Embajadora de Guatemala en Francia, estimada Anaisabel PreraFlores,

En primer lugar quiero agradecer muy calurosamente a la Casa de
América Latina y la Embajadora de Guatemala en Francia,
Anaisabel Prera Flores, por esta invitación a almorzar. Mientras
son numerosos este año para celebrar el bicentenario de sus
independencias, hoy tenemos una gran oportunidad de evocar
juntos la latinidad que compartimos.
Esta latinidad, por supuesto, es el terreno cultural común que nos une desde
la primera globalización, la del siglo XVI, cuando nuestros dos
continentes han iniciado la gran aventura de su decencia. Es
también, desde hace doscientos años, este complejo conjunto de valores que
construido desde la emergencia, por ejemplo, del republicanismo bolivariano,
mientras Europa luchaba con la aventura napoleónica, hasta
el reconocimiento del sincretismo y la diversidad en la que nuestros dos
continentes se miran en espejo. Esta es sin duda una de las fuerzas de
esta latinidad, como la que la precedió mucho antes, en el V
siglo de nuestra era: basarse en las desintegraciones de imperios.
De esta primera globalización que nos es constitutiva, tenemos
también comparte el pesado pasado del comercio triangular. Es también
este vínculo que hace que Francia hoy sea parte integrante del espacio
latinoamericano, por las Antillas, por Guyana. El trabajo común de Amado
Césaire, de León Gontran Damasco y de Leopoldo Sédar Senghor sobre la
noción de negritud está ahí para recordarnos que el horizonte de nuestros
imaginarios que hemos construido juntos se inscribirá para siempre en nuestros
tres continentes.
No hace falta volver contigo sobre la intensidad de los vínculos que los artistas tienen
tejida entre nosotros, desde el alba de vuestras independencias, a imagen del pintor
Jean-Baptiste Debret, primo de David, que traerá a la Corte
brasileña su mirada sobre las realidades naturales y sociales de un mundo
mestiza en desarrollo. Obviamente pienso en la larga lista de los más
grandes figuras de la literatura mundial que América Latina ha producido,
y cuyas trayectorias han pasado casi siempre por Francia
momento u otro.
La calidad de estos enlaces definitivamente ha superado al recuerdo
de las empresas desastrosas y a veces burlescas que Francia ha podido
llevar a cabo en el pasado en América Latina. Pienso por supuesto en la empresa de la
Francia antártica, donde protestantes franceses se han desgarrado algunos
años en la bahía de Río en el fondo de disputa teológica y alianzas
de reverso Tupinamba; a las barcelonesas y a la aventura azarosa
mexicano de Napoleón III; o también a Ferdinand de Lesseps al
Panamá...
Era el tiempo de la depredación, de la que Joseph Conrad nos dejó un
formidable testimonio en Nostromo y su geopolítica imaginaria de la
República de Costaguana, donde los empresarios británicos se cruzan
bonapartista francés en sus intentos de apoderarse de los
recursos de este extremo del Extremo Occidente. Estos tiempos son
Afortunadamente, ya no, y ahora alimentan nuestra imaginación literaria.
Si insisto en este largo siglo XIX que compartimos, es
por supuesto, porque me gustaría rendir homenaje al trabajo
notable logro por sus embajadas a lo largo de este año
de celebración de las independencias. Ecuador y Bolivia
celebrado el bicentenario el año pasado; este año son
Argentina, Chile, Colombia, México, Venezuela, a los que
se sumarán al Paraguay y el Uruguay en 2011.
Este momento conmemorativo, Francia, a través de la participación de los Ministerios de
Cultura y Comunicación y Comunicación y Negocios
y europeas han querido celebrarlo a su lado. Quiero
destacar aquí el papel de las ciudades francesas, que se han movilizado ampliamente
para este año. Boulogne-sur-Mer y Saint Tropez celebran el
bicentenario de Argentina con una programación multidisciplinar sobre
todo el año. Clamart expone las esculturas del artista colombiano
Edgardo Carmona Vergara. En Aviñón, Contraluz organizó una
semana de las Américas. La Rochelle organiza exposiciones y coloquios
alrededor de Aimé Bonpland en colaboración con la ciudad de Corrientes en
Argentina.
Las instituciones públicas de mi Ministerio también se han hecho fuertes
involucrados en este año de celebración. Pienso, por ejemplo,
festival las Bellas Extranjeras, que dedica este año una parte de su
programación en Colombia; al Festival de Isla de Francia, que reservó
su día de apertura en el Castillo de Villarceaux en Argentina, o
el festival del Imaginario de la Casa de las Culturas del Mundo, que puso
tres proyectos latinoamericanos: la exposición «Paraguay
Esquivo», un concierto de la mexicana Silvia Maria, o un concierto
de Chacarera y de Zamba con el violinista argentino Nestor Garnica.
No olvido tampoco la acción de las Embajadas de Francia en América
Latina, ampliamente implicadas en el evento, especialmente la
Programación de todo tipo de nuestros establecimientos en Argentina
del Bicentenario. En México están previstas grandes exposiciones, con
Pierre Soulages, Peter Bramsen y Pierre Alechinsky, Annette Messager,
Daniel Buren... El Bicentenario será también la ocasión para el artista Xavier
de Richemont para realizar, en septiembre, un mural monumental de
luz para la Catedral de México. Es también, en Colombia,
la ocasión de un hermoso acontecimiento: la apertura de una urna que contiene
documentos del primer centenario de la independencia de la
Colombia, cuyo contenido, inventario y
llaves que se perdieron.
Son 200 proyectos y más de 350 eventos en Francia y
América Latina que dan testimonio de la gran vitalidad de la cultura latinoamericana,
cuyo cine es uno de los ejemplos más destacados.
Desde hace varios años, las películas latinoamericanas llegan de
cada vez más numerosos en las pantallas francesas y son regularmente
premiados en los principales festivales internacionales. Este éxito
recompensa una exigencia de calidad y traduce una renovación de la
cinematografía latinoamericana. Algunas de estas películas pudieron ser
realizados, en particular, gracias a ayudas europeas, al Fondo Sur,
acuerdos que Francia ha firmado con algunos de sus países: pienso por
ejemplo a la película peruana «Fausta» (La Teta asustada), Oso de oro en Berlín
en 2009; a la película argentina «En sus ojos» (El Secreto de sus Ojos),
Oscar a la mejor película extranjera; a la brasileña Mutum, de Sandra
Kogut; a la Cámara de Oro mexicana de 2010 en el festival de Cannes,
«Año bisiesto» (Ano bisiesto); o también en la primera película
paraguayo desde hace 30 años, rodado en lengua guaraní, Hamaca
Paraguaya», en 2006. Aprovecho esta mención de una película de
país oficialmente bilingüe de América hispanohablante para usted
recordar que organizamos a finales de 2011 los Estados generales del
multilingüismo en ultramar en Cayena, y que estaremos muy dispuestos, en
como vecinos, de poder beneficiarse de sus miradas y de sus conocimientos
en este ámbito tan esencial para la integración y el reconocimiento
social, educativa y cultural de nuestras comunidades de ultramar.
Hemos hablado del cine, también quiero hablar de los museos
y las grandes exposiciones patrimoniales. A modo de ejemplo, quisiera
volver, por ejemplo, sobre el gran éxito popular que ha conocido la exposición
«Teotihuacán», que se celebró de octubre de 2009 a finales de enero de 2010
en el museo del Quai Branly, que reunía alrededor de 450 piezas excepcionales
de la cultura de Teotihuacán, gran ciudad del Antiguo México,
que los recientes descubrimientos han permitido conocer mejor.
La exposición Maya, prevista también en el museo del Quai Branly de junio a
octubre de 2011, permitirá poner de relieve la riqueza de la
cultura de Guatemala. Esta exposición, que se centrará en la cultura maya
desde el amanecer hasta el atardecer en la arqueología guatemalteca», se
consistirá en unas 150 piezas, en su mayoría procedentes del sitio
Arqueología pre-clásica de El Mirador, cuna de la civilización maya
(apogeo entre 300 aC y 150 dC).
El año de México en Francia, organizado en toda Francia en 2011, en
la iniciativa de los Presidentes de Francia y México será una
una vez más la oportunidad para los franceses de conocer mejor la riqueza
del patrimonio y el dinamismo de la creación de un país latinoamericano.
Por último, permítanme que piense en particular en Haití.
Como saben, este país ha sido duramente golpeado por
desastres naturales en los últimos meses, y creo firmemente que la
cultura es un activo importante para su refundación. Por eso el
Ministerio de Cultura y Comunicación se ha comprometido ampliamente en
en favor de la reconstrucción de este país, mediante donaciones de libros
la Biblioteca Nacional de Francia, la acogida en residencia de artistas
haitianos, la traducción de clásicos de la literatura francesa en criollo,
el proyecto de reconstrucción del cine-teatro «El Triunfo», o
nuestro apoyo a los medios de comunicación haitianos.
Finalmente quiero asegurarte que siempre encontrarás en mí un
interlocutor comprometido, deseoso de realizar proyectos concretos de
cooperación, y acoger la creación en todas sus formas. Usted
siempre encontraré en mí un firme defensor de la noción de diversidad
cultural, que constituye una fuerza para todos nosotros y funda nuestra comunidad de
valores.
Tenemos en mente el proyecto de organizar con motivo de la Presidencia
del G20 una cumbre cultural, en menos de un año, cuyo tema
será «invertir la cultura», y espero que tengamos la oportunidad de
poder beneficiarse de su compromiso y participación. Sería
lástima que perdiéramos de vista, en la nueva globalización que
lleva el hilo de nuestros encuentros y la oscuridad de nuestras mesas de
negociación, ese vínculo tan singular que nos une, y en el que
conocimiento íntimo del sincretismo y la hibridación, por ejemplo, tiene tanto
a traernos. En cien años de soledad, los gitanos y el profeta
Melquiades pasan periódicamente a Macondo, para trastornar, el
tiempo de una visita, lo imaginario y lo maravilloso: podemos, estoy
Claro, ser mucho más que Melquiades el uno para el otro.
Le doy las gracias.