lugares reinventados o re-encantados por el rasgo de arquitectos y escenógrafos de talento: ¡la diversidad de la paleta es elocuente! Es esta diversidad de talentos, de know-how y de peritajes lo que pretendo hacer vivir al servicio de una política de los Museos de Francia que concilia la exigencia de la tradición y el imperativo de la innovación.
Le doy las gracias.