Laurent Terzieff, era el talento en estado puro, la fuerza de la interpretación, el artista apasionado, exigente, trabajador incansable e inspirado. Su carrera es prueba de ello, una vez más celebrada con emoción en Molières el pasado mes de abril.
Su físico, todo en fuerza y fragilidad, su voz, esta capacidad de ir
más allá de lo posible, nos toca lo más profundo.
La huella que deja en el cine y el teatro y su libertad indomable
seguirán siendo inolvidables.