Señores Presidentes,Querido Rafael Hadas-Lebel,Querido Christophe Barratier,
Estamos aquí reunidos para celebrar un hermoso aniversario. Durante 25 años, la
copia privada permite prestar un apoyo esencial a las acciones culturales
y a la creación en Francia.
Festivales grandes y pequeños, obras de teatro, conciertos, espectáculos callejeros o
títeres, exposiciones de arte, música lírica, música actual,
artes gráficas y plásticas, creadores multimedia, cortometrajes,
documental de creación, grandes reportajes, escritura de películas o
artes del circo... Podríamos continuar la enumeración, pero la película que
se proyectará en un momento dará mejor cuenta de la importancia y de la
variedad de proyectos y manifestaciones subvencionados, en las formas más
diversas: ayuda a la creación, a la difusión de las obras, promoción de
artistas, ayuda a la formación...
Cada año, en toda Francia, de Arles a Sarlat, pasando por
Angers o Clermont-Ferrand, son cerca de 5.000 proyectos
artísticas que se benefician del apoyo prestado gracias al cuarto ejemplar
privada», por un importe de casi 50 millones de euros.
Esta contribución importante y eficaz a la vitalidad artística y a la
diversidad cultural de nuestro país merecía una celebración. Eso es
¿Por qué no dudé un momento en decir que sí cuando Christophe
Barratier, en nombre de las organizaciones y sociedades de gestión colectiva juntas
dentro de la asociación «la cultura con la copia privada» se acercó a nosotros
para que esta celebración pueda celebrarse en la calle de Valois.
Esta iniciativa me ha parecido tanto más feliz cuanto que el apoyo a la
creación ofrecida por la copia privada como más ampliamente el dispositivo de la
copia privada en sí son a menudo desconocidos o malentendidos.
Desde la Ley de 3 de julio de 1985, la excepción por copia privada permite
persona de reproducir una obra protegida para su uso personal,
sin necesidad de obtener previamente la autorización del derechohabiente sobre esta
obra. Esta excepción va acompañada de una compensación, sentada sobre
soportes para copiar música o imágenes, que pagan
los titulares de derechos en virtud de dichos actos de copia privada.
El legislador ha deseado muy acertadamente que una cuarta parte de las sumas
recogidos en este marco se destinen a acciones en favor de la creación.
El dispositivo así diseñado permitió encontrar un equilibrio entre la aspiración
público a acceder a las obras y la necesaria preservación de los
remuneraciones de creadores, artistas intérpretes y productores.
Fue una respuesta adecuada y flexible a la necesidad
adaptación de la propiedad intelectual a la evolución de las tecnologías y
de prácticas culturales.
Quiero subrayar aquí que este dispositivo, que ha demostrado su capacidad
de adaptación, no ha perdido en absoluto su pertinencia y actualidad,
todo lo contrario.
Es perfectamente normal que la compensación, ayer sentado principalmente
en casetes de audio o vídeo, y luego en CD y DVD, tenga en cuenta
los nuevos soportes digitales - como los reproductores portátiles digitales,
teléfonos móviles, o pronto las tabletas táctiles multimedia - en
la medida en que se utilicen para realizar actos de copia privada.
Habida cuenta del legítimo entusiasmo que suscitan estos nuevos
herramientas tecnológicas - herramientas tanto más valiosas cuanto que sirven
especialmente a acceder a las obras culturales y a reproducirlas - no es
no serio, no es aceptable, para sostener que la justa remuneración
de los derechohabientes pueda constituir cualquier obstáculo a la política
fabricante comercial. Usted conoce mi compromiso constante
y permanente para defender a los artistas y creadores en la edad de la
digitalización. Nunca olvidemos que sin contenidos culturales de
calidad, estos nuevos terminales no tendrían ninguna existencia!
Por supuesto, las decisiones en cuestión deben examinarse con detenimiento y
debatidas en la comisión privada. Sé que el presidente de
esta comisión independiente, Raphaël Hadas-Lebel, está muy atento y
Quiero darle las gracias por la importancia del trabajo realizado.
También me parece normal que, por razones de simplicidad
evidente, por otra parte deseada por el propio legislador, la remuneración
de las copias efectuadas por el público, de la fuente, de los
fabricantes e importadores de soportes, según un principio de mutualización.
No todos los días tenemos 25 años y «ya que este día pasa demasiado rápido», yo
ahora cederé la palabra a Christophe Barratier.
Quiero dar las gracias a todos los organizadores de esta
evento, en primer lugar los miembros de la asociación
«Cultura con copia privada» y su presidente.
Usted quiere que el público tome conciencia de
la importancia cultural de la copia privada.
Estad seguros de todo mi apoyo en esta empresa pedagógica porque
es esencial que el público mida el apoyo indirecto decisivo que
la copia privada, trae a los creadores.
También pueden estar seguros de mi determinación de defender la herramienta esencial
de financiación de la cultura inventada hace ya 25 años y que
celebremos hoy. Como solía decir Sacha Guitry:
¿Daría usted veinticinco años? - Si tuviera veinticinco, los guardaría
para mí». Así que preservemos y protejamos juntos el bien precioso de
la copia privada.