Frédéric Mitterrand, ministro de Cultura y Comunicación
profundamente apenado por el anuncio de la desaparición de
el Acantilado, rinde homenaje a la memoria de una de las figuras más
de la moda parisina.
Hija del modelo favorito de Schiaparelli y nieta del pintor
Oswald Birley, Loulou de la Falaise llevó una vida marcada por el
sello de elegancia, refinamiento y belleza. Maniquí
Posando para Richard Avedon y Helmut Newton.
Cómplice y musa de Yves Saint Laurent, cuyas
intuiciones y fulgurancias, Loulou de la Falaise colocó
el accesorio en el corazón del estilo. Sus creaciones fueron las últimas
teclas que el modisto elegía para concluir sus famosos
siluetas. Cuando Yves Saint Laurent decidió dejar el
mundo de la moda, Loulou de la Falaise lanzó su propia marca.
Con Loulou, el accesorio se convirtió en un gesto esencial, el adorno
un paso obligado. Nos mostró que la moda no era una
producto pero un estado de ánimo, una creación marcada por la ligereza
y la fantasía.
Frédéric Mitterrand dirige a su marido Thadée y a su hija
Anna, así como a sus seres queridos, su más sentido pésame
entristecidas.