Señor prefecto, señora directora regional,

Inauguración de los nuevos locales de la Dirección Regional de Asuntos
culturales de la Isla de Francia nos reúne hoy. A través de este
ocasión, quisiera ante todo reconocer el trabajo considerable que ha sido
realizado por los servicios regionales del Ministerio de Cultura, las direcciones
regionales de asuntos culturales, desde su creación hace más de 30 años
en 1977.
Estos nuevos locales eran necesarios. Permitirán mejorar los
condiciones de trabajo, pero sobre todo agrupar los servicios en un
único sitio. No es necesario insistir en las ventajas de esta agrupación:
mejorar los intercambios entre el personal, desarrollar la circulación de
información, aumentar la cohesión del equipo que forma bajo la
dirección eficaz de Muriel Genthon, estos son activos fundamentales,
en una época marcada por la riqueza, la diversidad de la oferta cultural
sino también los préstamos y los mestizajes entre las disciplinas artísticas.
Quiero expresar mi agradecimiento por la participación que es la
y por el conjunto de las misiones que realizáis al servicio
de los franceses. Quisiera saludar a todos los colaboradores de
Directores Regionales de Asuntos Culturales, Funcionarios de
investigación, documentación, conservadores del patrimonio, arquitectos y
urbanistas del Estado, consejeros sectoriales, funcionarios administrativos y
técnicos, que trabajan con constancia y determinación para reforzar la
democratización cultural en una región de múltiples caras. Yo
reconoce la importancia de los esfuerzos que se piden a todos los
colaboradores de los DRAC. Es su capacidad de experiencia, de gestión,
de escucha, de consejo, su conocimiento del terreno que fundan la credibilidad
de las direcciones regionales respecto de todos nuestros socios, elegidos
y profesionales de la cultura.
Quiero dar las gracias especialmente a Muriel Genthon, de quien conozco
las grandes cualidades profesionales - reconocidas por sus interlocutores -
el sentido de la escucha y la implicación personal en las misiones que tengo
deseó confiarle.
El papel de la DRAC Ile-de-France es un poco particular en relación con
otros DRAC del territorio nacional. Debido al peso demográfico de la
así como por la presencia de importantes establecimientos
públicos nacionales localizados en París, la administración central del ministerio y
está más presente. La naturaleza de la región Ile de France, su carácter
compuesto y fragmentado lo convierte en una excepción. Con una capital nacional,
una metrópoli con un tejido urbano particularmente denso - París - y
departamentos que albergan territorios rurales, como el Val d'Oise,
Yvelines o la Seine-et-Marne, esta región es muy singular. No
duda de que estas múltiples dimensiones refuerzan el interés y la riqueza
actividades que son tuyas.
El otro elemento fundamental es el proyecto del Gran París, que representa
un formidable reto de desarrollo urbano, arquitectónico, cultural y
social. La política cultural tiene todo su lugar en esta gran ambición
para la ordenación del territorio de Francia. Sé que trabajan en ello
con mucho ardor, en relación con el señor prefecto de región. Yo
sabe que trabaja con mucha implicación en los temas de
calidad arquitectónica. También sé todo el interés que usted tiene en
la inclusión de la cultura en los retos de cohesión social, en particular
a la atención de los barrios sensibles y de las poblaciones alejadas de la oferta
cultural. Esto coincide con mi prioridad, la de una «Cultura para cada uno» que
se inscribe plenamente en la voluntad de democratización de
ministerio: no sustituye a la ambición de la cultura para
todos», la alimenta y la enriquece. Sé que también vosotros trabajáis
para favorecer el vínculo entre cultura y economía, en particular con los
proyectos alrededor de la Plaine Saint Denis y del polo de competitividad Cap
Digital. Estaré especialmente atento en los próximos meses a
propuestas que me pueden dirigir sobre todos estos temas.
Me gustaría aprovechar la oportunidad que se me brinda hoy para ustedes
expresar mi concepción de la acción territorial del ministerio.
En el ámbito de las políticas públicas de Cultura, vivimos una
época de profundos cambios, caracterizada por tres fenómenos
principales:
- La revolución digital modifica profundamente los modos de producción y
difusión de los bienes culturales, modifica también las prácticas
culturales de nuestros conciudadanos y su acceso al arte y a la cultura.
-La potenciación de las colectividades territoriales en el sector cultural
es uno de los fenómenos más llamativos de los últimos años. Ellos
han adquirido experiencia, toman iniciativas y financian
gran parte de los proyectos culturales.
- La presión sobre los presupuestos públicos nos obliga a ser aún más
riguroso en nuestras decisiones y decisiones.
Estos tres elementos llevan hoy a repensar la acción territorial
del Ministerio. Esta acción debe basarse en una asociación renovada y debe
ser innovadora.
Los entes locales y regionales manifiestan una necesidad real de colaboración
del Ministerio de Cultura y Comunicación. Es un tema que
hablo a menudo, en mis desplazamientos, con los representantes locales. La
la naturaleza de esta asociación debe tener en cuenta las nuevas necesidades y el papel
diferente que el ministerio está llamando a jugar. Ya no es el único
prescriptor de la política cultural como lo fue durante los Treinta
Gloriosas» de la política cultural. Debe contar con las grandes
comunidades, municipios, comunidades, departamentos y
las regiones, que a lo largo de los años han construido auténticos proyectos
culturales.
He pedido a Jérôme Bouet un informe sobre la evolución de las relaciones del
ministerio con las comunidades que me entregó muy recientemente y que va
profundización con todos los DRAC. He
deseo así expresar mi voluntad de tomar la medida de todo el
estas evoluciones y hacer propuestas a los elegidos, con quien deseo
a partir de ahora iniciar un diálogo renovado.
Esta asociación debe permitir una mayor coherencia y
convergencia entre las políticas culturales públicas, la del Estado y
las de los entes territoriales. El contexto presupuestario al que
nos lo impone: se trata de avanzar juntos sobre
prioridades compartidas, evitando la pulverización y la dispersión de
medios.
La cuestión de la concertación con los entes territoriales debe ser
de una cultura de hechos consumados a una cultura de hechos consumados
cultura común de la estrategia.
También me parece que el ministerio debe trabajar en una adaptación
de sus programas de acción en función de la realidad de cada territorio.
En otras palabras, preferir «el espíritu de finura» a «el espíritu de
geometría» en las grandes directrices de nuestras políticas
culturales.
Tendré la oportunidad de volver sobre este tema en los próximos meses
que vienen. Michel Guy, Secretario de Estado de Cultura entre 1974 y
1976, a quien rendiré homenaje dentro de pocos días, fue un visionario
firmando las «cartas culturales» entre el Ministerio y las grandes
ciudades: deseo que procedamos con la misma ambición y
de anticipación.
También me gustaría tranquilizarles sobre la reforma territorial. Yo
sabe que se trata de su diálogo con los elegidos y las administraciones
territoriales de un reto esencial.
Tras dos traslados al Parlamento, el texto fue aprobado por la
Comisión Mixta Paritaria del 3 de noviembre. Me había
de conformidad con las orientaciones anunciadas por el Presidente de la
República, para que la competencia cultural siga siendo compartida entre
las Regiones y los Departamentos. No he dejado de sensibilizar a mis
colegas Brice Hortefeux y Alain Marleix a este respecto.
El texto aprobado por la Comisión Mixta Paritaria preserva la
competencia cultural de las colectividades territoriales. Es para el conjunto
de los actores de la política cultural una gran satisfacción. Los
financiación cruzada en el ámbito de la cultura son una garantía de
pluralismo e innovación: existen hoy, existirán mañana.
Deseo que pueda dar a conocer a los elegidos y a los actores
culturales con los que trabaja diariamente esta inscripción
definitiva en el texto. Puede disipar las preocupaciones que
se habían desarrollado en los últimos meses.
He hablado de innovación. Está naturalmente en el corazón de mis
preocupaciones como las suyas. Espero que avancemos en
los próximos meses sobre el expediente de la desconcentración de establecimientos de
espectáculo vivo parisinos en beneficio de la DRAC. Sé que estos
perspectivas podrían perturbar a una serie de actores culturales,
en particular algunos responsables del sector del espectáculo vivo. Quiero
Que quede claro: los servicios descentralizados actúan en el marco de
políticas definidas por el Gobierno y por cada uno de los ministros.
En materia cultural, estos principios se aplican plenamente y la
desconcentración no es más que una modalidad de organización que permite
de una política cultural única de la
el Estado.
Por consiguiente, la desconcentración no significa autonomía o independencia.
La desconcentración para mí significa cercanía, conocimiento,
memoria, la capacidad de establecer relaciones personales para incitar,
convencer y encontrar las soluciones más adecuadas. Deseo
ejemplo de que las organizaciones de espectáculos en vivo están más comprometidas
en la búsqueda de públicos, en la sensibilización de los jóvenes, en la
lucha contra la exclusión. Es una exigencia que se impone a todos cuando
conoce, por experiencia, los resultados excepcionales que pueden
esperados cuando artistas, profesionales de la cultura, con su
generosidad, su pasión, se comprometen en este camino.
Esta elección se inscribe más ampliamente en el marco de la ambición que llevo
de la «Cultura para todos». En el marco de las convocatorias de proyectos, invito
cada uno de los DRAC para innovar en el campo de la mediación. Nosotros
disfrutar a menudo de una oferta artística y cultural de calidad y
abundante. Pero tenemos que asegurarnos de que esta oferta
un público más amplio y diverso. En una sociedad a veces
fragmentada, en una sociedad donde la tentación del repliegue - a veces incluso del
«ghetto cultural» - aflora demasiado a menudo, tenemos que inventar
nuevas formas de sensibilización, mediación y acción cultural. Estas
nuevos enfoques pueden pasar por las herramientas digitales - creo
por supuesto en la lectura pública - deben implicar a artistas o
profesionales de la cultura. Sobre todo deben adoptar formas
adaptadas a la diversidad de la población que vive en Ile de France. La
«Cultura para todos», no es un sucedáneo de la democratización
cultural, ni una nueva versión del «Todo cultural»: es más bien una
la conciliación de la herencia y la innovación, que consiste en:
mezclar la exigencia de creación y el imperativo de difusión, que consiste finalmente en
reducir las prevenciones que impiden a determinados públicos el acceso a
que consideran inaccesibles.
Para responder a esta ambición, los DRAC deben estar atentos a
equipos artísticos que se involucran en estos temas, que inventan y que
construyen proyectos artísticos en relación con las poblaciones y el tejido
social. Deben animar a las instituciones que financiamos a
desarrollar este tipo de proyectos.
Como ven, los desafíos no faltan. Son muchos; son
exaltantes, están a la altura de las profundas transformaciones de nuestra
sociedad y de los modos de acceso a la cultura. Estos desafíos, quiero decir
afrontar a su lado y al lado de todo el personal que
trabajan para el Ministerio. A menudo me gusta recordar que si Francia es
el primer destino turístico del mundo, con más de 75 millones de
turistas al año, es porque lleva una política cultural
voluntarista. También me gusta recordar que nuestra oferta cultural
condiciona el atractivo económico de nuestros territorios. En Ile de France,
estas dos realidades están más presentes que nunca, pero no deben
no hacernos perder de vista la ambición de «vivir juntos» y de
«comunidad de gusto» que está en el corazón de la idea que tengo de
la acción cultural. Gracias.
Le doy las gracias.