Homenaje de Frédéric Mitterrand, ministro de Cultura y Comunicación, a Marie France Pisier.
Con Marie-France Pisier perdemos una rara actriz y una mujer de
carácter cuyo encanto y juego tan sutiles han marcado el cine francés.
Su debut con François Truffaut le da un lugar muy especial en
el cine de la nueva ola: su tono, su dicción, su distancia extraña
armonizan con los universos de Alain Robbe-Grillet, de Luis Buñuel, de
Jacques Rivette, de André Téchiné, con quien obtendrá el César dos veces
al mejor papel secundario, en 1976 y 1977.
Conmovedora Madame Verdurin en El tiempo encontrado de Raoul Ruiz fue
también una inolvidable Charlotte Brontë para Techiné.
También era una intelectual comprometida en los combates de su época. Este
compromiso nunca cesó, tanto en sus ideas como entre los hombres
notables que fueron sus compañeros.
Además de la actriz, también tenía una creadora: su novela, El baile del
gobernador, fue adaptado por ella misma al cine en 1990.
Solicitada por los jóvenes autores, rodará con Laurence Ferreira Barbosa,
Christophe Honoré y Maïwenn en Perdóname que será doblemente
nombrado para los Césares 2007.
Su encanto, su humor teñido de una deliciosa ironía y la extrañeza que
sabía destilar en sus personajes faltará al cine francés y a nuestros
corazones.