Señor Ministro, estimado Alexandre AVDEEV,Señoras y señores parlamentarios,Señores Embajadores,Señores Presidentes y Comisarios, Estimado Mikhail CHVYDKOÏ, CherLouis SCHWEITZER, Estimado Nicolas CHIBAEFF,Artes Pushkin, Estimada IrinaANTONOVA, Directora del Museo Nacional Picasso, Estimada AnneBALDASSARI,

«¡Dame un museo y lo completaré! »: este desafío lanzado en forma de
broma por Pablo PICASSO encontró una noticia inusual, hoy que
sus obras si no llenan, al menos enriquecen no menos de dos
museos y que vienen a hacerlo en Rusia! Usted lo sabe, en
efecto, los moscovitas en el Museo PUSHKIN, y pronto también los
Petersburgo en L'Ermitage - podrá admirar no menos de doscientos
obras maestras del Museo PICASSO de París.
Es decir, si esta exposición que tengo el inmenso placer de inaugurar con vosotros
hoy es histórico. Es el más importante que se ha dedicado a
Rusia en PICASSO desde hace medio siglo, desde la gran retrospectiva
organizada por Ilya EHRENBURG en este mismo Museo de Bellas Artes.
Ella será, por supuesto, uno de los puntos fuertes del Año Cruzado, y quiero
dar las gracias a las directoras de los dos museos, Irina ANTONOVA y Sra.
Anne BALDASSARI, por su colaboración y compromiso
notables.
«PICASSO en Moscú» era para todos nosotros una evidencia.
Las relaciones del pintor con Rusia son antiguas y fuertes, tienen
constituido una especie de «período rosa»... Esta historia compartida es
ilustrada por la serie de decorados y trajes que dibujó
para los ballets rusos hace un siglo, y que esta exposición nos da
a contemplar algunos dibujos muy bellos, animados por el movimiento de
bocetos tomados en vivo. Pienso en los ballets-manifiestos de Eric SATIE,
el acróbata y prestidigitador chino de Parade. Pienso en los héroes de
corrida de Tricornio de Manuel DE FALLA. Pienso, por último, en el mago y en la
fuente de Neptuno de Pulcinella de Igor STRAVINSKY, tantos
espectáculos míticos coreografiados por Léonide MASSINE e inmortalizados
por el genio del lugar. Estos fabulosos dibujos, como las fotografías que los
nos acompañan, nos devuelven un poco de la atmósfera tan particular de
estos ballets rusos en los albores del siglo XX, y se hacen eco de las exposiciones que
han sido consagradas recientemente a la Ópera de París y al Centro Nacional
del traje de escena de Moulins. Es muy conmovedor de poder
contemplar estos fragmentos de nuestra memoria compartida en su país
de origen, remontando el tiempo e invirtiendo el sentido del viaje de París
en Moscú y San Petersburgo.

Entre las obras maestras que el Museo Picasso ha llevado en sus
equipaje desde París, también pienso en estas asombrosas cabezas de mujeres,
pintadas y esculpidas, al Abrazo, o a la famosa Cabra que hizo,
ella también, el viaje, caprichosa y tambaleante como en el poema de
Francis PONGE...
Pero es una obra cuyo título me parece muy especialmente
emblemático, es este «Estudio para la Amistad», cuya versión terminada
es albergada por el Museo de la Ermita: emblemático de la amistad
secular que une a nuestros dos países, y que este Año cruzado Francia-
Rusia 2010 permite profundizar, fortalecer y, como yo
decía antes, de cultivar como un jardín.
Me alegro de la cooperación ejemplar entre nuestros dos países, como máximo
alto nivel del Estado, pero también entre nuestros museos y nuestras colectividades
territoriales. Esta malla permitirá a los rusos y a los franceses
conocer y conocerse mejor en el espejo de sus artistas.
En el arte no hay pasado ni futuro. El arte que no está en el presente no
será nunca», decía un día PICASSO. Me parece que esta exposición
responde perfectamente a este programa, haciendo presente al público ruso
no solo las obras maestras de un maestro y el universo fascinante que
llevan, pero también, a través de él, y a través de este compartir, la constancia y
la profundidad de nuestra amistad.
Le doy las gracias.